La ficción de las precampañas mexiquenses

Observatorio Electoral

La actividad política de quienes aspiran a la gubernatura mexiquense ha sido intensa. Como es ampliamente sabido, desde el 3 de agosto de 2022 Morena anunció que Delfina Gómez sería la Coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el Estado de México. Por su parte, desde el 19 de octubre el PRI difundió que Alejandra del Moral sería la Coordinadora por la Defensa del Estado de México.

Las dos aspirantes han desarrollado varias actividades que podrían considerarse actos anticipados de campaña, de acuerdo al artículo 245 del Código Electoral, que los define como los realizados por partidos políticos, dirigentes, militantes, afiliados y simpatizantes, entre otras razones, para posicionarse con el fin de obtener una candidatura.

Aunque este mismo artículo faculta al IEEM para ordenar que se suspendan esos actos, el árbitro ha sido omiso en sus funciones. No hubo siquiera llamadas de atención. De manera tardía solo se ordenó el retiro de los espectaculares que promovían a Del Moral, lo cual coincidió con el inicio de la propaganda de precampañas. Por esta razón, tal medida fue realmente inoperante. No afectó a la precandidata priista.

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Por si lo anterior fuera insuficiente, desde el inicio del actual proceso comicial se han realizado campañas de facto. Esto a pesar de que uno de los objetivos de las reformas fue acortar las campañas, para disminuir sus costos y el hartazgo de la ciudadanía frente al bombardeo mediático o la saturación de propaganda en los espacios públicos. Sin embargo, con las actuales precampañas tal objetivo se abandonó, porque en los partidos no hay realmente una competencia interna por las candidaturas.

Aunque el artículo 241 del Código Electoral establece que las precampañas son el conjunto de actividades que realizan los partidos políticos, con el propósito de determinar qué personas serán sus candidatas, y que precandidata es la persona que en el proceso de selección interna de un partido pretende ser postulada a un cargo de elección popular, todo indica que eso ya está decidido desde el año pasado, mucho antes del inicio del actual proceso comicial.

En estos procesos de precampaña los partidos han recurrido a la precandidatura única, donde obviamente solo una persona puede ser elegida candidata a la gubernatura. Por este motivo, las precampañas se han convertido en una ficción. Ambas fingen que compiten por una candidatura, pero prácticamente son campañas disfrazadas. Supuestamente se dirigen solo a su militancia, porque en letra minúscula así se dice, pero realmente están dirigidas a toda la ciudadanía.

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Con estos elementos se puede afirmar que se viven campañas adelantadas desde hace varios meses. En ellas se han invertido muchos recursos, sin que hasta el momento las autoridades, especialmente el IEEM, hayan realizado alguna investigación, a pesar de que el Código comicial lo faculta para hacerlo. Los integrantes de su consejo general se escudan en que no se ha pedido el voto ciudadano, pero el artículo 241 también considera otras actividades políticas como actos anticipados de campaña.

Mientras tanto la elección se polariza. Basta con ver los ataques entre representantes partidistas en el consejo general del IEEM. Ahí se aplican frases como “el que pega primero pega dos veces” o “calumnia, que algo queda”. En los debates hacen uso de recursos lícitos e ilícitos, para desprestigiar a sus oponentes. Y esto es solo el inicio de una lucha que puede desbordarse.

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DMM