La guerra del agua
Sin Titubeos
Por Diana Mancilla Álvarez
“Dios da el agua, pero no la entuba”, decía un spot del gobierno federal allá por la década de los años setenta, para recordar a los mexicanos que llevar el líquido a los hogares cuesta dinero, mucho dinero.
Esta expresión cobra más sentido especialmente en estos días. Más de dos millones de personas que habitan en el Valle de México padecen por la falta de agua y apenas empieza el sufrimiento, porque no ha terminado la temporada de estiaje.
La falta de lluvias, o por lo menos de manera no tan abundante como es costumbre, del año pasado, originaron que los niveles de las presas que abastecen al sistema Cutzamala descendieran a niveles tan bajos que se habla ya de la peor crisis de los últimos 25 años.
Y es que el nivel de las principales presas, que son la Del Bosque, en Michoacán, Valle de Bravo y Villa Victoria, bajó hasta 56.5 por ciento; es decir, sólo 442 hectómetros cúbicos, que representan 21.3 por ciento por debajo del almacenamiento promedio histórico, que es, en estas fechas, de 609 hectómetros cúbicos o 77.8 por ciento de su capacidad.
Desde 1996 este Sistema Cutzamala no reflejaba una disminución tan grave en el caudal de los embalses. Sólo que hace 25 años no había tanta población como ahora en el Valle de México. Las presas señaladas están en este momento en los siguientes niveles: Villa Victoria, 47 por ciento; el Bosque, 52 por ciento, y Valle de Bravo, 63 por ciento.
En febrero, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) disminuyó también su capacidad de extracción, al operar sólo con tres de los siete equipos de la Planta de Bombeo número cinco. Debido a esa situación la Conagua sólo suministró en promedio 14.31 metros cúbicos, de los cuales 9.38 por ciento fueron destinados para la ciudad de México y 5.49 por ciento para municipios mexiquenses.
Desde noviembre del año pasado, la Conagua redujo el suministro de agua que afecta a 300 mil habitantes de la Ciudad de México y a 287mil 786 habitantes del Estado de México.
La temporada de estiaje en el Valle de México se extenderá hasta abril o mayo, cuando se espera que empezarán a llegar las primeras lluvias.
Frente a esta situación, urge buscar y encontrar nuevas fuentes de abastecimiento para la Zona Metropolitana del Valle de México, porque lo que está sucediendo en el Sistema Cutzamala sólo es el preámbulo de lo que se nos viene encima.
Para darnos una idea del problema, tan sólo en el periodo entre los años 1950 a 2010, la población de la Zona Metropolitana creció en 16.6 millones de habitantes, al pasar de 3.52 a 20.12 millones vecinos. Este incremento es superior a la población actual de países con gran desarrollo, como Suiza, Dinamarca, Singapur, Finlandia o Noruega.
Es evidente que el problema ya rebasó a los actuales gobiernos y que, si no empezamos a buscar alternativas en este momento, quizá trayendo el líquido desde fuentes tan lejanas como los ríos Tecolutla o Amacuzac, entonces estaremos muy cerca de llegar a la “guerra del agua”.
A los ciudadanos nos toca cuidarla. Hay quienes toda la vida han vivido sin que llegue a sus casas. Conciencia, es lo que necesitamos.