La Gusana Ciega, iconos incansables del rock nacional

La Gusana Ciega es una banda icónica del rock nacional que ha forjado su trayectoria de más de 30 años a través de la pasión, el acercamiento con la gente y los distintos escenarios, pues sigue siendo un proyecto que mantiene sus andadas en la “calle”, como fue desde un inicio, y con el “hambre” de quienes no pareciera han grabado con letras de oro su nombre en la escena nacional.

La Gusana Ciega, iconos del rock nacional

La agrupación picó piedra para abrirse camino con un proyecto que comenzó como un trío de rock and roll en 1989, pues la inquietud de unos adolescentes que comenzaban a acercarse en la música los llevó a unir intereses para formar una banda, relató Daniel Gutiérrez, su vocalista.

Curiosamente fue en un evento realizado en el Estado de México, en Naucalpan, cuando la historia de la banda cambió para comenzar a forjarse como el proyecto que ahora conocemos, después de que llegara la motivación para el cantante, quien decidió proponerle a sus amigos dejar de lado los covers y comenzar a crear su propio material.

“Cuando tienes 14-15 años y te da por tocar un instrumento y te gusta el rock, el camino obvio es juntarte con otros cuates a tocar y eso fue lo que sucedió, nos juntamos a hacer covers y más o menos como por el 88-89, después de un concierto de Soda Estéreo en la UVM Lomas Verdes, yo como que salí inspiradísimo y dije – lo que hay que hacer es componer nuestras propias rolas, ese es el camino que hay que seguir.

“Se lo propuse a la banda y de los amigos con los que tocábamos covers nada más se quedó el bajista, Manuel, a los demás como que no les encantó la idea y así empezó La Gusana Ciega”, recordó Daniel.

Probablemente fue la energía de aquel momento y las emociones a flor de piel, que le duraron al artista todo el camino a casa, lo que lo llevaron a comenzar a trabajar de inmediato en la primera canción del grupo, la cual se inspiró en esa experiencia que fue clave para que comenzaran a forjar su leyenda.

“Saliendo de ese concierto, esa misma noche ya tenía la idea de dos canciones, al día siguiente hice la música y el día del ensayo me presenté con los compañeros y les dije –aquí están mientras rolas, hay que hacer nuestras propias rolas–.

La banda comparte recuerdos de sus inicios en la esfera musical y que tras un concierto en Naucalpan decidieron crear sus propias letras 

“Ya no existe la canción, pero se llamaba Las Chicas de la Azotea, porque recuerdo que en el concierto había mucha gente en las azoteas de sus casas que alcanzaban a ver el campo de futbol y me inspiré en eso, no sé exactamente yo que quería decir con eso”, comentó entre sonrisas.

La Gusana Ciega se rearmó con nuevos integrantes y, si bien la primera canción se quedó en los recuerdos de los integrantes, hubo una de sus primeras creaciones que lograron sobrevivir para ser incluidas en el primer disco “Rey Mezcal”, la treceava del álbum debut “Merlina”.

Antes, los músicos comenzaron a abrirse camino por los escenarios de la Ciudad de México y grababan su material directamente de los “toquines”, iniciaba una aventura en la que se enfrentaron a retos y negativas, siempre con la mentalidad y pasión por delante. 

Así vieron pasar los años hasta que les llegó una oportunidad que los catapultó, pues fueron los encargados de abrir los conciertos de Oasis en su primera visita a México, lo que recuerda como uno de sus grandes momentos, así como su primer y último Auditorio Nacional.

“Las primeras rolas las grabamos directamente en la consola, de alguna tocada, de hecho, están en Spotify, hicimos un disco por los 20 años de Merlina y ahí vienen unos demos. Era difícil grabar, no imposible, pero sí no era como ahora. Yo creo que fueron varios pasos, poco a poco, 6 años para grabar el primer disco, de ahí dos o tres años para que nos dejaran tocar en Rockotitlan.

“Sí recuerdo como uno de esos momentos muy importantes cuando abrimos dos conciertos de Oasis en el Palacio de los Deportes, por ahí del 98. Estábamos a punto de sacar el segundo disco, creo, y de ahí nos conoció mucha gente, de los veintitantos mil que fueron esos días, mucha gente se hizo fan de la banda”, comentó el vocalista.

Quizá el mérito se lea más fácil de lo que realmente fue, después de todo los artistas se ganaron a un público que estrictamente no era suyo antes de subirse al escenario, lo que pudieron lograr, en parte, también a las “tablas” que adquirieron durante el camino, pues Daniel recordó una anécdota, donde abriéndole un concierto al Tri, la gente les arrojó naranjas cuando salieron a instalar sus instrumentos.

“Esa vez salimos a concentrar y nos aventaron naranjas, afortunadamente repartieron naranjas y no piedras, pero ya sabes, estás montando tus cosas y te están golpeando con cosas y tu ego abatido, porque ni siquiera has empezado a tocar y ya te están diciendo que no les interesas mucho.

“Pero esas cosas te hacen crecer, madurar y te fortalecen, creo que ahora se doblan muy fácil frente a cualquier comentario en redes. Los artistas de ahora no se hacen en la calle, sino en redes, pues ese es su mundo y se puede venir abajo bien fácil. Siento que hay muchas cosas de las redes muy padres y otras que están haciendo a bandas no muy fuertes”, señaló.

Consideró que la labor de campo es lo que forja a los artistas, una labor de la que difícilmente pueden escapar, pues tarde o temprano se tienen que enfrentar al público desde un escenario y señaló que, para llegar a ese punto, deben estar seguros de su pasión.

“Hay que estar seguro de lo que estás haciendo y tener esta pasión implacable, esta pasión que no importa que te cierren puertas, que no importa que te digan que está feo, que no importa que te digan que no puedes, que te avienten naranjas, tú al otro día te levantas y sigues siendo lo que quieres hacer y lo persigues.

“Para nosotros no importa si es una ciudad grande o chica, con un público nuevo o repetir, para nosotros completa la experiencia. Vivir eso con el público es algo súper especial”, señaló.

Para la banda el camino está lejos de terminar, pues se mantienen con la ilusión de los primeros años, las ganas y el amor por su arte. Para ellos, aún hay oídos nuevos a los que llegar, sonidos por explorar y experiencias por vivir, una mentalidad que los ha mantenido vigentes a pesar de los cambios de la industria musical.

“Creo que queremos seguir difundiendo nuestra música, creemos que todavía hay mucho público que no conoce a La Gusana Ciega, que podría disfrutar enormemente de la música, creemos que hay mucho que hacer a nivel de composición, a nivel de producción, del proceso creativo en sí.

Estamos trabajando duro, sacamos el disco el año pasado, fue nominado al Grammy, el próximo año sacamos disco nuevo y somos una banda que no ha dejado de trabajar, estamos acostumbrados a pedalearle, no hemos llegado a un lugar donde nos sintamos cómodos y echemos la flojera o tomar un año sabático, no tenemos esa mentalidad”, concluyó.

PAT