La maestra Reyna, textilera y guardiana de la cultura otomí en Edomex

La maestra Reyna Rayón se ha caracterizado por ser una difusora del conocimiento de los pueblos originarios para su preservación, en la rama artesanal, constantemente imparte talleres al interior de la entidad y, en ocasiones, participa en muestras internacionales.

Aunque Rayón es una maestra del textil otomí que ha viajado por toda la entidad para compartir su conocimiento, sobre algo que entiende como parte de una tradición de todos, su talento también le ha permitido ser embajadora de la gastronomía local.

La maestra Reyna, es originaria de Xonacatlán

“Mi mamá era muy buena tejedora, recuerdo que cuando era niña, de unos cuatro o cinco años, me llamaba mucho la atención tejer como ella, pero no me lo permitía porque me decía que era muy cansado, quería algo mejor para nosotros, sus hijos.

«Aún así yo le ayudaba y veía cómo elaboraba las figuras, ¡eso fue lo que me llamó la atención! Y como ella me dijo que no, pues a escondidas empecé a hacer mi herramienta y tejer”, confesó.

Tarde o temprano tendría que ser descubierta, y así sucedió; sin embargo, su madre optó por darle el material sobrante para que pudiera interactuar, pero se sorprendió cuando descubrió la habilidad de aquella niña que no llegaba ni a los 6 años, dijo Rayón.

Con el tiempo ese talento se fue puliendo y, a la postre, se volvió la titular de un programa que la ha llevado a compartir, por más de 30 años, todo su conocimiento respecto a su pueblo originario donde promueve técnicas únicas como la pigmentación de textiles de forma natural.

La cocina tradicional, saberes y cultura

“En tantos años, he tenido tantos alumnos y alumnas que ya tienen su conocimiento e incluso también tienen sus grupos para enseñarle a las personas y voy a decir que casi he capacitado a todo el Estado de México.

«A veces me dicen que sino me da miedo que me quiten el trabajo, yo les digo que no, porque de lo que me siento feliz y contenta es que los conocimientos que uno tiene los pueda compartir, porque no solo se trata de tejer, también es una forma de que una mujer se gane unos pesos desde su casa y es un conocimiento que hay que heredar para que el día que uno no esté esto no se pierda”, puntualizó la artesana.

La también cocinera, originaria de Xonacatlán, explicó que la cocina que representa es propia de la comunidad otomí, con platillos que son de tradición para la zona este del Valle de Toluca.

“Hacemos una sopita campesina, tamales, que en mi lengua otomí se llaman xoba juaji y thidi bemi, bemi quiere decir que son tamales planos. 

«Además, también preparó mole, que en esta región es muy importante, es algo que viene de nuestros antepasados, yo lo aprendí de mi abuelita”, dijo la artesana.

Detalló que la cocina tradicional es algo que prevalece a través de la herencia, pues el aprendizaje se adquiere gracias a los predecesores de la comunidad, quienes a lo largo de los años fueron compartiendo el saber con las nuevas generaciones.

“Mi abuelita vivía cerca de aquí (Xonacatlán), casi a un lado y ella me llevaba seguido a estar con ella y cuando hacía el mole era el 4 de octubre o los quelites, ahorita que es la temporada del quelite, ella me decía y me enseñaba cómo lavarlos y cocinarlos”, mencionó.

La maestra Rayón puntualizó el orgullo que siente por ser una cocinera tradicional con la certificación pertinente de las autoridades, lo que termina por respaldar la labor de difusión que realiza y que, incluso, la ha llevado a Estados Unidos.

“Me siento orgullosa porque soy una cocinera tradicional certificada y hace no mucho me reconocieron como cocinera certificada del Estado de México, así que los conocimientos, muchos o pocos que yo tengo, me los han sabido valorar y he ido a diferentes partes de Estados Unidos con nuestra comida tradicional”, apuntó.

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También detalló que su forma de operar sigue siendo la misma, impartiendo clases a personas que no precisamente formen parte de la comunidad indígena, pues la intención es compartir el conocimiento para que este se siga esparciendo entre los mexiquenses.

“Ahora me siento como guardiana de nuestra comida tradicional, aunque yo no sabía que era una cocinera tradicional; yo solo hacía lo que siempre hice, hasta que me descubre el Conservatorio Gastronómico de la Cultura Mexicana y sigo la misma línea para preservar lo que es nuestra comida tradicional, imparto talleres a niños, a señoras jóvenes y a mí me gustaría que ellos los compartan”,concluyó.

La maestra también hace lo propia con la preservación de la lengua indígena, comenzando desde casa donde a sus nietos les ha inculcado su visión, misma que gracias a la convicción y bondad pretende compartir hasta el final.

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DB