La pobreza
Y está sucediendo. Como sucede todo en la vida: de repente y directo al corazón. Pero ahora no ha sido tan directo, ni tan al corazón. Es algo que llega sin que nosotros podamos entender. Como castigo divino y sin merecérnoslo. Directo a nuestra panza.
Este sin duda es un mal otoño. Mire usted qué ha pasado en los últimos diez años: aumentaron 300 por ciento los precios y cayó 50 por ciento el poder adquisitivo en México. ¿Nuestra moneda? Sí, esa que ahora vale 20.34 por cada dólar.
Hace diez años, un trabajador laboraba 42 horas para adquirir la canasta básica. Hoy debe ocuparse 99 horas para conseguir lo mismo. Más del doble. Pero, además, con una pobreza que nos alcanza sin límites. Sin la más mínima posibilidad de poder tener una casa. Y el gobierno por más que se esmera, tiene a ciento treinta millones de personas que atender. Agua, luz, gas, seguridad, educación, salud…
Por ejemplo, ¿a usted, a mí, de qué nos sirve que se haya capturado a cualquier delincuente del fuero común que se robó millones de dinero nuestro, del apellido que usted elija, y por la condición que a usted también se le antoje? ¿Los va a devolver? No.
La respuesta no puede ser una ecuación pulida y amena, que diga cómo solucionar este problema de vida de casi ciento treinta millones de mexicanos. A la mejor sí encontrar a quien entienda qué es la pobreza extrema y una metodología sensata y coherente para solucionarla. Este México Mágico se la merece. Está ya muy cansado.
La pobreza extrema es el estado más severo de pobreza. Cuando las personas no pueden satisfacer varias de las necesidades básicas para vivir como alimento, agua potable, techo, sanidad, y cuidado de la salud. Para determinar la población afectada por la pobreza extrema, el Banco Mundial define la pobreza extrema como personas viviendo con menos de $1.25 al día. El Banco Mundial estima que 1,400 millones de personas han vivido bajo estas condiciones hace ya más de doce años.
La erradicación de la pobreza extrema y del hambre es la primera meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio estipuladas por 179 estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas en el año 2000. De eso ya pasaron 20 largos años, y seguimos tan campantes. Los economistas consideran que enfermedades epidémicas como el sida, malaria y tuberculosis son factores cruciales y consecuencias de la pobreza extrema. Veamos los miles de personas que quieren ir a como dé lugar, a buscar el sueño americano. Aún a costa de golpear a quienes se los impidan.
La pobreza extrema es más común en el África sub-sahariana, el Sureste asiático, Centro América y el Caribe. La proporción de personas que viven en pobreza extrema bajó de 59 % a 19% durante el siglo XX y ahora se encuentra en su nivel más bajo.
Más de 1000 millones de niños y niñas sufren una grave carencia de por lo menos uno de los bienes y servicios necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse. En algunas regiones del mundo la situación es peor que en otras, pero incluso dentro de un mismo país puede haber amplias disparidades: entre la población infantil de las ciudades y los medios rurales, por ejemplo, o entre los niños y las niñas. Un influjo turístico en una zona puede mejorar las estadísticas generales sobre la pobreza de un país, mientras la mayoría sigue siendo pobre y desprotegida. Y tristemente en nuestro país, existen lugares hermosísimos, pero llenos de violencia. Es muy triste.