La suerte y la virtud

Por Daniel Santos Flores

Nicolás Maquiavelo fue un filósofo, diplomático e historiador florentino, considerado uno de los fundadores del pensamiento político moderno. En 1513 escribió «El Príncipe», un tratado político dirigido a los gobernantes sobre cómo adquirir, conservar y consolidar el poder. Su obra introduce conceptos clave como el uso de la virtud, es decir, la habilidad personal, y la fortuna en la política, y cómo un gobernante puede controlar su destino a través de la capacidad y el manejo de las circunstancias.

«El Príncipe» ha sido influyente y controvertido, a menudo interpretado como una defensa del poder absoluto, pero también reconocido por su análisis realista de la política.

Alexander Lara hace una breve descripción de una parte importante de esta obra en donde justamente habla del punto medular que me permite hacer este análisis: La suerte y la virtud. Existen dos tipos de gobiernos, los adquiridos por suerte y por virtud. Para Maquiavelo, la inteligencia y la virtud mantendrían por más tiempo y de manera más eficiente el poder. Esto dependería del grado de adiestramiento del príncipe y de sus objetivos.

Para ilustrar este análisis, fue preciso basarme en lo publicado por la casa encuestadora Demoscopia Digital en su Ranking de Gobernadores del mes de septiembre, en el que evalúa la aprobación de los 32 mandatarios estatales del país, posiciona en los seis primeros lugares a Tere Jiménez de Aguascalientes, Julio Menchaca de Hidalgo, Marina del Pilar de Baja California, Evelyn Salgado de Guerrero, Víctor Castro de Baja California Sur y Delfina Gómez del Estado de México.

La positiva aprobación de estos gobernadores obedece, en buena medida, a su cercanía con el pueblo y a las acciones de gobierno que han emprendido, las cuales han dado respuesta a exigencias que sus antecesores no pudieron o no supieron atender. Tere Jiménez ha fortalecido su liderazgo haciendo frente a los problemas de inseguridad por los que atraviesa su estado, demostrando capacidad y determinación, factores que la mantienen en primer lugar. El gobernador Julio Menchaca ha trabajado por desterrar los vicios que mantenían a su estado bajo el imperio de la impunidad, lo que lo avala como uno de los mejor evaluados. Marina del Pilar se ha enfocado en programas sociales, como el caso de «Corazones Viajeros», que busca acortar la lejanía que su estado tiene con el resto del país. Sus acciones han beneficiado la economía de su estado, lo que se traduce en bienestar para el pueblo.

Evelyn Salgado ha enfrentado dos crisis causadas por la naturaleza, y su trabajo para la reconstrucción de Acapulco y los pueblos aledaños la mantiene como una de las mejor evaluadas. El discurso golpista que intentaba hacer creer que Guerrero era una zona de desastre, donde ni siquiera el gobierno federal puso atención, ha sido desmentido por los mismos guerrerenses al ver a su gobernadora trabajando.

Finalmente, Víctor Castro, enfocado en la seguridad y la justicia como ejes principales, ha permitido que sus ciudadanos vivan con más paz y tranquilidad. Delfina Gómez heredó un gobierno plagado de vicios, de corrupción, de familias que se repartían posiciones y poder como si fuesen baratijas, erradicar eso y recomponer el camino hacia la legalidad ha sido bien visto. Logró un gabinete fuerte, comprometido y seguidor de la ideología de AMLO. Quizás ser la más fiel y cercana a esto es lo que la mantiene en niveles altos de popularidad y en los afectos del pueblo que gobierna.

Efectivamente, la inteligencia y la virtud son las que mantienen el poder de manera más eficiente y duradera.

Esta fórmula fue dictada por el presidente Andrés Manuel López Obrador: gobernó para el pueblo, para los más necesitados, los olvidados y los agraviados. Por eso su fórmula le permitió ser el presidente más querido de la historia moderna. Estos cinco gobernadores lo han entendido bien y, al parecer, siguen su ejemplo.

Reenviado

«Le tengo un profundo amor al pueblo. Sheridan no conoce al pueblo más allá de los archivos que consulta. Yo siempre he creído que para gobernar, el principio básico es respetar y amar al pueblo. Eso lo he demostrado en mis actos y lo seguiré haciendo, más allá de las críticas que algunos consideren elitistas. Gobernar es servir al pueblo, y para servir se necesita amor»

-Andrés Manuel López, 2022.La suerte y la virtud