La vida en cera, legado de cinco generaciones

Marco Antonio Garduño, dice en tono figurativo, que es cerero desde que estaba en el vientre de su madre y trae el oficio desde que nació, para el originario de Tenango del Valle, este es un trabajo que elabora con cariño, respeto, dedicación y perfección. 

Sus manos son las responsables de moldear la cera de abeja que con procesos totalmente artesanales y antiguos, se convierten en velas con forma de frutas, verduras, personajes, comida, objetos de la vida cotidiana, que van a parar a las casas o cementerios. 

Desde su taller, Marco Antonio, quien tiene 64 años, contó que él representa la quinta generación de su familia en elaborar velas, un trabajo que le heredaron directamente sus padres desde temprana edad. 

«Estoy agradecido de que me hayan enseñado a hacer este tipo de trabajo… Yo soy cerero desde el vientre de mi madre ¿por qué? Porque, ella al quemarse sus manos, al oler la cera de colmena yo creo que sentía, es una paradoja, una cosa imaginaria». 

En cada pieza, van horas de ingenio, de trabajo hecho a mano con la técnica que ya se pasó de generación en generación en su familia, que culminan con velas únicas a las que le da su toque y le deja impresos sus sentimientos. 

Mientras tiene enfrente algunas de sus piezas, comparte que cada una le lleva horas de trabajo, pues busca que cada una sea grata al ojo de sus clientes y que cuando la vean, sea lo más parecido al objeto que busca emular. 

La inflación afecta esta artesanía

Orgulloso de sus raíces y de su municipio, admite que el crear estas figuras no es nada barato, pues los insumos también han aumentado de precio, pero aseguró que en ninguna otra parte del país pueden encontrar piezas con la misma calidad a las que elabora y ofrece. 

«Este trabajo nos ha permitido lograr trascender mercados, municipal, estatal, internacional, esto nos ha permitido también obtener premios nacionales importantes para mi pueblo, para mi municipio, para mi familia», comentó. 

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Para él es importante que se preserve este oficio y heredar sus conocimientos a sus hijos, que son la siguiente generación, junto con quienes intentan innovar con piezas cada vez más trabajadas, detalladas, innovadoras y que lo identifiquen aún más. 

«Tenemos una gama de frutas, unas 40, 50 variedades de fruta, hacemos árboles de cera, estamos con el pan, cráneos, la hojaldra o pan de muerto, pero no descartando el proceso antiguo que me han enseñado mis padres, que es la elaboración de los cirios, las velas». 

Cada vez que una persona adquiere una de sus creaciones, aseguró que se siente muy contento, pues sabe que la gente le está haciendo favor de fijarse en lo que elabora, seleccionarlo y llevarlo a sus casas. 

Una de las fechas más importantes para su trabajo, es la del Día de Muertos, cuando pone toda su creatividad y busca innovar para que sus velas luzcan en cada una de las ofrendas que las familias colocan en sus viviendas. 

«De esta forma me están invitando a participar en su ofrenda de muertos, qué bonito, qué bonito que yo pueda también participar en los hermosos altares de muertos que la gente coloca y que me dejen pasar a sus casas de esta forma». 

Talento que se disfruta en otros países

Calcula que sus velas han viajado a alrededor de 60 países, todas en forma de regalo para familiares o amigos de clientes. 

La Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México reconoce a los cereros mexiquenses dentro de las 13 principales ramas artesanales que destacan a nivel nacional e internacional.

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Dentro de su elaboración se distinguen dos tipos que son las decorativas y las aromáticas, las últimas pueden convertirse en verdaderas obras de arte.

Las autoridades reconocen que su complejidad inicia con el diseño y elaboración de moldes, pues pueden ser metálicos, plásticos e incluso de cartón.

Esta artesanía toma forma de figuras de frutas, flores y otras figuras, y los principales talleres se ubican en Amecameca, Tenango del Valle, Toluca y Metepec.

La dependencia ofrece estos productos a través de sus Tiendas de Artesanías Casart. 

DMM