La ZMVM y su fragmentada gestión del agua
Ya hemos comentado en otras colaboraciones que nos encontramos buscando soluciones bajo un modelo que se ha construido por algunas décadas en México, un modelo que desfragmentó la responsabilidad de la prestación de los servicios a nivel municipal y a su vez, por la dificultad o limitaciones de las instituciones responsables, divididas también a nivel local, entonces tenemos múltiples autoridades buscando gestionar uno de los servicios públicos más importantes para la vida de las personas.
El problema es que el agua, en su ciclo natural y urbano, no entiende de divisiones territoriales y de colores políticos. En 1824 se crea el Distrito Federal y con ello la creación del Estado de México, a partir de ahí y por más de un siglo las zonas urbanas de población de estas dos entidades pudieron funcionar de forma independiente.
A partir de los años 40’s del siglo pasado la conurbación de municipios del Estado de México y el Distrito Federal dio inicio, posteriormente se incluiría el único municipio del estado de Hidalgo, Tizayuca. Así la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) está conformada por 59 municipios del Estado de México, las 16 alcaldías de la Ciudad de México y el municipio de Hidalgo.
En esta Zona Metropolitana confluyen diferentes modelos de gestión del agua, dentro del modelo marco nacional, contamos con cuatro diferentes figuras de administración pública: organismo público desconcentrado (1), organismo público descentralizado paraestatal (2), organismo público descentralizado paramunicipal (27) y los centralizados a los ayuntamientos (31). La CDMX es la única que es desconcentrada, lo que implica que cuenta con autonomía administrativa, pero no tiene patrimonio propio, no es responsable de generar sus propios ingresos, a pesar de lo que indica la Ley de Aguas Nacionales, que “el agua paga el agua”, esto tiene algunas implicaciones en el esfuerzo recaudatorio, y la dependencia presupuestal del gobierno de la CDMX.
Los siguientes datos son del 2022, la población de la ZMVM está dividida en 57% los municipios del Edomex, su recaudación per cápita anual fue de $267, en el 40.45% de las tomas pagadas; en la CDMX la población representa el 42%, con una tarifa promedio anual de $875, participando con el 58.65% de las tomas pagadas, y finalmente Tizayuca Hidalgo, significa el 1% de la población, con $517 pesos de recaudación promedio per cápita y el 0.9% de las tomas pagadas de la Zona Metropolitana.
De 2009 al 2022 la recaudación en la CDMX subió 4.05%, en el Estado de México subió 11.26% y en Tizayuca 78.61% (con toda proporción de su tamaño). Pero las tomas cobradas subieron en el Estado de México en 3.42%, en la CDMX creció en 20.27% y en el municipio de Hidalgo fue de 21.36%.
Lo que indica que el mejor esfuerzo en recaudación fue en primer lugar de la CDMX, a pesar de su figura administrativa, sin duda la calidad de los servicios es otro tema completamente diferente, cabe señalar que el presupuesto del SACMEX en 2022 fue de 12.8 mil millones de pesos, un 59.84% más que lo que recaudó (8.06 mil millones).
Pero lo que queremos demostrar con las cifras es manifestar lo absurdo del manejo de la gestión del agua con estas diferencias tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo, así como en los modelos de gestión que funcionan para una sola zona urbana, sirvan éstas diferencias para impulsar un manejo integral del agua, por supuesto se antoja muy difícil, existen ejemplos de integración del manejo del agua entre diferentes municipios, pero de una misma entidad federativa, pero acordar un solo sistema que gestione el agua entre 3 Estados diferentes y 76 gobiernos locales se oye un tanto más complicado.