Aunque el Estado de México avanza en la tipificación del stalking o acecho como delito, organizaciones que atienden a víctimas advierten que el sistema de justicia no está preparado para aplicar la ley de forma efectiva.
La Fundación Delos, que acompaña casos de acoso y violencia, señaló que las instituciones carecen de capacitación, protocolos y tecnología para investigar adecuadamente estas conductas, lo que deja a las víctimas en un estado de desprotección.
¿Qué es el stalking?
Carlos Mata, presidente de la Fundación Delos, explicó que el acoso persistente, conocido como stalking, implica actos repetidos como vigilancia, seguimiento, hostigamiento o contacto no deseado que alteran la vida cotidiana de la víctima.
A pesar de que la propuesta legislativa define claramente estas acciones, consideró que la realidad operativa en el Estado de México impide su atención oportuna.
“Nos enfrentamos a instituciones que no tienen peritos especializados, ni protocolos técnicos para identificar conductas de acecho digital o físico. Tampoco cuentan con herramientas tecnológicas para detectar dispositivos de rastreo, escuchar grabaciones ilegales o rastrear comunicaciones”, afirmó.
Mata compartió casos registrados por la fundación, como el de una mujer cuya expareja, con conocimientos en tecnología, instaló equipos de vigilancia y escucha en su hogar y automóvil.
Aunque los hechos fueron denunciados, las autoridades no contaban con la capacidad técnica para procesar la evidencia ni asegurar una cadena de custodia válida. El caso nunca avanzó.
De los 27 casos relacionados ninguno prosperó en el sistema penal
Desde su experiencia, la Fundación Delos ha documentado 27 casos relacionados con stalking; ninguno ha prosperado en el sistema penal.
En todos, dijo, las denuncias fueron canalizadas por otras vías, como violencia familiar, debido a que el acoso persistente no estaba contemplado como delito en el momento de los hechos o porque las instituciones no supieron cómo abordarlo.
La reforma, aprobada recientemente en comisiones legislativas, contempla sanciones de hasta dos años de prisión y multas económicas para quien vigile, persiga o contacte insistentemente a otra persona en contra de su voluntad.
Sin embargo, Mata considera que la ley, aunque vanguardista en su contenido, enfrenta un entorno institucional limitado.
“No hay tecnología suficiente, no hay personal capacitado, no hay cultura de denuncia ni capacidad técnica para investigar este tipo de delitos. Sin profesionalización ni inversión en infraestructura, la aplicación de esta ley será muy complicada”, advirtió.
La norma puede usarse de manera incorrecta
Además, alertó sobre la posibilidad de que la norma pueda usarse de forma incorrecta, por ejemplo, en contra de periodistas o activistas.
“Si no se establece con claridad qué constituye stalking y cómo debe probarse, podríamos ver casos donde se criminaliza la labor informativa bajo pretextos de acoso”, añadió.
La ley contempla que el delito se perseguirá por querella, excepto cuando la víctima sea menor de edad, en cuyo caso la acción penal podrá iniciarse de oficio.
La propuesta ya fue aprobada por unanimidad en comisiones y será turnada al pleno para su votación y, eventualmente, al Ejecutivo estatal para su promulgación.
Mientras tanto, la Fundación Delos reiteró la necesidad de crear unidades especializadas, capacitar al personal de procuración de justicia y dotar a las instituciones de herramientas técnicas que permitan hacer efectiva esta nueva legislación.
Sigue nuestro CANAL ¡La Jornada Estado de México está en WhatsApp! Únete y recibe la información más relevante del día en tu dispositivo móvil.
TAR