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Inundaciones en San Mateo Atenco por lluvias

Lluvias intensas arrastran contaminantes por el Edomex

Especialistas en medio ambiente advierten que esta situación tiene consecuencias directas en la calidad del agua.

Brian Prado
Junio 28, 2025

Durante la temporada de lluvias en el Estado de México, que suele iniciar entre finales de mayo y principios de junio, los cuerpos de agua enfrentan un incremento significativo de contaminantes debido a los arrastres superficiales provocados por las primeras precipitaciones.

Especialistas en medio ambiente advierten que esta situación tiene consecuencias directas en la calidad del agua y en la estabilidad de los ecosistemas locales.

Acumulación de desechos en temporada seca genera condiciones para contaminación

Sebastián Rodríguez, especialista ambiental e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que la acumulación de desechos durante la temporada seca genera condiciones propicias para la contaminación hídrica una vez que comienzan las lluvias.

“Durante la época de estiaje, se concentra una gran cantidad de residuos sólidos en barrancas, drenajes y canales a cielo abierto. Cuando llega la primera lluvia, estos residuos son arrastrados hacia cuerpos de agua como el río Lerma, la presa Madín o la presa del Bosque. Se ha detectado que hasta un 60% de la carga contaminante que reciben los cuerpos de agua en el Valle de Toluca proviene de estos arrastres urbanos”, explicó.

Además de los residuos sólidos, las lluvias también movilizan sustancias químicas acumuladas en suelos urbanos e industriales. Esto incluye pesticidas, aceites automotrices y materiales pesados que, al ser arrastrados por el agua pluvial, llegan sin tratamiento a ríos y presas del Estado de México.

“El suelo urbano contiene residuos invisibles que se van acumulando durante meses: grasas, lubricantes, detergentes y pesticidas. Estas sustancias, al ser arrastradas por la escorrentía superficial, no pasan por sistemas de tratamiento, lo cual genera una alteración química en los ecosistemas acuáticos. Hay monitoreos que hablan de que en la cuenca del Lerma, se encontró que los niveles de nitratos y fosfatos aumentan hasta en un 45% durante los tres primeros meses de lluvias”, señaló Rodríguez.

Lluvias intensas arrastran contaminantes

En el ámbito rural, también se observan efectos de estas lluvias intensas, particularmente en zonas agrícolas donde el uso de fertilizantes es común. El especialista detalló que estos insumos son arrastrados por el agua hacia arroyos o lagunas, lo cual puede modificar el equilibrio de nutrientes en los ecosistemas acuáticos.

“El arrastre de fertilizantes en zonas agrícolas de municipios como Jilotepec, Zumpango o Almoloya del Río incrementa la carga de nutrientes como nitrógeno y fósforo. Esto favorece fenómenos como la eutrofización, es decir, el crecimiento excesivo de algas que consume oxígeno del agua y afecta la fauna acuática”, concluyó el investigador.

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