Lluvias y fugas enemigas del asfalto: especialistas

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Lluvias y fugas enemigas del asfalto: especialistas

Especialistas señalan que las lluvias, fugas de agua, sequía y falta de mantenimiento influyen en los hundimientos en el Edomex.

Brian Prado
Octubre 12, 2025

Las lluvias que han caído en las últimas semanas en el Valle de Toluca han generado afectaciones visibles en diversas vialidades, donde se han reportado hundimientos, grietas y socavones.

Este tipo de daños, según especialistas, no se debe únicamente al exceso de agua, sino a una combinación de factores estructurales, de mantenimiento y de planeación urbana.

Hundimientos en el Edomex durante 2024

De acuerdo con datos de la Secretaría de Movilidad del Estado de México, durante 2024 se registraron más de 70 hundimientos menores y al menos 12 socavones en calles y avenidas principales de municipios como Toluca, Metepec y Lerma.

Por su parte, el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) ha documentado que el 40% de las carreteras del país presenta deterioro asociado a filtraciones pluviales y deficiencias en la compactación del terreno.

Roberto Tovar, especialista en infraestructura vial, explicó que los socavones se originan cuando el agua se infiltra por grietas o juntas mal selladas, debilitando el subsuelo hasta provocar el colapso del pavimento.

“El agua se filtra por las fisuras y arrastra las partículas finas del suelo. Con el tiempo, se crean cavidades que no se ven desde la superficie. Cuando un vehículo pasa o el peso se concentra, el terreno cede y se forma el socavón”, comentó.

Lluvias, fugas, sequía y falta de mantenimiento agravan el problema

El especialista señaló que las lluvias intensas, combinadas con las fugas en las redes de agua potable o drenaje, agravan el problema.

“Una fuga constante tiene el mismo efecto que una lluvia intensa, pero de manera permanente. Por eso vemos hundimientos incluso en zonas donde no hay tormentas. El problema no está solo arriba, en el pavimento, sino debajo: en la estructura que lo sostiene”, dijo.

Según Tovar, otro factor que influye en la formación de socavones es la diferencia entre los periodos de sequía y de lluvia, como ocurrió entre 2024 y 2025. Durante la sequía, el suelo se contrae y se agrieta; al llegar las lluvias, el agua se introduce con mayor facilidad en esas fisuras.

“Cuando el suelo se seca, pierde cohesión. Luego, al absorber grandes cantidades de agua en poco tiempo, se vuelve inestable. Ese cambio rápido genera fracturas que debilitan la base del pavimento”, explicó.

Los daños se agravan en vialidades con más de 10 años de antigüedad, sin mantenimiento profundo, donde el asfalto ha superado su vida útil.

“Hay varios estudios que demuestran que el pavimento convencional resiste entre 5 y 10 años, dependiendo del tránsito y la calidad de su base hidráulica. Sin embargo, la falta de drenaje pluvial reduce su durabilidad hasta en un 50%”, señaló.

Se requiere inspecciones subterráneas

Para minimizar riesgos, Tovar recomendó un programa integral de mantenimiento que incluya inspecciones subterráneas periódicas con georradar o sensores de cavidades, lo que permitiría detectar huecos antes de que el pavimento colapse.

“Muchos hundimientos podrían evitarse si se monitoreara el subsuelo. No hay cultura de revisión, y eso nos cuesta reparaciones más caras después”, dijo.

Entre las soluciones propuestas por el especialista también se encuentran la reparación y mantenimiento de redes de agua potable y drenaje.

“El agua no solo desgasta el asfalto; revela la falta de planeación urbana. Mientras no atendamos el problema desde la raíz, cada temporada de lluvias volverá a mostrarnos los mismos socavones”, concluyó.

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MPH

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