Lobo Estepario, perseverancia y superación
En los últimos años, el nombre de Lobo Estepario se ha vuelto sinónimo de talento, perseverancia y superación en el mundo del rap y el freestyle. Este artista, cuyo verdadero nombre es Ibsan Cuevas, ha conquistado el escenario con una fuerza y presencia ganándose el reconocimiento a nivel internacional.
Lobo Estepario, perseverancia y superación
Lobo, a quien le llaman así desde pequeño, es originario de Azcapotzalco, en la Ciudad de México; sin embargo, creció en tierras mexiquenses, la mayoría del tiempo en Atizapán, donde descubrió el arte musical de la palabra a la que se dedicaría de adulto y aunque al inicio de su adolescencia se volvió fan de 50 Cent, fue hasta los 14 años cuando el rap lo enganchó.
“Realmente yo nací en Azcapo, pero prácticamente toda mi niñez la viví en Atizapán y de un más grandecillo me fui a vivir a Naucalpan y luego, cuando tenía unos 14 años regresé a Atizapán, a un lugar que se llama Lomas de Guadalupe, que ese es mi barrio, donde encontré gente que estuvo conmigo en momentos complicados.
Sus inicios musicales
“Justamente fue en ese tiempo cuando se dio el acercamiento del rap, del freestyle. Empecé escuchando rap en las calles, en estos puestos piratas que había, y fue muy revelador para mí cuando escuché rap en español por primera vez, el poder entender lo que estaban diciendo me hizo sentir esa primera conexión, recuerdo que fue con la de Don Dyablo”, recordó.
Su pasión por el rap se fue forjando a través de discos que conseguía en los tianguis.
“Me enganché mucho y compré un disco de los que traían como 300 canciones, todavía medio ignorante porque era de estos de rap contra hip hop, cuando se creía que el rap era en español y el hip hop era en inglés, ahí conocí mucho de eso. Había muchos tianguis, yo iba a uno que se llama San Andrés, encontré uno de rap underground, donde venían todos los españoles.
“Por ese disco después compré uno de SFDK, que se llama Desde los chiqueros, ahí valió madre, cuando escuché ese disco, el escuchar ese rap hardcore. Yo iba a cotorrear al Billar 86 de Atizapán y el que atendía, yo creo que me vio bien tumbado y me invitó a un evento que iba a haber ahí de Boca Floja, el Skool, iba también Nedman Guerrero, costaba como 60 pesos, ahí me empecé a meter más”, comentó.
Creció en un entorno donde las calles dictaban el ritmo de la vida. Desde temprana edad, encontró en el rap una válvula de escape y una forma de expresión. Su pasión por la música y su habilidad para improvisar lo llevaron a explorar el mundo del freestyle, una disciplina que exige rapidez mental, creatividad y una sólida comprensión del lenguaje.
“Conocí a dos morros que vivían más arriba en el barrio que improvisaban, ahí como que me hizo el clic de que yo también lo podía hacer y me empecé a pegar a ellos un poco, de repente me veían como de esos que nada más se visten y ni son raperos, eso me hizo poner al tiro y me ponía a practicar viéndome al espejo, que ya después supe que muchos hacían lo mismo porque no era como ahora que hay tutoriales y todo.
Ni siquiera tenía cómo conseguir beats, entonces lo que hacía era poner las canciones de 50 Cent y sobre su voz iba rapeando y la verdad es que rápido fui mejorando”, mencionó.
Competencias amateurs
Para ese entonces estaban las batallas de Redbull, la competencia más importante de freestyle a nivel mundial, por lo que los CCH tomaron mayor relevancia, posteriormente comenzaron a realizarse eventos que comenzaron a generar impacto, Lobo tenía alrededor de 20 años, pero no podía permitirse ser constante ya que tenía la responsabilidad de aportar dinero en su casa.
“Yo ya tengo tiempo que le doy, pero realmente no me veía tanto, por así decirlo, porque tenía que trabajar, no me podía dar el lujo de ir a todos los eventos, nada más seleccionaba a cuáles ir y la neta eso me pesaba, porque yo veía a todos lo demás que siempre iban, pero no me podía dar el lujo de no llevar dinero a la casa.
“Se me ocurrió de qué si yo pudiera generar dinero rapeando podría justificarlo, así que empecé en los camiones, ahí yo ya vivía en Tultitlán entonces me subía a los camiones que iban hacia Coacalco y la verdad no me iba tan chido, iba desde la mañana hasta la noche, fue entonces que me fui al metro, a la línea morada y donde me establecí chido fue en la línea b, que había más gente como del barrio, más receptiva a escuchar”, detalló.
El verdadero punto de inflexión en su carrera llegó con su participación en la Red Bull Batalla de los Gallos, uno de los torneos de freestyle más prestigiosos a nivel internacional, luego de que en 2013 se reanudaron estos eventos.
“Todo se me acomodó bien chido, ya traía las tablas de haber ganado Eligere 2, contra Sipo, pero cuando regresó Redbull no te pagaban vuelos. Como ya no hacían regionales implementan eso de mandar un video rapeando, recuerdo que lo hicimos con la computadora de mi productor y clasificamos.
“Yo estaba bien emocionado, el problema fue que nos avisaron que la competencia iba a ser en Monterrey, ahí fue cuando pensé en dejar esto, porque como te digo, yo no podía dejar de llevar dinero a mi casa y a parte eran estar unos 4 días sin generar dinero. Por ahí conseguí prestado y cuando llegué allá fue otra cosa, desde el hospedaje, el catering, un trato de artista. Eso me motivó porque me di cuenta de que no era la única vez que quería vivir eso”, mencionó Lobo.
Nuevos senderos
Después de eso se abrieron las oportunidades, con una Batalla de Gallos en su C.V, después comenzaron a llegar eventos donde comenzaron a pagarle por participar o ser juez, pues, aunque no ganó el título ese año, su desempeño dejó una impresión duradera en los fanáticos. Pasando algunos años decidió enfocarse en su nueva carrera, que iba tomando forma, dejando las jornadas laborales en el metro, lo que señala como la mejor decisión que pudo tomar.
Tiene razón, pues su nombre comenzó a resonar en la escena nacional del freestyle que comenzó a ganar popularidad. Para 2019 ganó la nacional de Redbull, participando en el mundial en España, compañero a viajar dentro y fuera del país a causa del rap, en 2020 de formó la FMS, la liga profesional de Freestyle; de la cual forma parte. En 2022 ganó la competencia internacional de God Level, de manera individual y actualmente es el campeón vigente de FMS México.
Además, su impacto ha sido tal que ha colaborado con grandes marcas transnacionales, ahora incluso se le puede ver en las latas de una importante refresquera. Lo anterior le ha valido el poder vivir una vida más tranquila, en la que vivir al día ha quedado en el pasado, permitiéndole lo que, desde el inicio fue un sueño, comenzar a enfocarse labrar el camino de una carrera musical.
Lobo Estepario lanzó “Brown Pride”, el primer sencillo de su álbum debut que se titulará “Runin”; el cual saldrá en septiembre de este año y con que sueña con regresar a los lugares que lo ha llevado el freestyle, esta vez con su música; sin descuidar las batallas, pero agradecido por el camino que tomó y seguro del rumbo que debe seguir.
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