María Taglioni y su importancia en el ballet
La destacada bailarina sueca introdujo las puntas a las zapatillas, así como el ya contemporáneo tutú
Una de las figuras más importantes en el ballet es la bailarina María Taglioni, por sus importantes aportes a la danza en el siglo XIX. Introdujo el baile en puntas con las zapatillas reforzadas, además de destacar su estilo, caracterizado por saltos y posturas únicas, características de una época romántica. Sin olvidar su uso del tutú blanco.
Así lo destacó Valeria Sánchez Cardona, estudiante de la Escuela de Artes Escénicas e Integrante de la Red de Divulgadores de la Cultura y la Ciencia «José Antonio Alzate», quién en las capsulas de la Universidad Autónoma del Estado de México #DetengamosLaViolencia, destacó la importancia de Marie Taglioni dentro del ballet.
“María Taglioni hija del coreógrafo Filippo Taglioni, fue una bailarina muy importante dentro de la escena del ballet. Tras regresar de Francia, donde su padre le había mandado a estudiar para perfeccionar su técnica, se encontró con un artefacto que su padre le había mandado hacer y que revolucionaría la historia de la danza, las puntas, estos zapatos especiales hacían que la bailarina luciera un baile ligero dinámico y con un toque místico”, relató la estudiante auriverde.
La joven bailarina tuvo una gran trascendencia en operas y en ballets, desarrollando su técnica junto a su padre. Tras meses de ensayo en secreto, en 1827 Marie Taglioni interpretó su solo en el ballet Le Sicilien (El siciliano) sobre el escenario de la Ópera de París, así el publico descubrió la danza en puntas, estilo que cambiaria para siempre la danza.
Además, aportó un nuevo y delicado estilo para su época, con saltos flotantes y posturas equilibradas como el «arabesque», que tipificó la cualidad romántica de principios del siglo XIX. Llevándola con diferentes compañías a hacer importantes giras por toda Europa.
A ella también se le ameritan las vaporosas faldas que usan las bailarinas, en telas suaves y transparentes, hechas de tul o muselina y con una longitud hasta media pantorrilla, el tutú romántico que conocemos hasta nuestros días.
Todo ello permitió que fuera una de las bailarinas más importantes y reconocidas de la época y hasta nuestros días, por sus aportes que se siguen empleando a hasta nuestros días.