Mensaje íntegro de Martha Patricia Zarza Delgado, primera rectora de la UAEMéx 2025-2029

Mensaje íntegro de Martha Patricia Zarza Delgado, primera rectora de la UAEMéx 2025-2029

Martha Patricia Zarza Delgado toma protesta como primera rectora de la UAEMéx 2025-2029

Redacción
Julio 17, 2025
  • Muy buenas tardes a toda la Comunidad de la Universidad Autónoma del Estado de México: estudiantado, profesorado y personal administrativo.
  • Agradezco su participación a quienes el día de hoy se encuentran en este recinto universitario y a quienes desde las redes sociales dan seguimiento a esta Sesión Extraordinaria. 
  • Saludo con afecto al Dr. Isidro Rogel Fajardo, así como a quienes forman parte de la administración universitaria.
  • Saludo con aprecio a las y los integrantes del Consejo Universitario, a las directoras y directores de Facultades, Centros Universitarios, Unidades Académicas Profesionales e Institutos, así como a quienes representan organizaciones que defienden los derechos de personas trabajadoras y docentes universitarios.
  • Es un gusto coincidir con las y los voceros de cada espacio universitario, quienes presentaron los resultados de la primera votación universal para la elección de la primera Rectora de nuestra Universidad.
  • Saludo a mi amada familia, a mis padres, a mis hijos y a mi esposo Mark, gracias por su apoyo y cariño incondicional.
  • Medios de comunicación que nos acompañan y siguen esta transmisión, les reitero mi compromiso de apertura para ampliar la voz universitaria.

Querida comunidad universitaria:

Hoy asumo este compromiso con profundo respeto y con plena conciencia de la responsabilidad que representa. No llego solo con propuestas: llego con la voluntad de escuchar, de comprender y de construir con todas y todos.

Venimos de semanas convulsas. El conflicto que atravesamos, nos recordó que las universidades no son solo lugares de conocimiento, sino espacios vivos de debate, de participación y, sí, también de inconformidad cuando las voces no se sienten escuchadas. No podemos ni debemos ignorar ese llamado.

Hoy es un día para comenzar a sanar. Quiero atender a todas y todos, sin distinciones. No hay vencedores ni vencidos cuando el objetivo es común: una Universidad más justa, más cercana, más inclusiva y más abierta al diálogo.

El pasado martes, 29,833 personas integrantes de la comunidad votaron y expresaron sus preferencias. La comunidad hizo suya la participación y la determinación de expresarse con firmeza a través de un nuevo mecanismo electivo, que por primera vez, dio la decisión a todas y todos quienes forman parte de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Reconozco la labor y el compromiso del Consejo Universitario, quien mostró su solidez institucional y se reafirmó como el elemento principal de la legalidad y la estabilidad de nuestra institución. Todas y todos ustedes, permitieron sortear la tormenta y ponernos en una perspectiva de arribo a un puerto seguro.

Como lo vimos hace unos instantes, la elección tuvo una participación histórica, con alegría, con emoción y ánimo de salvaguardar a nuestra querida Universidad.

Una participación que permitió renovar nuestro sentido de pertenencia y fue conmovedor escuchar los aplausos al finalizar la jornada  a todas las personas que participaron en el proceso transformador.

La pauta está marcada, a partir de ahora, quien busque encabezar esta noble institución, deberá acreditar no sólo su capacidad académica, sino, sobre todo, su capacidad para conciliar, coordinar, dialogar y resolver de la mano de la comunidad universitaria.

Este proceso, pese a todos los obstáculos que se tuvieron, fue valioso porque me permitió reafirmar el diagnóstico que propuse desde el inicio de la sucesión. En cada espacio académico recibía preocupación, inquietud, molestia, enojo y hartazgo, al principio con recelo, pero conforme las semanas avanzaban, la voz fue creciendo, hasta que resultó imposible acallarla.

Con la votación histórica de hace dos días, se expresó con claridad y contundencia el sentir de la comunidad: el proyecto de la Transformación Universitaria ganó el voto mayoritario en los tres sectores, lo que se tradujo en una ventaja de más de 30 puntos porcentuales en el respaldo de los espacios académicos.

Como en todo diseño democrático, el nuestro también es perfectible; sin embargo, el mandato es claro: la comunidad demanda una transformación universitaria que recupere lo mejor de nuestra basta historia, para potenciarlo; que extirpe las prácticas anquilosadas, la verticalidad y los excesos; que garantice la no repetición de acciones deshonestas y que las decisiones se tomen con la participación y el involucramiento de la comunidad.

Reconozco el liderazgo de mis compañeras de contienda. A ellas y a sus equipos les reitero la apertura y la disposición a seguir aportado en favor de nuestra Universidad.

A lo largo de estos meses, pude recolectar el sentir de las mujeres universitarias, así como su exigencia de más participación, más involucramiento y más responsabilidades.

Lo digo con gran convicción: por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de la Autónoma Mexiquense.

Digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas. Llegamos quienes no hemos sido escuchadas y a quienes de manera continua, se nos ha escatimado los logros por el sólo hecho de ser mujer.

Llegamos quienes hemos sido cuestionadas para ocupar posiciones de decisión, porque tradicionalmente se cree que nuestro lugar “natural” es el espacio privado del cuidado y la crianza. Llegamos quienes nos han cuestionado la imposibilidad de conciliar la vida laboral, profesional y familiar.

Hoy llegan junto conmigo, las mujeres que han sido invisibilizadas durante mucho tiempo; y llegan también quienes han sido violentadas en distintas formas. Con total firmeza y claridad lo digo:  bajo ninguna circunstancia toleraré acoso, hostigamiento o cualquier tipo de violencia.

La Universidad debe ser un espacio donde la diversidad exista sin temor, donde nos sintamos seguras, donde podamos ser en paz y donde nos sintamos cuidadas. Quien así no lo entienda, no tendrá cabida en esta institución.

En nuestro país y en el Estado de México se han dado cambios importantes en los años recientes. Se ha iniciado un proceso que busca devolverle el orgullo de pertenencia a nuestra nación, destacando nuestra cultura y nuestro devenir histórico.

La Universidad no podía quedarse atrás.

La necesidad de transformación era evidente. El estudiantado busca mayor involucramiento, mejores prácticas de enseñanza y mayores habilidades para afrontar la realidad social. Por su parte, el profesorado exige condiciones de certeza; materiales mínimos para su actividad académica y de investigación, y reconocimiento a su trabajo. El personal administrativo exige condiciones dignas de trabajo y estabilidad laboral, no como una concesión, sino como un derecho.

El estudiantado tomó la batuta y con la fuerza de sus demandas, mostró que la urgencia de cambio era inaplazable.

Mostraron inconformidad, sentido de justicia y la motivación para construir una mejor Universidad. Hicieron patente la urgencia de reivindicar el papel de nuestra institución y de dignificar el sentido de identidad. Mostraron, lo inaplazable de construir una Universidad distinta, con cercanía, con inclusión e impregnada de un espíritu de progresismo y de bienestar colectivo.

Por ello, tengo claro que no tenemos tiempo que perder. La Transformación Universitaria inicia hoy.

Invito a que, a partir de ahora, forjemos un futuro distinto. Un futuro donde el desacuerdo no nos fracture, más bien todo lo contrario, que nos fortalezca.

A las y los estudiantes les digo:

  • Uno. Iniciemos el Diálogo permanente y horizontal. Les propongo reunirnos para establecer las reglas; para ello, a partir de este momento, mi agenda está abierta para escucharles. Sus demandas son legítimas y tendrán atención. Tengamos un encuentro en el que nos avale la confianza mutua, sin miedos. Un encuentro a partir del cual lleguemos a acuerdos y comencemos juntos esta nueva etapa de nuestra Universidad.
  • Dos. Al recibir sus pliegos, podremos analizarlos con seriedad y claridad para acordar un esquema de atención y cumplimiento. Les pido su confianza para que estos próximos días, previo al inicio del semestre, exista apertura para que podamos rehabilitar los espacios universitarios a fin de que estén listos para recibir a una nueva generación de alumnado.
  • Tres. Avanzaremos en la gratuidad, con responsabilidad pero con determinación. La gratuidad no sólo es la inscripción, es la reducción de trámites y sus costos. Es eficientar procesos y evitar duplicar pagos.  
  • Y cuatro. Reconfiguremos los esquemas de atención de quejas, demandas y agravios en contra de todas y todos quienes conformamos la Universidad.

Comunidad Universitaria:

La Transformación significa también un cambio en la forma en la que entendemos la administración de la casa auriverde. Ser parte de la administración universitaria es una oportunidad de servir a la comunidad, no de servirse de ella.

Informo que, en mi caso y en el de las personas que integrarán el gabinete universitario, reduciremos el sueldo que percibimos, porque resulta ofensivo que los altos salarios contrasten con los ingresos de la mayor parte de la comunidad. Los ahorros generados, se destinarán a cerrar las brechas y a construir una institución más equitativa.

Austeridad no es sinónimo de precariedad, por ello, pondremos la administración al servicio de lo sustantivo: la docencia, la investigación y la difusión de la cultura y evitaremos gastos innecesarios y ostentosos.

La Universidad será de puertas abiertas. El rectorado que hoy inicia se sustentará en la cercanía, en estar con mi comunidad universitaria, de manera presencial. Visitaré permanentemente los espacios universitarios, sobre todo aquellos que históricamente han sido olvidados. Tendrán en mi a una Rectora que les escucha y atiende.

Su servidora y quienes me acompañen en la administración, seremos funcionarias y funcionarios de territorio. Estaremos ahí para atender sus demandas de manera oportuna.

En la Universidad Pública, por definición, hay cabida para todas y todos. La diversidad nos fortalece y nos da mayores herramientas para afrontar nuestros desafíos comunes.

Por ello, debemos buscar que nuestra Universidad se abra a la sociedad y permita un mayor involucramiento. Queremos que toda persona que busque conocimiento, aprendizaje e información, encuentre en la UAEMéx, un espacio para su propio desarrollo. Queremos hacer más público lo público, es decir que el conocimiento que generamos sea accesible para toda la sociedad.

La lógica individualista no tiene cabida en la Transformación Universitaria. A partir de ahora, les invito a reconocernos como una institución que busca el bien común, en la que nadie se quede atrás y en la que, generosamente, todas y todos podamos cuidarnos y sentirnos seguros. Vamos a procurarnos y a defendernos como comunidad.

Permítanme hablarle también a la sociedad mexiquense.

En la Transformación de nuestra Universidad, está implícita la gratitud porque es con recursos públicos con los que esta Institución se sostiene. Durante años, se ha aportado para el engrandecimiento de la Universidad, ha llegado el momento de que la Universidad le retorne a la población mexiquense lo mucho que ha recibido de ella.

La Universidad tiene un compromiso innegable con el Estado de México, pues nos es confiado lo más valioso que tiene nuestra sociedad: sus juventudes. Como madre, entiendo la esperanza con la que anhelamos que nuestros hijos e hijas estudien su educación media superior o universitaria en la UAEMéx. Sé que debemos responder a ese sacrificio familiar que se realiza para que puedan estudiar, por eso seremos más conscientes, sensibles y cercanos a la comunidad. 

El compromiso de la Transformación Universitaria a este apoyo, que estoy cierta tendremos, será ampliar la incidencia de la investigación académica, acercar la cultura y promover el deporte, así como el aporte a la resolución de problemáticas comunitarias, locales, regionales y estatales. 

La presidenta de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, es una científica y universitaria; a su vez, la Maestra Delfina Gómez Álvarez, es una mujer que proviene del ámbito educativo.

Ambas han abierto brecha sobre la reivindicación del papel de las mujeres en la toma de decisiones. Sé que en ellas encontraremos eco para alcanzar los objetivos que estamos planteando. Seré una gestora incansable de recursos y apoyos para la UAEMéx. Estoy convencida de que apoyarán a nuestra Universidad y nos permitirán consolidar el cambio real de nuestra institución.

La construcción colectiva que hoy iniciamos, tendrá por objetivo recobrar la confianza. En cada persona universitaria, entre nosotras y nosotros mismos, con nuestras comunidades y con la sociedad mexiquense.

Me comprometo, desde este primer momento, a trabajar con responsabilidad, pero también con humildad. A reconocer los errores —pasados y futuros— y a corregir el rumbo si es necesario. La universidad no avanza cuando se impone, sino cuando se construye con todas sus voces.

Lo haremos con ética y con valores universitarios.

Hoy, como comunidad universitaria, iniciamos un cambio real y de fondo. La Transformación Universitaria no tendrá plazos de prueba, la Transformación Universitaria ya está aquí, la Transformación Universitaria comienza a partir de este momento.

¡Sigamos adelante! Vamos juntas y juntos a construir la Universidad que durante tantos años hemos soñado.

Materialicemos los principios liberales que nos dieron origen y seamos partícipes en la construcción de la Patria, la Ciencia y el trabajo.

Muchas gracias.

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TAR

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