Alrededor de 4 millones de menores participan en actividades laborales peligrosas. Las causas van desde la pobreza estructural hasta la demanda de mano de obra barata, según mencionó Enrique Martínez, especialista en derecho laboral egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aproximadamente 4 millones menores de edad se encuentran trabajando en sectores económicos de actividad peligrosa,
El especialista estima que alrededor de cuatro millones de menores trabajan en actividades peligrosas como agricultura, construcción o industria química.
“En México aproximadamente 4 millones menores de edad se encuentran trabajando en sectores económicos de actividad peligrosa, como agricultura, construcción, minería, industria química, entre otros.
Realizando actividades que afectan su salud y desarrollo como cargar cosas pesadas, o que les provocaron problemas físicos, con horarios de trabajo prolongados y desarrollaron actividades con exposición a riesgos, laboraron jornadas no apropiadas como aquellas con horarios mixtos, nocturnos o rolaron turnos”, detalló.
La ENTI 2022 (Encuesta Nacional de Trabajo Infantil) reveló que en el Estado de México, la tasa de trabajo infantil en la población de 5 a 17 años disminuyó de 9.8% en 2019 a 8.8% en 2022. Esto significa que en el Edomex, la participación de niños y adolescentes en actividades laborales redujo, aunque aún se reportan 318 mil 953 niños trabajando. De este total, 185 mil 322 estaban en ocupaciones no permitidas
Martínez indica que las principales razones por las que niñas y niños ingresan al trabajo están relacionadas con la pobreza, la ausencia de recursos y situaciones familiares que debilitan el entorno de protección.
“El trabajo y la explotación infantil violan gravemente los derechos de los niños, este trabajo y explotación responden a múltiples causas y el denominador común es la pobreza y las situaciones de vulnerabilidad social. El que las familias no dispongan de recursos suficientes o donde el cabeza de familia sufra una enfermedad o esté ausente, conlleva circunstancias que pueden empujar a los niños y niñas al trabajo infantil”, apuntó.
También explica que existen causas inmediatas, como el encarecimiento de productos básicos, deudas familiares o el acceso limitado a la educación, además de la demanda de mano de obra barata en algunos sectores.
Escasez o inexistencia de dinero o alimentos
“Las causas inmediatas son la escasez o inexistencia de dinero o alimentos; aumento de precios de bienes básicos, deudas de la familia, problemas familiares como: fallecimiento, enfermedad del miembro activo, pérdidas de cosechas. Asimismo la falta de escuelas o escuelas de escasa calidad, la demanda de mano de obra barata en microempresas informales, empresas familiares o explotaciones agrícolas que no pueden contratar mano de obra”.
El especialista hizo referencia al Convenio 182 de la OIT, que define como niño a cualquier persona menor de 18 años y detalla las peores formas de trabajo infantil, algunas de las cuales se presentan en México, donde se hace alusión
“De acuerdo al Convenio 182 la definición de niño abarca a todos los menores de 18 años, este mismo convenio hace alusión a las peores formas de trabajo infantil, las cuales son: todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados, en México los reclutan para el crimen organizado”, comentó.
Señaló que también se refiere al uso de menores en actividades ilegales o de riesgo que afectan su integridad física, emocional y moral.
“También se señalan la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas, para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”, agregó.
Martínez destaca que las condiciones laborales pueden ser peligrosas, con impactos en la salud física y mental, y afectan directamente el acceso a la educación. Añadió que también existe trabajo infantil en sectores como la minería y en contextos donde los menores son separados de sus familias sin protección social.
Cabe destacar que el Artículo 22 Bis de la Ley Federal del Trabajo establece que: Queda prohibido el trabajo de menores de quince años; no podrá utilizarse el trabajo de mayores de esta edad y menores de dieciocho años que no hayan terminado su educación básica obligatoria, salvo los casos que apruebe la autoridad laboral correspondiente en que a su juicio haya compatibilidad entre los estudios y el trabajo.
PAT
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