En la comunidad migrante de Waukegan, al norte de Chicago, el miedo ha dejado de ser una sensación intermitente para convertirse en una rutina de vida.
La violencia en el sur de la entidad también pondría en riesgo la seguridad de los mexiquenses radicados en EU.
Las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) son cada vez más visibles y selectivas, y la creciente tensión internacional por la participación de Estados Unidos en el conflicto entre Irán e Israel, han generado una atmósfera de incertidumbre entre los trabajadores indocumentados de origen mexiquense.
Pastor Lamberto Franco Flores, originario de Villa Guerrero, trabaja en el mantenimiento de campos de golf y lo combina como bartender en eventos privados. Asegura que los migrantes viven con miedo constante.
“La gente ya no vive, sobrevive”, asegura.
Redadas y clima bélico internacional
Él, desde hace dos décadas radica en esta ciudad estadounidense. En entrevista telefónica, relata que la comunidad migrante enfrenta un clima cada vez más hostil, con un creciente racismo contra ellos y medidas antiinmigrantes cada vez más violentas el temor sale con ellos a diario.
A pesar de las declaraciones del presidente de Estados Unidos, quien ha señalado que las redadas se dirigen exclusivamente a personas con antecedentes criminales, la experiencia de quienes viven en barrios como el de Franco contradice esa versión.
“Aquí paran a todos, traigas o no traigas papeles. Salgo a trabajar a las cuatro de la mañana y voy alerta. Te identifican por la ropa fluorescente que usamos en construcción. Ya con eso basta para que te detengan”, dijo.
Asegura que incluso residentes legales o ciudadanos han sido retenidos temporalmente durante los operativos.
“No respetan derechos. No preguntan. Primero te detienen y luego investigan”, lamenta. Frente a ese panorama, algunos migrantes han optado por regresar a sus países de origen. Pero para quienes vienen de regiones como el sur del Estado de México, esa tampoco parece una alternativa viable.
“Sí he pensado en regresar a Villa Guerrero, pero allá también está muy feo. El crimen organizado tiene presencia en todos lados. No hay seguridad ni para los que regresan”, expuso.
Franco Flores, como otros migrantes en Waukegan, han volteado hacia el norte de Estados Unidos.
“Mi mejor opción sería Canadá. Aquí en Estados Unidos ya no hay garantías. Si no es migración, es racismo. Y si no es eso, es la guerra. Lo que está pasando con Irán e Israel nos tiene muy preocupados. El gobierno está metido en todo y uno aquí está a la deriva”, anunció.
El testimonio del mexiquense refleja también la desconfianza hacia las instituciones que deberían proteger a los connacionales. Si bien los consulados mexicanos recomiendan no firmar documentos ni responder preguntas a los agentes de migración, en la práctica los apoyos suelen llegar tarde o no llegar.
“Los agentes de ICE andan por todos lados. A veces se estacionan frente a las tiendas mexicanas, con camionetas sin logos visibles pero con chalecos que dicen ‘POLICE ICE’. Entre la comunidad nos avisamos por WhatsApp o Facebook, nos decimos ‘ahí están en tal calle, no vayas’. Pero aún así, a veces no se puede evitar”, declaró.
En las escuelas el temor también se ha infiltrado
“Los primeros días de las redadas, en la primaria de mi hija se corrió el rumor de que iban a ir los de migración. Los maestros lo negaron, pero el miedo ya estaba sembrado. Los papás dejaron de mandar a sus hijos por varios días”, declaró.
Beto también narra cómo ha cambiado la vida desde la primera administración de Donald Trump.
“Desde que él fue presidente por primera vez, todo se puso más duro. Ahora, con su regreso, el racismo está más fuerte. Gente que se hace pasar por agentes, que golpean a nuestros paisanos… como ese caso de un jardinero al que un tipo con ropa de migración bajó de su camioneta y lo golpeó. Todo por su color de piel”, indicó.
En ese entorno, Lamberto ha visto interrumpido el trámite de una Visa U, que es para para víctimas de ciertos delitos, pero al llegar por segunda vez Donald Trump a la presidencia continuar el trámite es casi imposible.
“Yo estoy en ese proceso, pero desde que cambiaron las reglas todo se complicó. Ya no hay prioridad para quienes de verdad la necesitan”, aseguró.
Los testimonios de la comunidad migrante en Illinois revelan que la migración no es sólo una travesía fronteriza, es una forma de vida en tensión constante en los Estados Unidos, en la que se cruzan las políticas migratorias, la violencia estructural, los conflictos internacionales y la imposibilidad de regresar a casa.
El mexiquense anunció que las condiciones como migrante en Estados Unidos han cambiado.
PAT
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