Nanosapiens: Ciencia y comunidad por la conservación

Nanosapiens: Ciencia y comunidad por la conservación

Nanosapiens busca crear conciencia de que el ser humano no es dueño de la naturaleza sino parte de ella.

Brian Prado
Agosto 23, 2025

En el Valle de Toluca, la relación entre la ciencia, la comunidad y el medio ambiente ha encontrado un puente a través de Nanosapiens, una organización que trabaja desde hace años en proyectos de conservación, restauración y educación ambiental. Su labor ha estado marcada por retos, aprendizajes y una constante búsqueda de diálogo entre actores diversos: autoridades, empresas, comunidades y sociedad civil.

Arturo López , directo del grupo, apunta a la importancia de cuidar los ecosistemas endémicos 

Arturo López, director de la asociación, señaló que desde su experiencia, reconocen que no es sencillo abrir camino en un contexto donde muchas veces falta información o prevalece la resistencia a modificar hábitos, sin embargo, la constancia y la cercanía con la gente han sido piezas clave para sostener los proyectos que buscan recuperar el patrimonio biocultural de la región.

“Nos hemos enfrentado a muchísimos retos, sobre todo en la parte de concientizar a la sociedad de los problemas que nos enfrentamos, que no es una cuestión del futuro, que lo estamos viviendo en el presente. La parte de los incendios forestales, del agua, la contaminación, lo hemos visto en los últimos años cada vez más cerca y la gente todavía no lo percibe como algo real, todavía lo ven como que está muy lejos, que no nos está afectando y es lo que más trabajo nos ha costado, hacerles ver que ya estamos enfrentando esta crisis ambiental”, relató.

En distintos proyectos, el diálogo con las autoridades ha sido clave, pero no siempre sencillo. Existen intereses diversos y la dificultad de conciliar visiones ha sido un obstáculo constante, sobre todo cuando entran en juego las modas ambientales que no siempre son viables en cada territorio.

“Hemos tenido que resaltar esta parte de la inviabilidad de algunos proyectos ambientales, por ejemplo, ahora que están de moda las jacarandas sí nos ha tocado señalar en alguno u otro municipio que son exóticas. Es complicado, porque cuando solo es tratar con algunas autoridades está más tranquilo, pero justo nuestra labor es concertar, y cuando se juntan los factores de gobierno, empresas, comunidades es bastante complicado, casi todos vemos hacia nuestro lado”, señaló.

El tiempo que requieren los proyectos ambientales es otro de los grandes desafíos. La paciencia se convierte en herramienta imprescindible, pues los resultados rara vez se dan de inmediato. Aun así, la organización ha buscado siempre trabajar desde procesos participativos.

Trabaja asociación en proyectos medioambientales

La falta de información es otro factor que incide en la resistencia de la población para adoptar cambios en favor de la naturaleza. En ocasiones, esta carencia de conocimiento genera estigmas que afectan a especies enteras y que requieren largos procesos de sensibilización para ser revertidos.

“Las autoridades normalmente son bastante conscientes, salvo ciertos casos, aquí más es hacer la concertación social, explicarles qué es una especie nativa, endémica, exótica, qué es una especie exótica invasora y ya que se hace la concienciación ya se hace la concertación y apostar por plantas nativas. El problema no es la resistencia sino la falta de información, eso con plantas, pero también con animales; por ejemplo, los murciélagos quedaron estigmatizados con la pandemia y ha sido muy complicado volverles a limpiar la imagen, ha sido mucho de explicar, platicar y demostrar con hechos”, explicó.

Retos de conservación en suelo y flora

Uno de los aspectos que mayor atención requiere en el trabajo de Nanosapiens es el estado del suelo en distintas zonas de la región. La degradación, ya sea por cambios de uso o por la desaparición de plantas nativas, ha obligado a buscar estrategias que favorezcan la recuperación de los ecosistemas.

Otro obstáculo recurrente es la percepción que se tiene sobre las plantas nativas. Muchas veces, al no reconocer su importancia, son vistas como maleza. Sin embargo, la organización insiste en que son la clave para la supervivencia y el equilibrio ecológico.

“Uno de los retos principales tanto con personas como con el gobierno, es la resistencia que hay hacia las plantas nativas porque normalmente las ven como maleza, pero realmente es lo que nos va a salvar, no son maleza, simplemente tenemos que aprender a convivir con ellas, al igual que los insectos nativos, ese es el mensaje que tratamos de llevar, no son enemigos, al contrario”, afirmó.

En este proceso de diálogo, el contacto con comunidades rurales y pueblos originarios también ha sido fundamental. El trabajo con estos sectores demanda especial cuidado por el trasfondo histórico de despojo cultural y de conocimientos que han enfrentado.

Una visión con impacto nacional

La proyección de Nanosapiens ha trascendido el ámbito local. Lo que comenzó con el objetivo de incidir en el Valle de Toluca ahora busca alcanzar un impacto mayor a nivel nacional, sin perder de vista la importancia de lo comunitario y de la cercanía con las personas.

“La visión era tener impacto a nivel Valle de Toluca, que se convirtiera en un referente de conservación, divulgación y comunicación de la ciencia, ya se ha cumplido y estamos trabajando a nivel Valle de México y México. Queremos lograr un impacto en la conservación del patrimonio biocultural a nivel nacional”, expresó.

La defensa de la biodiversidad no se limita a especies emblemáticas o de mayor difusión mediática. Para la organización, la conciencia ambiental debe abarcar también a los seres vivos más pequeños y menos reconocidos, pero que cumplen funciones vitales en los ecosistemas.

“A veces volteamos a ver a varios lados y proponen cuidar los elefantes o los rinocerontes, pero hay tanto por hacer aquí en México, incluso aparte de la vaquita marina, los jaguares, pero nadie se preocupa de cuidar a los murciélagos, las luciérnagas, los escarabajos, etc. Es generar esta conciencia y que de verdad haya un cambio en la percepción que tenemos de la naturaleza, que no somos nosotros y la naturaleza, sino que somos parte de ella”, comentó.

El camino de Nanosapiens refleja la complejidad de trabajar en la defensa del entorno en un país donde los desafíos ambientales se entrelazan con las dinámicas sociales y culturales. Entre incendios forestales, contaminación y pérdida de biodiversidad, la organización insiste en que la clave está en la paciencia, la educación y la co-creación con las comunidades. La apuesta es clara: construir un futuro donde la sociedad reconozca que cuidar la naturaleza no es un acto externo, sino un compromiso con uno mismo, porque, al final, la humanidad no es ajena a la naturaleza, sino parte inseparable de ella.

PAT

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