Naxiña’ Rului’ Ladxe’ / Del rojo deseo que nos tiñe por completo
Antevasin
Descubrí un día cualquiera la obra de Irma Pineda, impresionada por sus imágenes poéticas me quedé anonadada por la fuerza de sus palabras.
El culpable fue el poema «Nosotros» que en plena época de los convenientes olvidos dice:
«Nuestra palabra seguirá siendo canto
somos hijos de los árboles
que darán sombra a nuestro camino
somos hijos de las piedras
que no permitirán el olvido…»
Posteriormente llegaron más letras a la manera de «Un mar«, donde con maestría hace uso de lo que podría llamar dulzura dolorosa, cuando dice:
«Un mar es mi corazón
infinitos peces juegan en él
peces alegría en la sal de la nostalgia
Me duele la ausencia
me lastima la distancia
pero hay luz en este mar
aprendió este mar a sentir
el corazón de los otros
sabe este mar mirar
adentro de los ojos
aprendió este mar
a callar sus intensas olas
a controlar la marea
para que no se note, para que no se vea
porque sabe ahora
que no todos aman el mar…»
Es tal vez la poesía bilingüe la que sitúa a Irma en un nivel de sensibilidad distinto en la que los sonidos musicales y hasta acariciadores se encuentran presentes, es imposible hablar de la escritura de Irma Pineda y no sentirnos remitidos de manera casi inmediata a las comunidades del Istmo de Tehuantepec.
El zapoteco del Itsmo, diidxazá en el que su poesía es concebida, es una variante que pertenece a las familia de idiomas conocidos como zapotecos, que se hablan principalmente en el estado de Oaxaca.
El diidxazá se extiende sobre la planicie costera del Istmo oaxaqueño, donde destacan ligeras variaciones entre el habla de las poblaciones de Tehuantepec, Ixtaltepec y Juchitán.
Poesía de Irma Pineda
La poesía de Irma Pineda nos muestra la visión clara y esencial de alguien orgullosa de ser quien es, de sus raíces y de la posibilidad de compartir con “los otros”, eso mismo.
La invitación es a leer a Irma, particularmente Naxiña’ Rului’ Ladxe’ – Rojo Deseo- el cual nos muestra un erotismo coloreado por el rojo pasional de las palabras que se vuelven ciertas al nombrarlas, al hacerlas palabra y que se comparten a partir de su génesis en Diidxazá volviéndose inteligibles para nosotros al convertirse poesía en español.
Irma Pineda proviene de una tradición que ha dado vida a la palabra a partir del año de 1894, cuando la tradición literaria, en su lengua madre, se hizo presente.
Es una poeta bilingüe y traductora binnizá
Irma Pineda, es una poeta bilingüe y traductora binnizá, autodenominación adquirida por la gente que habita esa zona del sur del país, mayoritariamente conocidos como zapotecos, y cuyo significado es «gente que proviene de las nubes», (binni, gente; zá, nube), tal vez sea por eso que sus palabras a pesar de su profundidad parecen tan ligeras y tan bellas, tal vez sea de las nubes la culpa, la razón y el motivo.
La escritura en su lengua es para Irma Pineda una labor que va más allá de la expresión literaria, es una necesitad viva, la de nombrar su mundo, significarlo y compartirlo con aquellos para los que no es accesible a través del diidxazá, pero sí a través de la sensibilidad.
Hay palabras, expresiones, y sentimientos que simplemente no tienen traducción y sin embargo se comparten, se vuelven reales cada vez que se les nombra, escribir en la lengua madre es un acto revolucionario que requiere constancia y mucho amor por lo que se es, y por lo que se desea seguir siendo.
La posibilidad de hablar en un idioma al que no todos tienen acceso se convierte en una responsabilidad de preservación, en un acto de amor.
¿Qué sería de los poetas sin esos arrebatos amorosos que pueblan la palabra y la vuelven cierta?
Y ¿qué sería de nosotros sin la poesía? Un mundo más gris, más triste, menos cierto.
Para recomendaciones, sugerencias y temas a explorar antevasin.cura@gmail.com