Nearshoring y la sostenibilidad en México
El multicitado nearshoring es definido como la relocalización de cadenas productivas de otros lugares del mundo hacia países con cercanía geográfica, en un sentido más estricto, las empresas que buscan beneficiarse de él desarrollan cerca de ellos su cadena de suministro, aprovechan el estar cerca del mercado meta y sobre todo buscan reducir costos.
Respecto a la deslocalización (offshoring), planteada en el Tratado de Libre Comercio (TLC) en México, no existe gran diferencia, de no ser porque éste involucraba una reducción de las barreras arancelarias, que reduce aún más los costos, con el nearshoring las empresas de todo el mundo buscan establecerse en países cercanos de sus principales mercados, siempre y cuando se cumpla el requisito de la reducción de los costos, y para lograrlo es necesario también que garanticen contar con la cadena de suministro que ahora quedaría lejos de sus operaciones.
Las beneficios esperados a partir del 1994 eran la creación de empleos, disminución de migración, la posibilidad de reducción de precios por la posibilidad de importaciones con beneficios arancelarios, aumento de exportaciones mexicanas, aprovechando nuestras ventajas competitivas y el consiguiente aumento de utilidades, sin embargo, a casi 30 años de la entrada en vigor, de acuerdo con el investigador de la UNAM, Pablo Ruíz, los resultados no fueron del todo lo esperados, se sustituyeron cadenas productivas nacionales por cadenas extranjeras, es decir, un aumento de importaciones buscando aumentar las exportaciones, otro efecto asociado es el desplazamiento de empresas mexicanas; un problema más es que el supuesto aumento de exportaciones fue realmente un aumento de comercio intraindustria, los beneficios económicos sólo tenían que ser trasladados a sus países de origen, aunque contablemente se asumieran como exportación mexicana, cuando no lo era.
En cuanto a empleo, la tendencia positiva en el periodo de 1980 hasta el año 2000, no muestra un cambio importante a partir de 1994, alguna explicación es que sin el TLC y con la crisis económica de 1995 el desempleo habría sido negativo en todo el rango, pero el dato que demuestra el resultado no satisfactorio es que la migración nunca disminuyó.
Finalmente, el valor agregado y su distribución en México y en EEUU, muestra que en nuestro país, la distribución entre las ganancias del capital respecto al salario de los trabajadores fue de 67% y 33% respectivamente, mientras que en México la distribución fue 56% y 44%, lo que nos dice es que los beneficios fueron mayores para los accionistas que para los trabajadores y como dijimos, si los primeros son extranjeros entonces se puede compensar los porcentajes de ganancia menores en su país de origen .
Todo esto nos debe llamar a poner atención ahora que tipo de política industrial queremos, el éxito de China en éste rubro es que allá se obligaba a la transferencia de tecnología y cesión de patentes a favor del país asiático, fue parte del éxito de su industrialización, en México no se estableció así en el TLC, pero ahora tenemos la gran oportunidad de definir que industria queremos y cuál no queremos, bajo que términos y condiciones, necesitamos que sirva de base para el modelo de desarrollo que nos traiga mayores beneficios.
En la siguiente entrega relacionaremos el nearshoring con la demanda de recursos naturales, y que como se ha comenzado a exponer, al menos en el tema del agua, puede aumentar la pérdida de la disponibilidad que es imprescindible para la sostenibilidad de nuestro país, no podemos comprometerlos a cambio de unos cuantos pesos, por ello requerimos un modelo de gestión diferente, que garantice los equilibrios necesarios y con ello no intensificar la degradación ambiental.