El ambulantaje y los tianguis forman parte de la economía popular en México, pero también generan retos en términos de formalidad, obligaciones fiscales y organización urbana.
Expertos señalan la necesidad de encontrar un equilibrio que permita preservar las tradiciones del comercio en la calle sin afectar la operación de los comercios formales ni la seguridad de los espacios públicos.
R4egulación del ambulantaje que permita preservar tradiciones
Guillermo Bernal, urbanista y director de la fundación Placemaking México (PMM), explicó que el comercio ambulante tiene características que lo hacen diferente al comercio formal y que esas diferencias deben considerarse al momento de regularlo.
“Es muy complicado decir que el panorama es blanco y negro, no es solamente la transformación del mercado como eje de vida, sino también como el hecho de que el mercado ambulante es más flexible y ese uso transformador del mercado ambulante es lo que lo hace especial.
Necesaria regulación del ambulantaje
El problema del otro lado es que obviamente el comerciante formal trae unas reglas de operación mucho más estrictas aunque he de decir que el 80% de estos comercios no tiene sus documentos completos, o no tiene el uso de suelo, el permiso ante el SAT, o no tiene registrados a sus empleados registrados en el IMSS o plan de protección civil”, señaló.
El urbanista añadió que la formalidad ofrece ventajas como acceso a financiamiento, seguridad social y certeza en los derechos de operación, pero también destacó que la innovación y la creatividad de los tianguis forman parte de la tradición de la economía popular.
“Coincido en que la formalidad da ventajas, la parte del acceso a créditos y el financiamiento para crecer los negocios, el tema de la seguridad social, las prestaciones a los comerciantes y sus familias, certeza de los espacios y derechos de operación, incluso la infraestructura.
pero también está la otra parte que es no solamente la transición a la economía popular, sino el cómo seguir dejándole espacio a la innovación, creatividad y al cambio de productos de venta, como hacemos más fácil que puedan entrar pero también cómo sacar la formalidad a la calle, como parte de una tradición prehispánica”, mencionó.
El 55% de la población ocupada está en la informalidad
En México, datos del INEGI indican que más de 55% de la población ocupada trabaja en el sector informal, lo que refleja la magnitud del fenómeno y la necesidad de políticas públicas que busquen un equilibrio entre formalización y preservación de prácticas comunitarias.
Bernal puso como ejemplo a Santiago Tianguistenco, en el Valle de Toluca, donde se mantiene la identidad del comercio popular.
“En el Valle de Toluca está Santiago Tianguistenco, es uno de los mercados más grandes de comercio en el país y el municipio mantiene su identidad. Yo sí creo que hay que formalizar pero no desde el quitar porque dentro de este conflicto la gente también termina optando por el centro comercial”, concluyó.
Digitalización sin eliminar la esencia de los tianguis
Finalmente, señaló que la digitalización podría fortalecer la organización del comercio popular sin eliminar la esencia de los tianguis.
“Se necesita dar la certeza de los comercios a través de la digitalización, China es el ejemplo claro de organización, hay ambulantaje en todas las ciudad, pero prácticamente no reciben efectivo y lo otro es necesarios la transformación de lo informal a los formal sea manteniendo la economía popular organizada”, concluyó.
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