No Matarás, de Ana Sofía González, lleva al lector a vivir escenas de un crimen

Vivir con una culpa, violencia, abandono y un asesinato, en pocas palabras así es el primer libro de la escritora mexicana Ana Sofía González, No Matarás (Alfaguara), su primera novela y la cual deja en la mente preguntas incómodas.

No Matarás, de Ana Sofía González, lleva al lector a vivir escenas de un crimen y las consecuencias de cada acto

En Querétaro vive Alejandra, una adolescente de la clase alta, ella enfrenta las secuelas del abandono de su madre cuando su vida da un vuelco al salvar a su nana, Vicky, en el momento en que es atacada por Juan Pablo, un trabajador del condominio en donde las dos radican.

Todo este vuelco de emociones son las primeras impresiones que ve el lector al iniciar No Matarás, que además Ana Sofía lleva a la década de los 90 cuando diferentes violencias coexistían sin ser visibilizadas como ahora.

Así, con este comienzo se desencadenan una serie de culpas en las dos protagonistas de esta historia contada a partir de un mosaico de tres voces.

“Es un lazo demasiado fuerte que hay entre ellas dos, son muy cercanas, Vicky, se convierte prácticamente en una mamá sustituta, en una hermana, es una relación muy cercana, pero a la hora de enfrentar un crimen Vicky sabe que el papá de Ale va a ver por su hija, no por ella, sabe que el señor tiene relaciones con políticos, sabe que tiene dinero, que tiene recursos, que Ale nunca pisaría la cárcel”, resume Ana Sofía González.

El primer libro de la escritora mexicana

Una historia de culpas y remordimientos

“Son diferentes niveles de culpa, que van del crimen que desencadena la historia, hasta otras más como la que nace en la madre de Ale por abandonarla, y la de su papá por ser agresivo.

“La culpa creo que está constantemente atacando a todos los personajes, desafortunadamente nos pasa a todos, hay culpas a veces que nos están todo el tiempo taladrando la cabeza”.

El lector o lectora que se adentren en las páginas de No Matarás podrán sentir cierta afinidad con los personajes, claro, estas situaciones pueden ocurrir en una colonia cualquiera y mes sorpresivo, en una zona residencial.

Además, la autora tomó algunos pasajes de allegados a ella, personas de carne y hueso.

“Fíjate que todos los personajes que yo presento en la novela están basados en alguien que conocí de cerca o de amistades, la mamá de una amiga, toda la gente que yo he conocido a mi edad, que ya tengo un acervo de personalidades bastante grande y a partir de esos que construimos los personajes, o sea, tienen un poco de mi amiga. Voy como robándome rasgos de cada persona”, expresó.

Ana se apasionó de su obra al grado de vivir a los personajes y tanto que hubo instantes de nerviosismo.

“Me puse en los zapatos de Juan Pablo; también me puse en sus zapatos de alguien que quiere esconder o busca qué hacer que un cadáver claro, estuve pensando como psicópata por muchas semanas, hasta me reía sola, decía ‘qué barbaridad, una manera de cómo yo le haría estando en ese contexto’.

“Pensaba ¿cómo le haría para deshacernos de un hombre de esa corpulencia?, entonces tuve pensamientos muy oscuros”.

Para que No Matarás viera la luz tuvieron que pasar 3 años de arduo trabajo, entre investigación y plasmarlo ya en lo que sería el borrador y después la realidad.

“El primer borrador digamos que me decido con los primeros seis capítulos en donde yo construyo los perfiles de cada uno; ahí sí que me detuve algunos meses y después más o menos un lapso de un año y luego de ese año como otros dos años más reescribiendo de la mitad para adelante, escribir, luego corrigiendo, ajustando, cazando los tiempos para que todo coincidiera.

“Dedicaba entre una hora, tres o cuatro veces a la semana o que tenía tiempo y pues como cualquier trabajo, creo que es elaborar mucho detalle”.

“Los personajes que yo presento en la novela están basados en alguien que conocí de cerca o en amistades”, compartió la autora. 

Guillermo Arriaga la emocionó cuando le dijo unas palabras por el libro, ocasionando que a Ana le hiciera corto circuito el alma por la emoción.

“La fortuna y el honor de que él conociera mi novela muy temprano, porque yo metí la obra a concursos y de esa manera a las editoras les llamó la atención y bueno, pues ahí estuvo el tema de que estaban interesadas en publicar y a Guillermo le compartieron la novela, la leyó, le gustó mucho y me dedicó esas palabras que la verdad le agradezco muchísimo, porque contar con su validación, digamos, me da muchísima suerte”, recordó.

PAT