Con voz firme y entre lágrimas, Jacqueline González, madre de Kimberly, adolescente de 16 años desaparecida en el municipio de Naucalpan, lanzó un mensaje que ha estremecido a la comunidad: “No me rendiré hasta encontrarte, Kimberly. Mami no dejará de buscarte”. Sus palabras se han convertido en un eco de esperanza y también en una advertencia que, según ella, proviene del cielo.
Desaparición de Kimberly en Naucalpan conmueve a redes sociales
En su página de Facebook, Jacqueline González expone su desesperación por encontrar a su hija.
La desaparición de Kimberly ha encendido la indignación social y el dolor de una familia que se niega a rendirse. Jacqueline, visiblemente afectada, asegura que su lucha no se detendrá y que su fe es la fuerza que la sostiene. “Vivimos en tiempos donde la gente hiere sin temor, usa palabras como armas, juega con corazones, traiciona confianzas y luego sigue su camino como si nada pasara. Pero Dios dice: cuidado. Porque no todo el que calla es débil, y no todo el que se retira está vencido”, expresó.
La madre de la joven insiste en que su clamor no es solo personal, sino un llamado a la conciencia colectiva. “Hay personas que no se defienden en redes, no gritan, no se vengan. Se arrodillan. Y cuando una persona justa ora desde el dolor, cuando sus lágrimas no buscan lástima sino justicia, el cielo no aplaude… el cielo responde”, dijo con firmeza.
Jacqueline sostiene que su fe le recuerda que Dios es amor, pero también Padre, y que un Padre no es indiferente cuando tocan a sus hijos. “Él escucha lo que nadie oye, ve lo que nadie ve y actúa cuando tú crees que no pasó nada”, señaló.
En medio de la tragedia, la madre lanzó un mensaje que trasciende lo personal y se convierte en advertencia: “No hieras a quien ora. No menosprecies a quien llora. No provoques lágrimas que Dios tiene que secar. Porque hay dolores que suben como oración, y cuando llegan al trono, Él se levanta”.
Cifras de desapariciones
La desaparición de Kimberly se suma a la preocupante cifra de adolescentes y mujeres reportadas como no localizadas en el país. Organizaciones civiles han reiterado que cada caso es un recordatorio de la urgencia de fortalecer los mecanismos de búsqueda y de garantizar justicia para las familias que viven este calvario.
Jacqueline, sin embargo, no se limita a exigir acciones institucionales: también advierte sobre las consecuencias espirituales de la indiferencia y la violencia. “No todo queda impune. No todo se olvida. No todo se arregla con el tiempo. Hay oraciones que activan justicia, y cuando Dios interviene, no pregunta quién tenía la razón, sino quién hirió al justo”, afirmó.
El mensaje de la madre se ha viralizado en redes sociales, donde miles de usuarios han mostrado solidaridad y han compartido la frase que se ha convertido en símbolo de resistencia: “No me rendiré hasta encontrarte, Kimberly”.
La historia de Jacqueline y su hija es un reflejo de la lucha de muchas familias mexicanas que enfrentan la ausencia de seres queridos. Su voz, cargada de fe y dolor, se convierte en un llamado urgente: “Arrepiéntete. Corrige. Pide perdón mientras todavía es tiempo. Porque cuando Dios decide defender a uno de los suyos, no motiva, no negocia”.
Con cada palabra, Jacqueline González recuerda que detrás de cada desaparición hay una madre que no se rinde, una familia que espera y una sociedad que no puede permanecer indiferente.
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