No soy de aquí, ni soy de allá – Philippe Ollé-Laprune (Tercera y última parte)

El libro de ensayos No soy de aquí, ni soy de allá de la autoría de Philippe Ollé-Laprune, uno de los gestores culturales europeos más inquietos de los siglos XX y XXI, llega para deleitar a las audiencias interesadas en conocer un poco más de la relación de fascinación intelectual entre el mundo hispánico y Francia, particularmente entre nuestro país: México y la nación de la igualdad, la libertad y la fraternidad. 

Estos ensayos han sido divididos de manera estratégica en: Desde aquí, desde allá, entre los dos, de otra parte, cerrando con y más allá…

Hoy nos adentraremos en la tercera parte de la entrevista iniciada esta semana.

P.C.- Ya la ocasión pasada platicamos del asunto de la nostalgia y del sentimiento del in between estando aquí no estoy por completo, ¿aún te sucede? Comparte con nuestros lectores la manera en que esto ocurre, por favor.

P.O.L.- La nostalgia o el sentimiento de in between como lo llamas, puede pasarle a cualquiera, de hecho creo que me sucedía cuando vivía en Francia antes. Un amigo mío después de que yo vivía en México, me dijo: “De todas formas tú seguramente como te acostumbras tan bien a México, seguro en tu país ya tenías una existencia marginal, una existencia de exiliado…”  Y es un poco cierto, hay personas que están hechas para vivir de esta manera, una manera sin demasiado anclaje a lo que nos rodea.

P.C. -Existe una cantidad importante de autores europeos que has compartido con Latinoamérica, desde Aimé Césaire, Michel Liris, Alain Robbe-Grillet, Céline, Maurice Blanchot, ¿quiénes te faltan? ¿Cuáles son tus nuevos descubrimientos?

P.O.L.-  No se trata tanto de nuevos descubrimientos, hay jóvenes autores que me gustan mucho y que no he escrito sobre ellos. Hay autores que no están en este libro que para mí han sido muy importantes y que releo con mucha pasión, como Georges Bataille que me ha acompañado muchos años, descubrí que no tengo un texto sobre él. Son los que todavía me alimentan y espero poder escribir sobre ellos, porque me gustan mucho.

P.C.- Existen múltiples posibilidades de disfrutar y amar la vida cuando se vive entre dos mundos, tú lo has hecho, ¿eso es así, se puede? ¿De qué manera? 

P.O.L.- Claro que se puede disfrutar y amar la vida cuando se tienen dos mundos, dos existencias, casi dos identidades. A veces no eres la misma persona en un país y el otro. Yo creo que de todas formas los mundos suman y no se anulan y es una vez que lo tienes claro que te das cuenta que puedes disfrutar muchísimo más de todo.

P.C.- Hablas de una patria sin pasaporte, ¿es acaso que un ciudadano del mundo como tú aún lo requiere? No me refiero a la tramitología, sino a la sensación de seguir siendo extranjero en los lugares que has ya hecho tuyos.

P.O.L.- Esas palabras de patria sin pasaporte son las palabras de Octavio Paz hablando de Francia, diciendo que era su segundo país. Yo no tengo mucho afecto a esos papeles, efectivamente no tengo pasaporte mexicano, porque me parece que me defino como extranjero en México, por lo tanto si yo pidiera un pasaporte mexicano sería un poco renunciar a esa parte mía, que seguirá siendo extranjera siempre.

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P.C.- Y más allá es por mucho una de mis secciones favoritas, cuéntame por favor ¿de qué manera rechazas el silencio al escribir y esa sensación de vivenciar de manera cíclica una única noche, esa a la que se vuelve todo el tiempo, esa noche de los tiempos provista de la crueldad e inhumanidad? ¿Por qué gritar ante su monstruosidad, si lo más cómodo podría ser callar y ser comparsa?

P.O.L.- Escribir es tomar la palabra, es rechazar el silencio, como dices en tu pregunta, rechazar esa noche la oscuridad. Yo sigo pensando que vale la pena luchar contra las adversidades, especialmente esa oscuridad. Vivimos tiempos muy oscuros, vivimos tiempos donde triunfan muchas fuerzas que me parecen repugnantes y una buena manera de verse en el espejo es decir que puedes intervenir aunque sea de una manera muy humilde que es tratar de rechazar el no pensamiento, tratar de articular ideas y argumentos y por ahí mostrar que el espíritu humano es capaz de plantarse frente a todo eso y seguir exigiendo y seguir reflexionando.

P.C.- ¿Existe acaso la palabra proscrita? Cuéntame de la censura, ¿por qué la palabra es incendiaria y peligrosa, como en el triste y célebre caso de tantos como Lorca, Víctor Jara, Ajmatova? ¿cómo la vives? ¿Acaso logras escapar de ella?

P.O.L.- Sí, hay palabras que la sociedad excluye. Me parece que lo más interesante es pensar la palabra escrita, como un desafío a la estupidez que invade todo, que invade el mundo mediático, comercial y político. Plantar ideas claras, muy bien delimitadas, proponer belleza, es rechazar la amenaza que quisiera callarnos.

Me gusta mucho la idea que defiende el poeta francés Bernard Noël, inventando una palabra nueva que es censura  con “S”  – sensura –  que es una palabra que describe la pérdida del sentido de las palabras por la invasión de las mismas y su profusión que vivimos hoy, especialmente en el mundo mediático y político y frente a eso afilar el espíritu y tener una precisión en los términos para rechazar esa estulticia, eso es lo que propone la palabra escrita, especialmente los ensayos que trato de escribir.

Para conocer más de estos ensayos y de los temas aquí tratados la recomendación es leer No soy de aquí, ni soy de allá, de Philippe Ollé-Laprune, publicado por Editorial Sexto Piso. Un gozo para los sentidos y la razón.

@PalomaCuevasR

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