Pocas entidades del país reflejan con tanta claridad el pulso de la modernidad política como Nuevo León, donde la contienda de 2027 no tiene un favorito claro, pero sí múltiples aspirantes que, desde distintas trincheras, capturan el ánimo de una sociedad altamente crítica, informada y urbana.
En el estado industrial por excelencia, donde convergen las élites económicas, los poderes mediáticos y las juventudes digitales, la disputa por la gubernatura es más bien una batalla de personalidades que de estructuras partidistas.
De acuerdo con el estudio de Demoscopia Digital de julio, Morena lidera con apenas 20.9 % en el escenario sin alianzas, seguido muy de cerca por Movimiento Ciudadano (18.7 %) y el PAN (17.8 %). Sin embargo, la verdadera contienda se vuelve más cerrada al observar los bloques con alianzas:
- Morena-PT-Verde: 28.6 %
- PAN-PRI: 27.9 %
- MC (solo): 18.1 %
Los tres proyectos políticos están a poca distancia entre sí, lo que convierte a Nuevo León en el estado más competido del país hasta ahora. Además, un 20.6 % de indecisos refleja que la volatilidad es la regla en un electorado históricamente crítico del centralismo y poco fiel a siglas partidistas.
Morena mantiene una base sólida gracias a su presencia territorial y al gobierno federal. El senador Waldo Fernández González, con 27.8 % de preferencia interna, encabeza la carrera varonil, seguido por el alcalde de Escobedo, Andrés Mijes, que crece a 18.3 %, ambos con buena presencia en el área metropolitana.
En el flanco femenino, Clara Luz Flores sigue siendo la mujer morenista mejor posicionada. Su perseverancia institucional y su visibilidad federal la mantienen vigente, con posibilidades reales si la candidatura se inclina por la vía femenina, con una preferencia de 26.8 %, superando a Tatiana Clouthier (17.5 %) y Judith Díaz (11.9 %).
Morena tiene estructura y lealtades, pero su reto es convertir ese capital en narrativa ganadora, en un estado donde el voto se construye más en percepciones que en militancia.
Dentro de Movimiento Ciudadano, la preferencia interna de Luis Donaldo Colosio Riojas es de 21.5 %. El senador conserva un liderazgo simbólico que, sin embargo, parece haber tocado techo. Su figura genera respeto, pero también expectativa no resuelta: ¿se lanzará por Nuevo León o buscará otros horizontes?
Mariana Rodríguez, con 20.3 % de preferencia, ha construido una plataforma de influencia cultural y política inédita en la política mexicana reciente. Sin cargo formal, su marca personal le permite posicionarse como una figura con potencial disruptivo, sobre todo entre jóvenes y mujeres. Si MC decide apostar por ella, la campaña se convertiría en un fenómeno de redes y emociones, pero también en una prueba de profundidad política.
MC tiene narrativa, rostros y popularidad; lo que aún le falta es una candidatura decidida y una estructura que respalde más allá del influencerismo.
En la alianza PAN-PRI, las cartas tradicionales se mantienen vigentes:
Adrián de la Garza, actual edil de Monterrey, encabeza al priismo con 30.9 % de preferencia interna. Político de carrera, conocido, con presencia en el estado y con apoyo en sectores empresariales. Su reto será lograr una candidatura de unidad que no huela a pasado y que logre entusiasmar a un público escéptico.
Lo que se juega en Nuevo León no es solamente quién gana, sino qué estilo de liderazgo prefiere el votante del norte:
¿Uno institucional como Waldo Fernández o Clara Luz?
¿Uno simbólico y emocional como Colosio o Mariana?
¿Uno técnico y de trayectoria como Adrián de la Garza?
La elección será también un plebiscito sobre la era mediática de Samuel García, que, sin estar en la boleta, marcará la conversación.
Ningún partido tiene asegurado el triunfo en Nuevo León.
Todo dependerá de a quién lancen, cuánto se polarice la elección y si los independientes, los jóvenes y los indecisos se activan.
Hoy, Morena tiene estructura y presencia; el PAN y el PRI, oficio y tradición. Pero la moneda está en el aire.