El Papa Francisco deja como gran legado la Alegría de Vivir, un mensaje que siempre destacó. Aunque en la vida haya momentos de tristeza, insistía en que el distintivo del cristiano debe ser la alegría.
“Su muerte nos llena de tristeza, pero su partida en este fin de Cuaresma nos demuestra que ya está en los brazos de Dios”, expresó el párroco de la iglesia de Boulevares Naucalpan y Capellan en el Cristóbal Colón, Manuel Balderas
A nivel universal, el legado más importante que deja a los cristianos es la Evangelii Gaudium, su exhortación apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual.
La alegría como sello del cristiano, legado del Papa Francisco
Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco hizo de la alegría una marca fundamental de su mensaje. “Un santo triste es un triste santo”, decía con convicción, porque creía que el cristianismo debía vivirse desde la alegría.
Siempre señalaba que un cristiano no debe tener “el rostro de un hombre mal pagado” ni una “cara de funeral”. Lamentaba que algunos creyentes vivieran en una eterna Cuaresma, pero nunca en una Pascua, es decir, sumidos en el sufrimiento y el abatimiento.
Para él, la alegría era clave en la evangelización, pues decía que nadie quiere acercarse a alguien que siempre está triste. “Si nos ven alegres, se suman al cristianismo”, repetía, resaltando que los mexicanos, por naturaleza, son un pueblo alegre.
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México y su amor por el Papa
México es un país que ama a los Papas, y con Francisco no fue la excepción. Su sencillez y cercanía provocaban simpatía y hacían que los fieles se sintieran valorados.
Hoy, dijo, la tristeza y la alegría se mezclan entre los creyentes. Por un lado, se lamenta su partida, pero también se celebra su encuentro con Dios. “Nos embarga la alegría porque sabemos que se ha encontrado con ese Dios bueno”, expresan muchos fieles.
Las redes sociales se han llenado de imágenes que representan su llegada al cielo, un reflejo del cariño que la gente le tenía.
Una despedida evangélica
Ayer, en su último día en la Tierra, el Papa Francisco recorrió las calles del Vaticano, despidiéndose de sus feligreses. No quiso que lo vieran como un enfermo que sufría, sino como un pastor que amaba profundamente a su pueblo. Fue una despedida llena de Evangelio, enfatizó.
En la Arquidiócesis de Tlalnepantla, ya hubo una celebración en su honor. Se realizó el tradicional repique de campanas y se anunciaron misas para recordarlo como el Papa de la Alegría.
Así, en medio del duelo, los cristianos celebran su paso hacia la vida eterna, en un momento que coincide con el fin de la Cuaresma y el inicio de la Pascua. Su legado de Evangelii Gaudium queda marcado en la historia de la Iglesia y en los corazones de quienes lo siguieron, finalizó.
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MPH