Mucha gente quiere cerrar un ciclo, sin embargo, se mantiene dentro del mismo, lo que le impide que pueda hacer un corte correcto.
Mientras se permanece se continúa siendo parte del círculo, sobre todo, si se continúa haciendo “más de lo mismo”, ya sea en una situación, una relación, un trabajo o lugar, porque la misma permanencia no marca un final claro, haciendo además que lo que ocurre aún afecte o altere tu estabilidad emocional, tus decisiones y en algunos casos, menoscabe tu salud física y mental.
Al cerrar un ciclo lo primero es salir de este, podrás preguntar ¿qué pasa si por ahora es imposible salir de donde ya no te sientes bien, o que incluso nunca experimentaste bienestar? (O porque dejó de ser funcional y no brinda la satisfacción necesaria para mantenerte motivado o comprometida, o porque tu paz mental se ve cotidianamente afectada dentro de este círculo).
Si no puedes salir físicamente y colocar punto final a una relación o vínculo si puedes simbólica o emocionalmente hacer un cierre de tu participación en esa dinámica.
Lo ideal sería marcar distancia física, además de mental y emocional, si no es posible irte sí puedes cambiar la manera de quedarte eligiendo patrones de comportamiento, que por lo menos a ti, no te lleven a la repetición interminable de lo que ocasiona el conflicto.
¿Cómo cerrar un ciclo aun sin continuas en el mismo lugar?
- Renunciar a participar en discusiones que no llevan a soluciones.
- Evitar responder a las conductas negativas de otras personas.
- No participar en rumores de pasillo.
- Ser cuidadoso con lo que se dice, pero ser asertivo para no caer en una actitud sumisa qué tarde o temprano te conducirá a sentirte mal contigo.
- Gestionar tus emociones de manera adecuada.
- Dosificar tus pensamientos y la atención que diriges a la situación que te está afectando.
- Establecer límites claros y no estar dispuesto a sentirte culpable por respetarlos.
- Tener presente que ya no eres parte y que tu estancia es meramente funcional.
No se trata de negar lo que sucede ni colocarte de blanco para recibir ataques o indirectas, manipulaciones y sabotajes, pero tampoco de ponerse los guantes o desenvainar la espada para responder negativamente ante actitudes u omisiones que afectan tu bienestar, sino de marcar límites claros y justos, y sobre todo, anteponer tu bienestar y el de quienes forman parte del ciclo que está por cerrarse.
Mantenerse en un ciclo que ya no es funcional, no reditúa o lastima, que no te permite experimentar plenamente tu existencia puede lograr que en algún momento tu estado de ánimo no sea óptimo para disfrutar de lo que, si te aporta satisfacción, y no solo esto, aferrarse a un ciclo que ya no tiene sentido es desgastante física y emocionalmente, puedes perder años de tu vida sin experimentar tranquilidad y crecimiento.
Si puedes alejarte de esta dinámica y comenzar en otro lugar será conveniente que no sólo hagas un cambio físico, sino que también te alejes mental y emocionalmente, es decir; que una vez que algo ha finalizado no lo extiendas por medio de pensamientos inagotables sobre lo que ha terminado.
Siempre ayuda cerrar un ciclo con acompañamiento en un espacio terapéutico, o a través de conversaciones sanadoras con alguien de confianza que sea objetivo y te ofrezca un punto de vista en el que distingas cuál fue tu participación en lo vivido, no para que te lastimes con la culpa sino para que tomes lo que pueda servirte para tu crecimiento personal o laboral.
- Que busques sanar emocionalmente para que no cargues la experiencia como un trauma y que aún en la distancia o al pasar el tiempo permanezcas involucrado o involucrada con lo que ya fue.
- Cerrar un círculo implica despedirse inclusive de creencias, redefinir, resignificar y aprender.
- Aceptar que termino y continuar tu camino sin llevar a cuestas lo que no se cambió en su momento, sea o no sea tu responsabilidad los sentimientos de culpa no ayudan a sanar y el resentimiento, tampoco.
Cerrar un ciclo es un proceso, y como tal, lleva tiempo, en ocasiones es necesario elaborar un duelo con lo que termina y entender que el dolor y las emociones que se presentan son parte de este proceso.
¿Qué dificulta el cierre de un ciclo?
- No admitir que termino.
- Quedarse sin establecer, aunque sea una mínima diferencia.
- Separarse físicamente pero no dejar de pensar y de experimentar o revivir una y otra vez las emociones displacenteras que experimentaste.
- No emplear la inteligencia emocional.
- Sin proceso de cierre no hay distancia que favorezca la elaboración del círculo que concluye.
En tanto, tú sigas insistiendo en pertenecer a este… porque continúas hablando con la persona con la que tuviste una relación, por ejemplo, o por qué no has modificado tus expectativas respecto al vínculo, al empeñarse en señalar como responsable a otra persona permanentemente, engancharte con sus actos y nuevas decisiones aun si ya no hay relación entre ustedes.
Por si no te das cuenta, la energía que se continúa dando a un ciclo que finalizo impide que tengas la energía suficiente para vivir el presente, vivir, disfrutar y entregarse al aquí y el ahora.
A lo largo de nuestra vida atravesamos y somos parte de un gran número de ciclos y la gran mayoría de estos son y serán temporales, unos con una duración mayor que otros, pero los ciclos son temporales, si nos negamos a aceptar esto nos condenamos a detener nuestra propia evolución.
Aun en las situaciones que no se terminan nada es para siempre, las relaciones se fortalecen o se desgastan, se crece o se está en pausa, nada es permanentemente igual.
Cada ciclo puede es distinto aún cuando se trata de experiencias relacionadas en un mismo tema.
Cuando un patrón se repita una y otra vez, y parezca que las condiciones confabulan para hacerte vivir algo muy similar o casi idéntico a lo que ya te lastimó anteriormente viene bien reconocer qué es lo que estoy haciendo o eligiendo para repetir el mismo ciclo que no es favorable y que me lleva al dolor emocional, a la sensación de fracaso, que afecta la autoestima o pone en riesgo tu integridad.
Aceptar nuestra participación en aquello que nos afecta puede ser difícil, incluso doloroso, pero es indispensable para dejar de hacerlo.
Una vez que puedes aceptar cuál ha sido tu participación, ya sea porque no hiciste nada para modificar lo que estaba sucediendo, porque tuviste miedo de marcar límites, porque no confiaste en ti o por las razones que encuentres y que valides para actuar como lo hiciste, empiezas a sanar, porque el ciclo no termina en las despedidas, sino cuando integras lo vivido a tu experiencia, al tomar la oportunidad para ser tu mejor versión, cuando perdonas y te comprendes, al liberarte de creencias y comportamientos que te hacían daño, al dejar de negociar con tus limites, validando tus emociones, al sentir gratitud por lo positivo que recibiste, al agradecer que concluyera y sentir que estás preparado para ir al siguiente ciclo.
A veces, los ciclos empiezan a concluir cuando dices adiós, otras veces cuando no te has despedido pero todo tu ser ya está en el siguiente nivel y solo hace falta expresar con claridad, responsabilidad afectiva, empatía y respeto lo que has decidido, si la otra parte no lo acepta, no lo comprende o no lo respeta no deberías obligarte a continuar un ciclo por las razones equivocadas, recuerda que la lealtad no tiene precio… y existe una lealtad que tampoco debes traicionar, la que te debes a ti y a tu existencia.
Un abrazo
¡Hasta el próximo viernes!
Lore
Psicoterapia y coaching.
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