Parque Ecológico Lago de Texcoco, una obra monumental para los siguientes 100 años

Se convertirá en un símbolo del potencial de renovación de la sociedad, un ejemplo de cómo restaurar la naturaleza y devolver a las familias mexicanas la esperanza en el futuro

Por: Iñaki Echeverría/Jorge Lestrade

El Parque Ecológico Lago de Texcoco es la pieza clave para garantizar la viabilidad ambiental del valle de México y mantenerlo como un sitio habitable durante los próximos 100 años.

Su instrumentación conserva viva la oportunidad de recuperar sistemas naturales, sociales, de producción y urbanos que coexistían en balance y que fueron destruidos.

En esto radica su estrategia: no intentar reconstruir un paisaje y una geografía que ya no existe, sino conservar los entornos que aún sobreviven y restaurar los que sea posible con la mirada puesta en el futuro. 

Parque Ecológico Lago de Texcoco

El acto histórico y contundente más importante para la conservación, rehabilitación y restauración ecológica en la zona fue el decreto presidencial, del 22 de marzo de 2022, por el que el lago de Texcoco se declaró “Área de Protección de Recursos Naturales”, la región número 168 de este tipo en el país, que a partir de una normativa federal compromete la recuperación y preservación de los servicios ecosistémicos. Si bien históricamente el territorio había enfrentado procesos de desecamiento y destrucción, la denominación de área natural protegida (ANP) asegura el cuidado de los recursos naturales de este espacio que representa aproximadamente 11 por ciento de la mancha urbana del valle de México. 

Al ser un ANP, la población de todos los municipios y lugares aledaños al parque, incluida la Ciudad de México, tiene garantizado este lugar emblemático que nos recuerda la responsabilidad que tenemos todas y todos los mexicanos con el medio ambiente. Los trabajos realizados en el parque muestran tanto la relevancia de los humedales que aún quedan en el Lago de Texcoco, y los que es posible restaurar como el daño que representa su destrucción, no sólo para la avifauna y las especies botánicas que allí habitan, sino también en el contexto global, pues los cuerpos de agua existentes pertenecen a la Lista de Humedales de Importancia Internacional de acuerdo con la Convención de Ramsar. 

Esto es vital, porque el lago de Texcoco forma parte de la Región Hidrológica Prioritaria “Remanentes del complejo lacustre de la Cuenca de México”, y es considerado el cuerpo de agua más importante de la Cuenca de México, ya que es el único vaso regulador hídrico y climático que existe al oriente del estado de México.

Se trata de un acto de justicia social histórico en favor de la gente para preservar algo de lo que le corresponde, en su beneficio y en el de las generaciones por venir. Este proyecto permite imaginar un futuro más amable para quienes habitamos el valle de México, en particular para los más vulnerables, en un momento en que las consecuencias del cambio climático se vuelven cada vez más evidentes. 

Tragedias como la ocurrida en octubre pasado en Guerrero, cuando el huracán Otis golpeo la costa con una fuerza inusitada, son una triste y lamentable muestra de eventos que serán cada vez más frecuentes en todo el mundo. En este contexto de cambio climático, huracanes, temperaturas extremas, escasez de agua e incremento de cotas del nivel del mar, el valle de México aumenta su valor como una región estratégica del país dada su elevación, temperaturas templadas, la extensa población que lo habita y su historia, cultura y economía. Dotarlo de viabilidad ambiental en el futuro es crítico e indispensable y el lago de Texcoco se convierte en la pieza de resistencia en este proceso de restauración más amplio de su Cuenca hidrológica. 

LA MAGNITUD DEL PROYECTO 

El Parque Ecológico Lago de Texcoco es un extenso territorio que contiene diversas obras de infraestructura verde y azul —un concepto que combina la gestión sostenible del agua, la conservación y restauración del entorno natural— enfocado en servicios ambientales —es decir, en los beneficios que los ecosistemas naturales proporcionan a los seres humanos y al entorno en general—, en una extensión de 14 mil 300 hectáreas, de las cuales 4 mil 800 ya están destinadas para abrirse al público y se trabaja en muchas más. 

Para entender su dimensión: de norte a sur, tiene una longitud de 16 kilómetros, la misma distancia que separa al parque del Museo Nacional de Antropología y el Museo de Los Pinos. Y sus 14 mil 300 hectáreas equivalen a 18 veces el Bosque de Chapultepec, 1.65 veces la ciudad de Oaxaca o 2.5 veces el área de la isla de Manhattan en Nueva York.

Este territorio tiene la capacidad de reducir la grave carencia de áreas verdes y azules del oriente del valle de México. Actualmente, los municipios de la zona cuentan apenas con 1.7 m 2 de áreas verdes por habitante, y se estima que este número aumentará 2.6 veces, hasta llegar a 4.7 m 2 por habitante. También duplicará el equipamiento deportivo disponible en un radio de 15 km. Cuando esté abierto completamente al público, se espera que pueda recibir 9 millones de visitantes anualmente. 

El Parque Ecológico Lago de Texcoco tiene una rica historia y una diversidad natural sorprendente, que ha experimentado una transformación notable a lo largo de los siglos y ha sido testigo de cambios ambientales, culturales y urbanos significativos. 

Históricamente, el territorio en el que se encuentra estuvo ocupado por el antiguo lago de Texcoco, una masa de agua que desempeñó un papel crucial en la civilización mexica, pues en este lugar construyeron su capital, Tenochtitlan, sobre islas artificiales llamadas chinampas, un sistema de infraestructura híbrida que permitió construir espacio ritual, político, social y sobre la misma tecnología cultivar, habitar y movilizarse para prosperar en este entorno acuático/terrestre. Este legado cultural se refleja en la principal estrategia del proyecto, que apuesta y promueve una lógica de infraestructuras híbridas y multifuncionales como una mejor forma de habitar, así como en las diversas herencias pre – hispánicas que aún existen en la región. 

RECUPERAR CUERPOS DE AGUA 

A partir de la Colonia y perpetuado de forma inminente en el México moderno, el lago es drenado para dar paso al desarrollo urbano y agrícola, lo que resultó en la pérdida de un ecosistema invaluable y en una alteración significativa del paisaje. El lago albergaba una rica biodiversidad y muchas especies dependían de él como fuente de alimento, refugio, reproducción, ya que forma parte de un corredor migratorio que habitan hoy 100 mil aves de forma permanente y utilizan 200 mil en su trayecto anual de Alaska a Sudamérica, así que la degradación de este hábitat acuático llevó a la desaparición o la drástica disminución de diversas especies. En conjunto, la pérdida de hábitat, la contaminación y la interrupción de las cadenas alimentarias tuvieron consecuencias a largo plazo en la biodiversidad y la salud de los ecosistemas locales. Por ello, uno de los objetivos de la estrategia del Parque Ecológico Lago de Texcoco es recuperar el mayor número posible de cuerpos de agua para coadyuvar en la expansión de hábitats para diversas especies botánicas y de avifauna, proporcionando además áreas de equipamiento para garantizar a la población el derecho a un entorno urbano sostenible y a un ambiente saludable, mediante planes enfocados en preservar y mantener los cuerpos de agua existentes, rehabilitar áreas potencialmente inundables e incluso desarrollar infraestructura hidrológica que ayude a incrementar la superficie de agua. 

El proyecto persigue una serie de beneficios a través de infraestructuras verdes y azules y edificadas. A el corto plazo, las instalaciones deportivas y culturales permiten mejorar la calidad de vida de los habitantes de los alrededores, las obras de transformación del paisaje tienen el objetivo de contribuir a controlar las inundaciones, tolvaneras —tormentas o torbellinos de polvo o arena, originadas por la falta de vegetación y/o agua—, a incrementar el hábitat para diversas especies y a mejorar las condiciones ambientales que promueven la biodiversidad. 

A mediano plazo, la gestión hidrológica podría contribuir a reducir la escasez de agua y las altas temperaturas que afectan a los municipios circundantes. A largo plazo, el proyecto busca ser la pieza clave en un pro – ceso más amplio y ambicioso de restauración de la ecología de la Cuenca hidrológica del valle de México basada en una lógica de servicios ambientales y de justicia ambiental y social.

 JUSTICIA AMBIENTAL 

La vocación del Parque Ecológico Lago de Texcoco es primordial – mente ambiental. Por ello, un paso contundente para su preservación fue el decreto por el que se declara Área Natural Protegida con el carácter de Área de Protección de Recursos Naturales, la zona conocida como Lago de Texcoco, en los municipios de Texcoco, Atenco, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl del estado de México, el 22 de marzo de 2022, gracias a los trabajos conjuntos del gobierno federal, la Secretaría de Medio Ambiente, la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el Parque Ecológico Lago de Texcoco, el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra y la asociación civil Manos a la Cuenca. 

Al convertirse en área natural protegida, se establece un enfoque prioritario en la protección de los recursos naturales existentes, fundamental para mantener la resiliencia de los ecosistemas, pues la diversidad de especies y hábitats permite una mayor adaptabilidad ante alteraciones climáticas y ambientales.

 La restauración y conservación de este espacio natural es esencial para la mitigación de los efectos del cambio climático en la Cuenca hidrológica del valle de México y sus alrededores. Al restaurar áreas de humedales, éstos actúan como un sumidero de carbono, permitiendo que el suelo almacene carbono orgánico y evite que se libere a la atmósfera en forma de dióxido de carbono (CO 2 ). Esta capacidad de almacenamiento de carbono contribuye directamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y al esfuerzo global por mantener el calentamiento global por debajo de niveles peligrosos. Se calcula que este territorio puede ayudar a almacenar 3.34 por ciento del CO 2 emitido por consumo de combustibles en la Ciudad de México, que anualmente alcanza 43.77 millones de toneladas. 

En una región que sufre sequías e inundaciones periódicas, como la zona urbana del oriente del valle de México, los humedales también pueden ayudar a regular el ciclo del agua, al controlar el exceso durante las lluvias intensas y liberarla gradualmente durante las temporadas secas, proporcionando un suministro para la comunidad local y la agricultura circundante. Además, evitan las tolvaneras que llevan al aire partículas PM10 y PM2.5 —de 10 a 2.5 micrones de diámetro, o menos—, causantes de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, e incluso cáncer pulmonar tras exposiciones prolongadas, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud. Estas partículas tienen un efecto en la salud humana por su composición, que resulta tóxica por la presencia de sales alcalinas, sulfatos, cloruros y bicarbonatos, principalmente. 

Por otro lado, la designación del lago de Texcoco como sitio Ramsar 1 tiene un impacto directo en la calidad de vida de las comunidades circundantes y en la preservación del patrimonio natural. Proporciona una salvaguardia contra futuras actividades humanas que puedan amenazar la integridad del entorno en esta área. Simultáneamente, se presenta como una oportunidad para promover proyectos de educación ambiental destinados a acercar a las personas a la comprensión, preservación y protección de los humedales. 

RESCATE DEL MEDIO AMBIENTE Y BENEFICIOS SOCIALES 

El Parque Ecológico Lago de Texcoco muestra la estrecha relación que existe entre el rescate del medio ambiente y el bienestar social y cultural en una comunidad. Como parte de los objetivos de la justicia social, el proyecto busca enriquecer la vida de las personas y fortalecer su identidad cultural; proporciona un espacio vital para el esparcimiento y la recreación al aire libre; busca concientizar sobre la necesidad de preservar la biodiversidad y el sano funcionamiento de los ecosistemas y ciclos naturales, así como fomentar el cuidado del entorno y el compromiso con la protección del medio ambiente. Los programas de educación ambiental y las visitas guiadas brindarán a todas las personas, pero especialmente a niñas, niños y jóvenes, la oportunidad de constatar que todos somos parte del mismo sistema. 

El proyecto será un ejemplo de cómo una gestión adecuada de infraestructuras verdes y azules puede influir en la calidad de vida y del entorno físico que las rodea. 

A mediano plazo puede, además, desempeñar un papel crucial en la solución de los problemas de abastecimiento de agua del valle de México y el restablecimiento de un sano funcionamiento de los acuíferos. Al preservar y restaurar los humedales, puede actuar como una esponja, recargar mantos subterráneos y mejorar la disponibilidad de agua. 

Al involucrar activamente a las comunidades locales y fomentar la participación ciudadana, el parque puede convertirse en un modelo para la gestión sostenible del agua y otros recursos, beneficiando al medio ambiente y a la población del valle de México. Mediante prácticas bioculturales, de gestión sostenible como la conservación del agua, la promoción de energías limpias, la agricultura y el diseño ecológico, se crea un precedente valioso para otras áreas urbanas, infraestructuras y territorios productivos en México y en el mundo. 

El PELT se diseñó con base en una metodología de escenarios, lo que permitió crear una estrategia de final abierto, flexible y sostenible en el tiempo, con una lógica de servicios ambientales; en adelante, será posible incorporar planes diversos que atiendan demandas técnicas y sociales que existen o que están por venir. 

Es una demostración de que es posible concebir infraestructura suave o ingeniería viva, multifuncional y sensible, para coadyuvar al desarrollo y el progreso sostenibles más eficazmente a través de servicios ambientales. Una muestra de que la infraestructura no exige excluir ni ignorar los sistemas naturales, sociales ni culturales; y en el contexto de la zona oriente del valle de México ofrece la oportunidad de un futuro radicalmente mejor.

 El Parque Ecológico Lago de Texcoco se convertirá en un símbolo del potencial de renovación de nuestra sociedad, un ejemplo de cómo restaurar la naturaleza y devolver a las familias mexicanas la esperanza en el futuro. 

Es un acto de justicia social y ambiental histórico en beneficio del Valle de México y de sus poblaciones más vulnerables, enfocado en una mejor forma de habitar, mayor bienestar y mejor calidad de vida, una pieza clave para garantizar un futuro equitativo y sustentable de cara al cambio climático.

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SPM