Cada diciembre, Tepotzotlán, en el Estado de México, revive una de sus tradiciones más emblemáticas: las pastorelas.
Este evento cultural celebra la historia bíblica del nacimiento de Jesús y se ha mantenido como una de las expresiones más significativas de la comunidad durante más de seis décadas. Este año, las representaciones se llevarán a cabo del 15 al 23 de diciembre
Pastorelas de Tepotzotlán
De acuerdo con la monografía municipal del cronista Gaudencio Neri Vargas, las raíces de las pastorelas de Tepotzotlán se remontan a los siglos XVI y XVII, cuando las representaciones teatrales de la Navidad comenzaron a mezclar elementos de las festividades prehispánicas con las enseñanzas cristianas.
Durante la época colonial, estas obras servían como una herramienta para difundir los valores religiosos, utilizando la música, la danza y la interpretación teatral para contar la historia del nacimiento de Jesús, así como la lucha entre el bien y el mal.
Hoy en día, la tradición sigue viva en la Plaza Mayor y en el Museo Nacional del Virreinato, ambos escenarios ideales para una puesta en escena cargada de simbolismos con un toque de humor y sátira social que refleja las realidades contemporáneas.
Pastorela como tradición
Carlos Rodríguez, uno de los actores principales de las pastorelas, expresó que para él participar en esta representación es un honor, ya que va más allá de la actuación.
“Participar en la pastorela de Tepotzotlán es un honor. Aquí no solo estamos actuando, estamos preservando una parte importante de nuestra identidad. Cada año, la gente espera este evento y lo que nos da es una conexión más profunda con nuestra comunidad”.
Apuntó que este sentimiento de unidad es lo que mantiene viva la tradición, a pesar de los cambios sociales y culturales que ha experimentado el municipio a lo largo de los años.
La colaboración comunitaria es fundamental en este evento, donde cada miembro de la comunidad tiene un papel importante, ya sea en la decoración, la construcción del escenario o en el propio desarrollo de la obra.
“Es un trabajo en equipo que va más allá de la actuación. Hay niños que ayudan con la decoración, los adultos que construyen el escenario, todos aportamos algo para que esta tradición siga viva”.
Las pastorelas de Tepotzotlán no solo marcan el inicio de la Navidad, sino que también representan un acto de preservación cultural.
A lo largo de las décadas, se ha logrado mantener su esencia, incorporando elementos de las raíces prehispánicas y coloniales que enriquecen la narrativa y la conexión con el patrimonio del Estado de México.
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MPH