Piñatas artesanales de Acolman, una tradición centenaria

La dedicación y creatividad empleada cuidadosamente en las piñatas artesanales que elaboran en el municipio de Acolman son altamente reconocidas, ya que cada pieza es distinguida por su Registro de Marca.

 El símbolo único, otorgado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), convirtió a las piñatas de este municipio en una artesanía de alto valor patrimonial cultural que se va proyectando cada vez más a nivel nacional e internacional.

 Acolman ya era reconocido como la cuna de las piñatas artesanales y de las posadas, pero el registro de marca vino a respaldar la tradición de más de 400 años, cuando nuestros ancestros usaban sus manos para elaborar cada pieza y cuya técnica se ha conservado hasta nuestros días.

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El factor del emprendimiento de piñatas artesanales

La producción ha tenido gran impulso en los años recientes, aunque la pandemia del Covid-19 provocó una pausa en el desarrollo económico de los piñateros, éste se ha ido retomando paulatinamente.

 “Es que las piñatas no pueden faltar en nuestras fiestas navideñas, son un producto indispensable para celebrar la mejor temporada del  año”, indicó Ruth Gisela Estrada una nueva emprendedora de la localidad.

 La joven vio en esta pieza artesanal la oportunidad de un ingreso ante la falta de un empleo formal.

 Primero acudió a uno de los cursos que imparte el área de Fomento Artesanal del municipio de Acolman y con lo aprendido, poco a poco le ha dado su toque personal a cada creación.

 Todo el año recolecta el papel y cartón que le dará forma a la ´panza´ de la piñata y donde se colocarán los coloridos picos.

 El objetivo es reciclar y abonar un poco  al cuidado del medio ambiente, indicó.

 Félix Emmanuel, otro joven emprendedor, tenía 10 años de edad cuando le nació la inquietud de replicar los modelos que veía en tiendas o en el mercado.

 “Mi papá era mucho de romper piñatas de barro; me nace el gusto, porque además de que nunca faltaban en las fiestas, cuando iba en la primaria nos pidieron algunas para el salón, mi mamá fue la que la hizo y yo me quedé con las ganas de elaborar la mía por mi cuenta”, recordó.

 Esta actividad se convirtió en su fuente de ingresos y cada año elabora alrededor de 3 mil piezas de diferentes tamaños y modelos.

Piñatas con origen prehispánico

Es conocido que fue en 1587, cuando los frailes agustinos se encargaron de fabricar por primera vez una piñata que decoraron con colores y siete picos que representaban los siete pecados capitales: avaricia, lujuria, gula, ira, envidia, pereza y soberbia.

 El simbolismo de los frailes agustinos consistía en que el palo representaba la fuerza para romper con los falsos deleites del mundo; los colores brillantes significaban la tentación del demonio, mientras que la fruta era percibida como la gracia de Dios que cae sobre los feligreses.

 Se dice que en el Acolman prehispánico existía el Panquetzalistli, una festividad que celebraba el nacimiento de la principal deidad Mexica.

 Ahí se colocaba un palo alto y en la cima una figura de masa de amaranto del dios Xiuhtecuhtli, así como una olla en cuyo interior se colocaban plumas de colores y piedras preciosas.

 Solamente hombres jóvenes y en edad viril podían competir para llegar a la cima del palo, eran bloqueados por los asistentes y los mismos competidores.

 El que lograba llegar a la cima repartía la estatua de Xiuhtecuhtli para que la gente comiera, ellos arrojaban la olla para esparcir regalos mientras la gente se lanzaba por ellos.

Una tradición conservada por generaciones

En Acolman se tiene el registro de 120 talleres o personas dedicadas a la elaboración de piñatas artesanales.

 El presidente municipal Rigoberto Cortés Melgoza explicó que su administración ha buscado darle mayor impulso a los piñateros, quienes le dan identidad a este pueblo.

 Como autoridad, su trabajo ha consistido en tocar puertas y presentarse en diferentes foros para dar a conocer la grandeza de las piñatas que se elaboran, cada una, de manera única y sin utilizar maquinaria.

 “Estamos haciendo lo necesario para que esta artesanía que nos identifica como acolmenses, como mexicanos, pues vaya más allá de nuestra frontera y que efectivamente no sea solamente el hacer por hacer una piñata”, indicó.

Recordó la gestión que hizo ante el IMPI para contar con la marca colectiva “Piñata Artesanal Acolman Renace” que busca reconocer y proteger la actividad de los artesanos de esta localidad.

Con el posicionamiento de la Marca Registrada, las autoridades han logrado una primera invitación de la Secretaría de  Relaciones Exteriores para llevar la artesanía al estado de Texas, en Estados Unidos.

Feria Internacional de la Piñata

 Mientras se van abriendo más canales de reconocimiento y comercialización, Acolman celebrará este año la 39 edición de la Feria Internacional de la Piñata (FIP).

 Osvaldo Cortés, presidente  del Comité Organizador recordó que fue en 1985, cuando el pueblo de San Marcos Nepantla, hasta entonces dedicado a la costura, tuvo la idea de incursionar en la producción de piñatas.

 “En aquél entonces era una feria muy pequeña, fue una feria que se creó con el objetivo de abrir un espacio para que nuestros artesanos en aquel entonces tuvieran un lugar donde exhibir y vender sus piñatas; a partir de 2019 se asumió un compromiso con los artesanos acolmenses para darle realce y una reorganización a esta actividad”, explicó.

 Señaló que en ese año la feria se elevó a rango internacional, con un sentido mucho más cultural, con elencos de renombre que ayudan a atraer mayores visitantes.

 La 39 edición de la FIP se realizará depl14 al 17 de diciembre, y se espera la asistencia de países invitados, que aún no se definen, con quienes se dará un intercambio cultural y gastronómico que enriquecerá y fortalecerá los lazos amistosos entre  dichas naciones.

Piñata mexiquense tiene Récord Guinness

En el año 2015, el Estado de México logró el Récord Guinness por la piñata más grande del mundo sostenida, cuyo peso  fue de 3.7 toneladas.

 La enorme  pieza que fue exhibida en la ciudad de Toluca  fue elaborada por 117 artesanos mexiquenses, entre ellos electricistas, carpinteros y costureras que lograron  una creación única.

 El Récord Guinness anterior lo tenían en Estados Unidos con una piñata de 360 metros cúbicos, pero la construida por los mexiquenses tuvo 520 metros cúbicos.

 Esta  piñata  tuvo una altura de 28 metros,  siete picos de 11 metros cada uno y un diámetro en el centro de 10 metros. De extremo a extremo, la longitud fue de 32 metros.

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