Pinocho, una historia contradictoria

Todos conocen el cuento de «Pinocho», todos, niños y grandes han disfrutado, llorado y se han angustiado por las aventuras del «niño de madera» que desea ser de carne y hueso.

Sin embargo, Pinocho puede ser todo lo contrario al cuento de hadas que ha mostrado la casa del Ratón Miguelito, se acerca más a lo que Guillermo del Toro propone en su película, así lo consideró el escritor, Felipe Garrido

El académico, quien escribió el prólogo del cuento clásico, pero que es lanzado por editorial NosTra, explicó que Carlo Collodi mostró con su marioneta, la educación que se vivía en la Italia de Benito Mussolini y su preocupación porque esos niños llegaran a hacer adultos ‘educados para conseguir la grandeza italiana’. 

«Collodi estaba preocupado por la educación, siempre pensó que un pueblo educado tiene que ser un pueblo grande y en eso estoy de acuerdo.

«Pinocho fue escrita, primero como tiras periodísticas, pero luego el autor se cansó y dejó de publicar, de hecho, él se enfiló a la guerra, porque estaba de acuerdo con luchar por Italia, en dos frentes, ya que también fue profesor», dijo Garrido.

El cuento, narra cómo Geppetto, un hombre enamorado de su hijo, lo pierde y es tal su tristeza que trata de remplazarlo por una marioneta.

La cual cobra vida gracias a la Hada Azul que le concede al carpintero su deseo de tener un hijo. 

Pinocho una metáfora de la educación por Carlo Collodi

Hasta aquí, todo mundo se sabe esto, sin embargo, dice Garrido, Collodi está mostrando lo que realmente hacen los adultos con sus hijos.

«El autor, el cual, es un apasionado de los cuentos de hadas, que eran, en aquel entonces, un gran método para llegar a las casas y ser leídos por todos, pone en sus líneas lo que realmente hacen los adultos con los niños. 

«Un niño a temprana edad qué es, una marioneta, alguien que es moldeable, según lo que los padres educan, porque son ellos los que educan, no los maestros, nosotros damos el conocimiento, solamente.

«Entonces, ¿Qué hacen los padres con sus hijos? Pues les evitan que sufran, que caigan en malas compañías, que obedezcan, que no corran peligros y por ello las negativas y hasta los castigos», dijo.

Por todo esto, el escritor asegura que Pinocho es un aliado con los adultos, porque muestra las consecuencias de un pequeño que busca encajar y busca ganarse ser un niño de carne y hueso.

«Pinocho es un cuento actual, Pinocho es una muestra de lo que debería ser con los niños y sus padres, no mientas, te va a crecer la nariz. Tienes que ir a la escuela porque te vas a convertir en burro si no lo haces, tienes que obedecer porque hay peligros y te pueden robar. 

«Eso es Pinocho, en pocas palabras, y que Guillermo del Toro retrata a la perfección en su película y qué bueno que la hizo, porque es la más apegada a la historia original», expresó.

Sin embargo, la historia del títere que tiene un grillo de conciencia tiene su otra cara y es la del descubrimiento del niño a su libertad a su independencia y de cómo se rebelan para poder experimentar. 

«No todo en Pinocho está de lado de los papás y los maestros, porque Pinocho, en sí, el niño viviente de madera, quiere dejar de ser un títere, quiere buscar su lugar para convertirse en un pequeño normal.

«Por eso desobedece, se revela, obvia cuenta mucho esa inocencia, que lo hace ser curioso, lo hace ser hasta mentiroso por no verse regañado por un padre que se preocupa en exceso por él. 

«Entonces, Pinocho es una historia contradictoria, una historia que marca un camino para hacer buenos ciudadanos, mientras que por el otro lado es el deseo de libertad, de rebeldía para ser un ciudadano diferente a los demás», aseguró Garrido. 

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En cuanto al acercamiento de jóvenes a estas historias clásicas, Garrido no teme en decir que está de acuerdo, como maestro que es, en las nuevas formas de acceder al conocimiento, donde las redes sociales han hecho a un lado a los libros.

«No hay que temer a las nuevas tecnologías, es más hay que saber usarlas, hay que estar de lado de ellas, porque los niños y jóvenes están utilizando y no podemos quedarnos atrás como profesores y como padres.

«Así que Pinocho es una herramienta actual, el problema es cómo educan los padres, los maestros, todos debemos actualizarnos, porque son estas herramientas las que van a ayudar a que ellos, que están aprendiendo como el niño de madera, lo hagan a su ritmo y con su lenguaje.

«Tenemos una infancia, una juventud, buena o mala, formal o no formal, podemos salvar todo, siempre y cuando trabajemos juntos. La educación salvará al país, si estamos educados seremos un país grande, así como lo soñó Collodi», finalizó. 

DB