Posadas urbanas han perdido su esencia religiosa, antropólogo

El antropólogo social, Mauricio García Sandoval señaló que, en el ámbito urbano las tradicionales posadas se han modificado, el ritual religioso poco a poco ha perdido su esencia, sobre todo entre los jóvenes que creen que una posada es un pretexto para reunirse a comer, beber y bailar. El académico considero que, si no se conservan los elementos simbólicos y culturales de esta tradición, la identidad, integración y cohesión de los grupos sociales se afecta.

Posadas urbanas han perdido esencia religiosa

El científico social mencionó que, debido a los procesos de globalización, cuestiones económicas, la modernización, el avance tecnológico y el contacto con otras expresiones rituales, tradiciones como las posadas se han modificado, “anteriormente tenían un guion bien definido sobre la participación de niños, adolescentes, adultos, el objetivo era el pedimento de posada para María y José, romper piñatas, entregar de aguinaldos, ahora muchas personas solo lo consideran un pretexto para organizar una reunión social”.

El académico de la Universidad Autónoma del Estado de México dijo que las posadas se han transformado, varios de sus procesos se han perdido o se han transformado, “nos damos cuenta que la gente está más interesada en hacer una fiesta, un baile, organizar reuniones sociales, ya no la parte tradicional de pedir posada, quebrar piñatas que antes era de barro y ahora están hechas de cartón y se compran en centros comerciales, los aguinaldos se cambiaron por chocolates, dulces industrializados y en algunos casos ya ni siquiera se arrulla al Niños Dios”.

Cambios en ámbito urbano

García Sandoval reconoció que los cambios son más visibles en el ámbito urbano, mientras que en la zona rural las posadas se mantienen un poco más fieles a la tradición debido a que son organizadas por la propia Iglesia Católica, a través de mayordomías o grupos de oración, aunque también se han modificado, mencionó.

No obstante, que la cultura no es estática, es importante conservar los elementos simbólicos y ya que cuando eso se modifica se corre el riesgo de perder la identidad, integración y cohesión de los pueblos, como lamentablemente sucede en las ciudades, en donde los jóvenes creen que una posada es para comer, beber, bailar, pero desconocen el significado de una posada tradicional que tiene tintes religiosos, aparecen figuras bíblicas, hay rezos, oraciones, rituales, explicó el antropólogo social.

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