Profesión de riesgo

Diálogo en silencio

El periodismo es una profesión con una enorme responsabilidad social que se pone a prueba todos los días y en diversas circunstancias. Su ejercicio adecuado redunda en la credibilidad.

Históricamente así ha sido y la mejor prueba de ello lo vimos recientemente durante la pandemia por Covid-19; en un ambiente inédito en donde los periodistas y los medios de comunicación se volvieron a ubicar en la primera línea de abastecimiento de información verídica y apegada a las fuentes oficiales, en un escenario en donde prevalecieron noticias falsas.

En un estudio que refiere la Unesco y que se elaboró en septiembre del 2020, varios investigadores identificaron más de un millón de mensajes con información inexacta, poco fiable o engañosa relacionada con la pandemia. 

Fue una prueba para el periodismo y salió avante gozando de la preferencia de las y los lectores, radioescuchas o televidentes. Una profesión que merece reconocimiento.

Sin embargo, no siempre hay corresponsabilidad entre lo que debe ser y lo que es. Principalmente en cuestiones de seguridad para comunicadores.

El año que está a punto de concluir registra indicadores preocupantes para el ejercicio del periodismo, al menos en nuestro país.

De acuerdo con la organización Article 19 el número de periodistas asesinados en nuestro país en este año es de 12, cifra similar a la que se registró en el 2017. Por su parte, Reporteros Sin Fronteras (RSF) documenta 11 casos.

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En el Índice Mundial de Prensa se señala que México sigue siendo uno de los países más peligrosos y letales del mundo para periodistas.

El índice de impunidad también es un dato escalofriante. La Unesco señala que de manera global el 86 por ciento de los asesinatos de los periodistas permanecen impunes.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sostiene que el 2022 pasará a la historia como uno de los años más violentos para la prensa de las Américas, por lo que el presidente de este organismo, Michael Greenspon habló recientemente de la necesidad de redoblar esfuerzos el siguiente año a favor de la seguridad de los periodistas.

El tema es de preocupación y atención y es escudriñado por otras instancias ajenas a la esfera de la autoridad.

Por ejemplo la Organización de las Naciones Unidas cuenta con un Plan de Acción sobre la seguridad de los periodistas que tiene la finalidad de crear un entorno seguro para quienes trabajan en los medios de comunicación. Por cierto este esquema cumplió hace unos días diez años y con ese propósito se reafirmó su relevancia para que se cumpla el cometido de la protección a los comunicadores.

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En el Informe Mundial 2021/2022 “El Periodismo es un bien común. Tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios”, elaborado por la Unesco se advierte a manera de conclusión que si los gobiernos, la sociedad civil y las empresas privadas no adoptan medidas urgentes, la fiabilidad del periodismo seguirá amenazada y  la información como bien común se verá gravemente mermada. 

Esperemos que disminuya esa espiral de asesinatos de comunicadores en nuestro país. Nadie gana. 

Para el cierre. Se asoma el 2023. Mis mejores deseos; que sea un año en el que se cumplan las expectativas y se alcancen las metas individuales; que gocemos de salud y energía para lograr propósitos. ¡Felicidades!

@periodistamex