Erika Icela Castillo, magistrada en materia familiar, con una carrera de casi tres décadas en la impartición de justicia es una de las tres candidatas a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia mexiquense -ocupa el número 01 en la boleta rosa- quiere transformar el Poder Judicial desde dentro y trabajar por una justicia cercana a la gente, que rinda cuentas y dignifique la labor jurisdiccional.
La candidata Erika Icela Castillo, magistrada en materia familiar, asegura que es necesario dejar de lado el lenguaje rimbombante al momento de impartir justicia
Propone aumentar el número de tribunales itinerantes y fortalecer la justicia intercultural, mediante la creación de juzgados especializados en materia indígena, por lo menos en cuatro regiones de la entidad mexiquense, ubicados en los cuatro puntos cardinales.
Asegura que la transparencia y la rendición de cuentas deben ser indispensables en los tribunales y juzgados, con resoluciones redactadas en lenguaje claro y sencillo. Plantea una política de cero corrupción, pero también con una visión de cuidado hacia el personal: “Sí, son trabajadores, pero también se cansan, tienen familia”. Considera necesario hacer más accesibles los lugares de trabajo y reconocer el talento por encima de los padrinazgos. También propone revisar la plantilla administrativa para reasignar personal a las áreas jurisdiccionales, donde, asegura, “hay mucho por hacer”, recalca.
Rebelde con causa
Es un caso poco común dentro del Poder Judicial del Estado de México, de risa fácil y sincera, ‘dicharachera’ y con gran facilidad de palabra. Señala haber escalado en su trayectoria con voluntad, disciplina y esfuerzo.
Es madre de tres hijos, durante buena parte de su carrera se las arregló para equilibrar la carga del hogar con la de los juzgados. “Siempre he sido una rebelde de la justicia, quise hacer las cosas diferente”.
Sin saberlo, hace dos años tomó la decisión de acercarse a la gente para informarles sobre sus derechos, en un momento en que aún no se hablaba en serio sobre una reforma judicial. Para este reportero, no es común que una jueza o magistrada busque acercarse a las personas para explicar cómo funciona el proceso de impartición de justicia. No era necesario para hacer su trabajo, entonces ¿por qué lo hizo?
“Porque se me dio la gana”, señala enfática. “Porque siempre he tenido esa sensación de que, si quieres resolver algún problema… hay que ir a la fuente, y la fuente es la gente. Entonces, desde hace dos años comencé a caminar con mujeres, con adultos mayores, con personas de pueblos originarios, con mujeres en situación de violencia. Empecé a difundir sus derechos. Soy una firme convencida de que, para ejercer tus derechos, primero hay que conocerlos”. Sin saberlo, desde entonces comenzó una campaña informal.
Asegura no estar interesada en la política partidista, pero sí en trabajar para algún día encabezar el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, bajo las reglas anteriores, cuando había que presentar un proyecto de trabajo y convencer a magistrados del Tribunal. “Pero como yo no tengo un apellido político, como no pertenezco a la cúpula del poder, para mí hubiera sido prácticamente imposible. Pero yo, con la intención en el corazón de querer presidir el Poder Judicial, dije: ‘¿qué hago?’ Voy a caminar con la gente”.
Dentro de su plan de trabajo se encuentra la creación de juzgados especializados en materia indígena con la finalidad de hacer llegar la ley a los sectores vulnerables
Su estrategia fue preguntar cuáles eran sus necesidades, cómo percibían la justicia y en qué podía mejorar el trabajo de la institución. “No va a haber forma de que los magistrados digan otra cosa si no es Erika”, pero la oportunidad le llegó antes de lo previsto, de la mano de la reforma judicial.
—En estos días que has estado en campaña, ¿qué te ha pedido la gente?
“Una justicia para todos. Siempre dicen: ‘la justicia es para los que tienen dinero; si yo voy a ver a un juez, no entiende qué le quiero explicar, y yo no entiendo lo que me está diciendo’. Es el lenguaje rimbombante que solíamos usar, algunos todavía. También la corrupción es todo un tema para la gente.
Piensan que todos los jueces, juezas, magistrados y magistradas somos corruptos”. Aunque reconoce que existe corrupción al interior de la institución, afirma que la mayoría de quienes laboran ahí “son honestos, trabajadores y sí creemos en la justicia”.
PAT
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