Pueblos originarios pilares de la identidad mexiquense

Pueblos originarios pilares de la identidad mexiquense

Pueblos originarios pilares de la identidad mexiquense

Pueblos originarios se reflejan en la historia, la lengua, las expresiones culturales y los saberes.

Brian Prado
Agosto 16, 2025

En el Estado de México habitan cinco pueblos originarios reconocidos oficialmente: otomí, mazahua, matlatzinca, tlahuica y nahua. Su presencia no solo se refleja en la vida comunitaria, sino también en la historia, la lengua, las expresiones culturales y los saberes que conforman la identidad de la entidad, según el antropólogo social Felipe González Morales, investigador en temas de diversidad cultural.

Día Internacional de los Pueblos Indígenas

Ante la continuidad de actividades en la región para conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que se conmemora el 9 de agosto, González señaló que estos pueblos representan una parte fundamental de la herencia cultural del país.

“En el Estado de México existen alrededor de 417 mil personas hablantes de lengua indígena, y aunque la cifra es pequeña en comparación con la población total de la entidad, su valor cultural es incalculable.

Cada uno de los cinco pueblos originarios mantiene costumbres, rituales y prácticas que han sobrevivido por siglos, y en ellas se sintetiza una manera de ver el mundo que es indispensable para comprender nuestra identidad como mexiquenses y como mexicanos”, comentó.

Importancia de preservar las lenguas originarias

El especialista hizo hincapié en la importancia de preservar las lenguas originarias, algunas en riesgo de desaparición.

“La lengua es el vehículo de transmisión de conocimientos, y sin ella las tradiciones pierden gran parte de su esencia. En el caso de la lengua matlatzinca, por ejemplo, apenas se contabilizan unos cientos de hablantes concentrados en San Francisco Oxtotilpan.

La situación exige medidas urgentes de revitalización, porque cuando una lengua muere, con ella desaparece una forma única de entender el entorno, el tiempo, la naturaleza y la convivencia social”, explicó.

Asimismo, González recordó que los saberes tradicionales tienen un peso fundamental en la vida cotidiana y en el cuidado del entorno.

“Los pueblos originarios conservan conocimientos sobre el uso de  plantas medicinales, técnicas agrícolas de temporal, y formas de organización comunitaria que han probado ser eficaces por generaciones.

Hoy, cuando el cambio climático nos obliga a repensar nuestro vínculo con la tierra, estas prácticas no son cosa del pasado, sino referentes actuales que pueden servir como guía para un desarrollo sostenible en el Estado de México”, apuntó.

Relación de pueblos originarios con la identidad estatal y federal

Otro aspecto que destacó es la relación de estos pueblos con la identidad estatal y nacional.

“No se puede hablar de la historia del Estado de México sin reconocer el legado de los otomíes en el Valle de Toluca, de los mazahuas en el norte, de los matlatzincas y tlahuicas en las zonas montañosas, o de los nahuas con su fuerte presencia en el sur.

Cada festividad, cada danza y cada ritual fortalece un sentido de pertenencia. La preservación de estas expresiones no es solo un tema cultural, sino también político, porque implica garantizar el derecho de los pueblos a existir en sus propios términos”, señaló.

Finalmente, el especialista subrayó que preservar a los pueblos originarios es una tarea colectiva.

“La responsabilidad no recae únicamente en las comunidades, sino en la sociedad y el Estado. Se requieren políticas públicas más sólidas para fomentar la educación bilingüe, el acceso a la justicia en lenguas indígenas y la promoción de sus expresiones artísticas. Reconocerlos como parte viva de nuestra identidad es un paso necesario para construir una sociedad incluyente y consciente de su historia compartida”, concluyó.

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