En el vibrante mapa político del sureste, Quintana Roo parece ya tener delineado su camino rumbo al 2027. Con una coalición dominante y una oposición fragmentada, la continuidad morenista no solo es probable, sino que parece inevitable, al menos desde el punto de vista numérico.
La encuesta de julio de Demoscopia Digital confirma el escenario de dominio: Morena, en solitario, registra 42.4 %, y su alianza con PT y Verde alcanza 51.3 %, frente a una oposición PRI-PAN que no logra despegar del 12.9 %, mientras MC ronda el 11.7 %, creciendo en voz pero no en estructura.
El dato más revelador es que uno de cada dos quintanarroenses ya se inclina por el partido guinda, mientras la oposición parece más una colección de nombres que un proyecto político con rumbo. En este contexto, la disputa real ocurre dentro de Morena, donde ya se perfila una contienda interna con sabor a sucesión controlada.
Dos nombres encabezan la carrera interna con claridad: Patricia Peralta, alcaldesa de Benito Juárez (Cancún), quien mantiene 29.2 % de las preferencias entre las mujeres morenistas; y Gino Segura, senador y exsecretario de Finanzas estatal, con 30.9 % entre los hombres. Ambos son perfiles conocidos, con estructura y narrativa propia, y con fuerza territorial.
Mientras Morena se debate entre el género, la oposición parece atrapada en una burbuja de indecisión.
El PRI y el PAN, unidos, no alcanzan ni el 13 %. El tricolor, otrora fuerza dominante en el estado, ahora es un recuerdo arrumbado en los palacios municipales, y el PAN solo conserva algunos liderazgos simbólicos. Movimiento Ciudadano, con 10.1 % en solitario y 11.7 % con nombre propio, busca posicionarse como la “tercera vía”, pero carece de una figura verdaderamente disruptiva que conecte con el nuevo votante caribeño.
Sin una figura fuerte y sin discurso renovador, la oposición está condenada a ver la contienda desde el palco, salvo que ocurra un quiebre mayor.
El verdadero dilema de 2027 en Quintana Roo no es si Morena seguirá en el poder, sino quién representará la bandera guinda. La actual gobernadora, Mara Lezama, con buena aprobación y operación territorial activa, tendrá un rol determinante en el perfil que emerja.
La hegemonía morenista en Quintana Roo parece asegurada, al menos en la superficie.