Respetable público, en esta esquina los influencers y en la otra….

Respetable público, en esta esquina los influencers y en la otra….

Mis apuntes

Redacción
Agosto 22, 2025

La televisión, radio y prensa escrita, en extinción por las redes sociales, dura batalla entre el bando de los técnicos con ética y credibilidad contra los rudos del chisme sabroso que la gente loca de la emoción los alienta a la difusión de información falsa o descontextualizada. 

Aunque los medios tradicionales llegan a audiencias más amplias, las redes sociales conocen e interactúan con sus fanáticos, tan solo en el sector público después de la pandemia, los servicios son más digitales, se aceleró el tiempo que cada servidor público le dedica a estar pegado a una computadora y celular para informar a la ciudadanía y a su entorno social y laboral.

Y la gente comenzaba a gritar, se sentía enardecida, sin cesar vamos a wasapear, instagramear, arrobar, postear y feisbuquear, palabras que tomadas de otra lengua en su forma original recorren las oficinas públicas y las redes sociales, todo un nuevo lexicón que utilizan en el ring los cuatro rudos, idolos de la afición el estrimero, tuitero, bloguero, podcastero.

En oficinas públicas, ya no existe la prohibición del uso de internet, sin embargo, existen regulaciones sobre su uso, tiempo y fines personales, la evolución es a tal grado de que se promueve el acceso gratuito a internet en oficinas y espacios públicos, como parte de iniciativas para conectar aún más a las personas.

El acceso a internet es un derecho humano fundamental y garantiza el acceso equitativo y libre a la información con leyes y regulaciones que protegen la privacidad de los datos personales en línea, tanto en el ámbito público como privado, se asegura la neutralidad de la red donde usuarios puedan acceder a cualquier contenido y servicio sin discriminación. 


Métele la Wilson, métele la Nelson, la quebradora y el tirabuzón, quítale el candado, pícale los ojos jálale los pelos, sácalo del ring, de esta forma periodistas vs influencers; medios tradicionales o redes sociales; prestigio o anonimato; ético, justo, honesto, honrado, decente o su mimesis antagónica inmoral, deshonesto y turbio; ambos forman parte de un mismo espectáculo que es la comunicación.

Y la queso!!!!  Así que cuando critiquen la opinión de un columnista, articulista, mal escritor, por su prosa, caracterización, trama, mal manejo de temas, mediocridad de la obra, muy pocas ideas… recuerden que, para luchar a dos de tres caídas, sin límite de tiempo debe haber limpios y rudos y en comunicación técnicos y corrientes y cada quien es libre de pertenecer a su bando.

Mientras los técnicos practican antes de escena su imagen, vestuario y vocabulario elegante los influencers abusan de la rudeza con “güey”, “chido”, “chingón”, “órale”, “cringe”, “slay”, “hype”, “no cap”, “NPC” y “funar”, algunas llaves con nuevos nombres como “nadaqueveriento”, “devoraste/ayunaste” y “compra amor, migajera”, en fin, aquí nos tocó vivir.

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TAR

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