No son defensores del agua popular. Son una mafia. La turba de pipas que ayer tiene sitiada parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, cortando avenidas y paralizando el transporte, no es un movimiento social legítimo. Es el brazo operativo de un sindicato que ha actuado, por años, como el cártel del agua: el Sindicato 25 de Marzo.
La gente del “Jimmy” y de Guillermo Fragoso no protesta por la sed del pueblo. Protesta porque la Operación Caudal de la Fiscalía del Estado de México les reventó el negocio. Un negocio redondo, ilegal y extorsivo que ellos llaman “abastecimiento”. Durante años, operaron con la lógica del huachicol, pero aplicada al líquido vital: tomaban pozos a la fuerza, instalaban tomas clandestinas y robaban agua de la red pública para después venderla a los ciudadanos con sobreprecios escandalosos de hasta 59%.
Su modelo de negocio era simple y despiadado: Primero, creaban o exacerbaban el desabasto mediante tandeos misteriosos o sabotajes. Luego, con el terreno fértil de la necesidad, aparecían sus pipas –muchas sin permisos, otras con documentación falsa– como los héroes que “resolvían” el problema que ellos mismos ayudaron a crear. Acaparaban, despojaban y, en una práctica que raya en la barbarie, obligaban a colonias enteras a comprarles sólo a ellos. Quien se atrevía a buscar otro proveedor, sufría las consecuencias.
Este es el verdadero rostro de los bloqueos de hoy. No es una lucha por el agua, es la reacción violenta de una estructura delincuencial que ve cómo el Estado le arrebata su gallina de los huevos de oro. Su “protesta” es un acto de terrorismo urbano para presionar a las autoridades y forzar la reapertura de sus fuentes de ingreso ilícito.
El argumento de que “afectan sus empleos” es cínico. Su empleo era un delito. Su “trabajo” consistía en extraer un recurso público sin pagar por él, sin tratarlo adecuadamente –solo clorando el agua robada– y revenderlo a un precio de especulación. Es el mismo modus operandi de quien roba combustible y lo vende en la clandestinidad: es huachicoleo.
La ciudadanía, hastiada de pagar el precio de la ineficiencia y la corrupción, no puede permitir que este chantaje prospere. La solución a la crisis hídrica de la metrópoli no pasa por capitular ante quienes la han explotado y agravado, sino por fortalecer a los organismos oficiales, blindarlos de la infiltración de estos grupos de interés y garantizar, de una vez por todas, que el agua llegue a todos de manera legal, ordenada y justa.
TE SUGERIMOS:
- [Fuertes Imágenes] Revelan VIDEO de ‘Los Malportados’ en donde torturan a mariachis en fiesta privada en Iztapalapa
- Empresarios sufren pérdidas mayores a 2 mmdp por crisis hídrica en Edomex
- FES Cuautitlán solicita apoyo para estudiantes ante alza de tarifas en transporte público
- Productores de Teotihuacán inician cosecha de cempasúchil rumbo al Día de Muertos
- ¿A quién se le dedica la ofrenda el 28 de octubre?
Sigue nuestro CANAL ¡La Jornada Estado de México está en WhatsApp! Únete y recibe la información más relevante del día en tu dispositivo móvil.
TAR

/https://wp.lajornada.prod.andes.news/wp-content/uploads/2025/04/NOTA-15.png)
