Suman 9 sacerdotes católicos del Edomex fallecidos por Covid-19 en 2021
En los dos primeros meses del año, nueve sacerdotes, de ocho de las Arquidiócesis y Diócesis de la Iglesia Católica que hay en el Estado de México han muerto a causa del COVID-19.
Hasta el 31 de diciembre de 2020, según el reporte que emite el Centro Católico Multimodal (CCM), 27 presbíteros habían perdido la batalla contra el coronavirus; los datos más recientes con corte al 24 de febrero de este 2021, señalan que la cifra acumulada es de 36 muertes.
Tan solo en febrero, hubo dos decesos asociados al SARS-CoV-2, uno de ellos es el caso del Presbítero Martín Martínez Sánchez, de 56 años, rector del seminario de Atlacomulco, vicario judicial de la diócesis y párroco de San Francisco de Asís en Ixtlahuaca, de la diócesis de Atlacomulco.
En el oriente mexiquense falleció por la enfermedad el párroco Antonio Méndez de Anda, de 50 años. Uno de sus últimos oficios ministeriales lo realizó en la Iglesia de San Bartolomé, Tequisistlán, de la diócesis de Texcoco.
Del total de sacerdotes caídos durante la pandemia, 13 estaban adscritos a las circunscripciones de Toluca (7), Atlacomulco (4) y Tenancingo (2); los otros 23 en el Valle de México, en Tlalnepantla (6), Nezahualcóyotl (5), Texcoco (5), Valle de Chalco (3), Cuautitlán (2), Izcalli (1) y Ecatepec (1).
El CCM informó que a nivel nacional en el primer bimestre de 2021 fallecieron 78 clérigos y religiosas por complicaciones asociadas al Covid-19, cifra que representa 33.3 por ciento del número acumulado a partir de mayo de 2020.
“El seguimiento de casos no es sólo la compilación de cifras para la estadística exclusivamente. Se trata de dar nombre y apellidos a los casos que han impactado a la Iglesia mexicana. Es claro que los números pueden variar, no así las identidades de los ministros de la Iglesia, ellos representan la pérdida invaluable de vidas que no se pueden medir en tabuladores”, señala el documento.
Recordó que la Iglesia Católica, en el inicio de la cuaresma con el miércoles de ceniza, se prendieron las alertas para advertir a los fieles sobre el riesgo de contagios, se promovieron las celebraciones penitenciales familiares e, incluso, la confección de la ceniza en el hogar para evitar contactos entre personas.
Destaca que el número de sacerdotes fallecidos por el coronavirus llegó a niveles preocupantes, pues el 63 por ciento de las arquidiócesis y diócesis del país han sido impactadas por el deceso de, al menos, uno de sus clérigos o agentes de pastoral.