«Tetzcutzingo: El jardín arqueológico de Nezahualcóyotl en Edomex
El jardín arqueológico de Tetzcutzingo, ubicado en Texcoco; Estado de México, es una joya histórica que destaca por su avanzada arquitectura y diseño paisajístico, atribuida al célebre tlatoani Nezahualcóyotl y considerado uno de los primeros jardines botánicos de América, así como una muestra adelantada de la ingeniería.
El jardín arqueológico de Tetzcutzingo, es una joya histórica que destaca por su avanzada arquitectura y diseño paisajístico
Tetzcutzingo no solo refleja el ingenio de sus creadores, sino que también nos ofrece una visión única del pensamiento estético y científico de las culturas prehispánicas. A través de investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se ha podido documentar la importancia de este sitio en la historia de la arquitectura mesoamericana.
Tetzcutzingo fue concebido por Nezahualcóyotl en el siglo XV como un espacio destinado tanto a la recreación como a la reflexión filosófica y la observación de la naturaleza. Según el documento «Nezahualcóyotl y Tetzcutzingo: Arquitectura y Paisaje en Texcoco», publicado por el INAH en 2016, este sitio es un ejemplo notable de cómo las culturas prehispánicas integraban elementos naturales en sus construcciones, creando un entorno armónico que combinaba funciones religiosas, científicas y recreativas .
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Sistema hidráulico, diseñado para aprovechar y distribuir eficientemente el agua de los manantiales cercanos
La publicación resalta que uno de los aspectos más destacados de Tetzcutzingo es su sistema hidráulico, que fue diseñado para aprovechar y distribuir eficientemente el agua de los manantiales cercanos. Este sistema incluía acueductos, canales y albercas, que no solo servían para regar los jardines, sino que también tenían un propósito ceremonial lo que reflejó un conocimiento avanzado en ingeniería hidráulica de los texcocanos, y cómo el agua simbolizaba la vida y la fertilidad en la cosmovisión mesoamericana.
Las terrazas construidas en las laderas del cerro son otro ejemplo de la habilidad arquitectónica de los antiguos mexicas. Estas terrazas, diseñadas con una precisión asombrosa, no solo servían para cultivar plantas exóticas y medicinales, sino que también ofrecían una vista espectacular del valle de Texcoco. Según los registros arqueológicos, en este lugar se plantaron diversas especies vegetales, algunas de las cuales fueron traídas desde otras partes de Mesoamérica, lo que convierte a Tetzcutzingo en un precursor de los jardines botánicos modernos.
Tetzcutzingo no solo fue un centro de innovación tecnológica, sino también un espacio cargado de simbolismo. En el documento del INAH se señala que las esculturas y relieves tallados en la roca representan deidades y elementos naturales, que integraban el paisaje en la narrativa mítica y política del reino de Texcoco . Estas representaciones reafirmaban el poder de Nezahualcóyotl como un gobernante divinamente inspirado y sabio, conectado tanto con el cosmos como con la tierra.
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