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Los tianguis en México tienen un origen prehispánico que se remonta a la época de las grandes civilizaciones mesoamericanas.
La palabra “tianguis” proviene del náhuatl tianquiztli, que significa “mercado” o “lugar de intercambio”.
En estos espacios, las antiguas culturas comerciaban mediante el trueque, un sistema basado en el intercambio directo de bienes sin el uso de moneda.
Tianguis han evolucionado con el tiempo en México
Dante León Ortega, especialista en economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), señala que la dinámica de los tianguis ha evolucionado con el tiempo.
“Nosotros sabemos que desde nuestros pasados prehispánicos ya se llevaban a cabo los tianguis, que es una palabra que viene del náhuatl. Era como toda esta dinámica de los trueques, pero hoy en día, con el avance que ha tenido desde la llegada de los españoles y la introducción de un sistema financiero, ha ido creciendo al respecto”, apuntó.
Con la colonización española, el sistema económico cambió y se incorporó el uso de monedas y otros métodos de pago. Sin embargo, los tianguis persistieron como una forma de comercio popular.
En la actualidad, estos mercados siguen siendo fundamentales en la vida económica y social de muchas comunidades en México, adaptándose a las condiciones del comercio moderno.
Aspecto más representativo de los tianguis
Uno de los aspectos más representativos de los tianguis es su papel en la distribución de alimentos. En estos espacios se venden productos frescos, como frutas, verduras, carnes y pescados, que provienen directamente de productores locales. Dante León Ortega explica que esta tradición sigue vigente.
“La cultura de llevar productos, en cuestiones de alimentos, relativamente frescos y llevarlos a estas formas de tianguis donde convergen todo tipo de comerciantes, se ha vuelto toda una tradición, más allá de que en la actualidad todo mundo lo pueda ver como un tipo de economía informal”, señaló.
El concepto de economía informal está asociado con la falta de regulación y fiscalización de los comercios. Sin embargo, los tianguis representan una alternativa tanto para consumidores como para comerciantes.
Para los compradores, ofrecen precios competitivos y acceso a productos frescos. Para los vendedores, constituyen una oportunidad de generar ingresos sin los costos asociados a un comercio formal.
“No se trata solo de eso, la informalidad, sino el hecho de que, además de ser una tradición, ofrece ventajas como consumidor, con acceso a productos frescos, en el caso de los perecederos, que en cualquier centro comercial por más prestigio que tenga y a precios más accesibles”, comenta el especialista.
Impacto del consumo en tianguis en la generación de empleos
Además del impacto en el consumo, los tianguis juegan un papel en la generación de empleos. Son una fuente de ingresos para comerciantes independientes, productores agrícolas y trabajadores del sector servicios que dependen de estos mercados para su sustento.
En este sentido, funcionan como una válvula de escape en un contexto económico donde el empleo formal no siempre es suficiente para absorber la demanda laboral.
“El impacto económico que se tiene en este sentido es que sí es una fuente de generación de empleos importante y una especie de válvula de escape en esa presión de generar empleos, que para la economía en general puede representar eso”, señala Dante León Ortega.
A pesar de su relevancia, la formalización de los tianguis es un tema de debate. Muchos comerciantes operan sin registrarse en el sistema fiscal, lo que limita su acceso a financiamiento y otros beneficios. No obstante, el proceso de integración a la economía formal enfrenta desafíos debido a la naturaleza flexible y descentralizada de estos mercados.
“Si bien sabemos que lo ideal sería que todo esto perteneciera a la economía formal, aunque sea un poco complicado”, concluyó el especialista.
Los tianguis continúan siendo un elemento clave en la historia, la cultura y la economía de México. Su evolución ha permitido que sigan siendo espacios de intercambio comercial y social, adaptándose a los cambios sin perder su esencia.
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MPH
