Toluca suma 6 cerros inestables que representan un riesgo

En Toluca se identifican 6 laderas inestables: el cerro de la Teresona, del Toloche, de Chichipicas y del Tanamato son algunas de ellas

 En la capital mexiquense se identifican 6 laderas inestables: el cerro de la Teresona, del Toloche, de Chichipicas, del Tanamato, de Santa Cruz Atzcapotzaltongo, así como Lomas Altas. 

Los riesgos aumentan derivado de que, aunque Toluca se localiza en un valle, también presenta zona montañosa al norte del centro de la ciudad, con desprendimiento de rocas y deslizamiento de suelo.

Entre otras causas, pueden afectar el entorno natural, además de ser un riesgo para la población que se asienta sobre laderas inestables de manera irregular, de acuerdo a la última actualización del Atlas de Riesgo Municipal.

De acuerdo al documento, se han realizado acciones preventivas para la estabilización y demolición de 114 rocas que generaban riesgo de desprendimiento, principalmente en Lomas altas en el Barrio de Zopilocalco Norte.

También en Barrio de la Teresona, Santa Cruz Atzcapotzaltongo y Santiago Miltepec.

“sin embargo, cabe la posibilidad de que surjan nuevas zonas de riesgo en las pendientes localizadas en el municipio, las condiciones físicas y climáticas son factores importantes que pueden generar otras zonas susceptibles de riesgo”.

Entre las principales causas de estos desprendimientos se encuentran las actividades humanas presentes en dicha zona, como sobrecargas del suelo con construcciones, cortes y excavaciones inadecuadas, vibraciones ocasionadas por maquinaria o tránsito de vehículos pesados.

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El alto índice de deforestación también abona al debilitamiento del terreno ya que no se absorbe el agua que se infiltra al subsuelo, lo que interfiere en la saturación aumentando el peso y reduciendo la resistencia de los materiales que conforman la ladera.

“Siendo así que en temporadas de lluvias son más frecuentes los deslizamientos, ya que la vegetación desempeña un papel decisivo en los procesos de meteorización química, ya que aportan iones y ácidos de disolución al agua”.

Además, los de mayor susceptibilidad de representar un riesgo son zonas con un relieve muy accidentado, mientras que las regiones planas coinciden con zonas de muy baja susceptibilidad.

“Por ello al ser impredecible la naturaleza de las laderas, las zonas identificadas como

Potencialmente peligrosas, es importante implementar medidas de monitoreo permanente ya que se presentan de forma lenta y paulatina”.