Trabajadoras sexuales, atrapadas entre la pobreza y las amenazas: Elvira Madrid

Trabajadoras sexuales, atrapadas entre la pobreza y las amenazas: Elvira Madrid

Brigada Callejera, que brinda apoyo y acompañamiento legal a casos de extorsión de autoridades y crimen organizado

Antonio Bautista
Marzo 8, 2025

Cuando Elvira Madrid observa las calles reconoce los rostros. Las mujeres están ahí, esperando, lo mismo de día que de noche. “Han matado a muchas chicas por no pagar derecho de piso”, afirma. Y lo asegura porque sabe los nombres, conoce las historias y las amenazas cumplidas contra las trabajadoras sexuales, a las que apoya desde hace 36 años.

Brigada Callejera, que brinda apoyo y acompañamiento legal a casos de extorsión de autoridades y crimen organizado

Lo mismo en las calles que entre los muros de las instalaciones de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, ha visto de cerca el rostro más crudo de la desigualdad y la marginación hacia un sector de la población que se mantiene al margen del sistema por una “doble moral”.

La extorsión y la violencia a manos de autoridades y grupos delictivos se han convertido en un segundo costo para las trabajadoras sexuales del Estado de México. El primero sigue siendo la pobreza.

“Desde hace tres años fue más. No sé qué pasó, porque pelean entre ellos mismos (grupos criminales) y quieren más dinero”, sostiene. Por eso, al llegar el Día de la Mujer, no hay discurso que la convenza de que el país ha avanzado en materia de derechos para ellas. “Ser mujer cuesta mucho trabajo”, puntualizó en entrevista con La Jornada Estado de México.

Tanto en Ecatepec, Chimalhuacán, Tecamachalco o Texcoco, las trabajadoras sexuales saben que la violencia se ha convertido en una sombra que las persigue en cada calle. Desde la organización que dirige, Elvira Madrid ha documentado la crisis que enfrentan en la entidad.

Pandemia duplica cifra de mujeres que lo ejercen

Apenas el lunes pasado, tuvieron que ir a rescatar a dos mujeres trans a quienes pretendían extorsionar policías municipales de Texcoco. La abogada de la organización, Arlen Palestina, se encargó de defenderlas y se abrió una carpeta de investigación contra funcionarios.

Los datos indican que, desde la pandemia de la COVID-19, la presencia de mujeres en el trabajo sexual se duplicó en los municipios mexiquenses. “Mujeres que se quedaban sin empleo, que no había apoyos de parte del gobierno y que eran madres solteras, pues no tenían para comer ni para pagar la renta”, explica.

La necesidad las empujó a la calle y ahora padecen la vigilancia del crimen organizado. “Les ponían halcones para ver cuántos servicios tenían y tenían que estar pagando cierta cantidad”, detalla.

Como directora de Brigada Callejera, ha sido testigo de cómo el empobrecimiento ha golpeado con más fuerza a este sector. “Se han empobrecido, o sea, que ni siquiera para la canasta básica”, señala en las oficinas enclavadas en la zona de La Merced, donde muchas mujeres mexiquenses vienen a trabajar en las calles.

También el desabasto de medicamentos empeoró su situación. “No hay ni siquiera paracetamol, antes ni siquiera había. Ahora ya nada. No está el personal, se descompuso el aparato, hay que regresar a tres meses”, afirma.

Las enfermedades que aquejan a las trabajadoras sexuales han aumentado también. “La sífilis siempre ha estado al alza más que el VIH y que todas las infecciones de transmisión sexual. Pero a partir del COVID se dejó de usar el condón”, subraya.

Datos del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal indican que hasta la semana siete de este año se registraron 295 casos de sífilis adquirida en mujeres y 140 en hombres en el Estado de México.

Además, los datos del gobierno federal indican un aumento de 16% en casos de VIH/Sida en las mujeres mexiquenses, al comparar las cifras con el mismo periodo de 2024.

La migración ha añadido un nuevo episodio a la ya compleja situación del trabajo sexual tanto en la Ciudad como en el Estado de México. “No solamente mexicanas, sino toda la migración que hemos visto, que se ha quedado en nuestro país por problemas de políticos” de sus países, ha orillado a las mujeres a sobrevivir en las calles.

Otro sector invisible dentro de este sector de la población son las mujeres trans, las cuales son víctimas de violaciones a sus derechos humanos. Recuerda el caso de “dos hermanas, las dos eran trans, trabajadoras sexuales del Estado de México. Y apuñalaron a una de ellas”.

“Somos ya el segundo país donde más transfeminicidios hay”, asegura, y donde las víctimas quedan en el olvido, pues, a pesar de poner las denuncias, “nunca les hacen caso”.

Mientras a punta a un librero lleno de sobres de papel manila amarillos, puntualiza que “cada vez ponen denuncias. Todas son carpetas de investigación que ella abre, que la abogada abre. Donde no hay mayoritariamente acceso a la justicia”.

“Yo por eso hablo siempre de mejor reconocer el trabajo sexual para que tengan derechos y garantías. No solamente ha aumentado la cantidad de personas que ejercen el trabajo sexual, sino las víctimas de trata”, sostiene.

En pleno Día de la Mujer, Elvira Madrid no espera cambios. “No hay condiciones para las chicas. Me da mucha tristeza ver a muchas jóvenes que tienen una carrera y están aquí”, subraya y reitera que la exigencia sigue siendo la misma: reconocimiento y derechos y que las familias “eduquen a sus hijas, a sus hijos para ser diferentes. La lucha, al menos en Brigada Callejera, continuará”.

PAT

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