Un asunto de huevos 

La dieta o régimen alimenticio del mexicano incluye su dosis casi diaria de algún producto elaborado con huevo. Es particularmente en el desayuno donde un gran porcentaje de la población no inicia su día sin haber degustado un huevo en alguna de sus múltiples presentaciones. Es tal el consumo de este producto que se estima que cada año en promedio el mexicano ingiere 345 piezas lo que equivale a 26 kilos en promedio. 

La industria del huevo coloca al país como el cuarto productor mundial con un estimado anual de 2.77 millones de toneladas. No obstante lo que significa para la dieta diaria del mexicano y su importancia en la cadena productiva del país, actualmente se vive una crisis terrible en el precio del huevo que lo ha elevado en algunas zonas hasta cerca de los 60 pesos por kilo, cuando hasta hace algunas semanas rondaba los 28 pesos.

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Los brotes de influenza aviar tanto en México, pero particularmente en Estados Unidos, ha provocado que inicie también la especulación respecto al producto y que el precio del blanquillo se eleve en ambos países a niveles históricos. En Estados Unidos la crisis inició a finales del año pasado cuando 47 estados de la unión americana fueron azotados por esa enfermedad lo que provocó que la producción del alimento disminuyera tres por ciento.

A partir de ahí las autoridades fronterizas detectaron un incremento en el contrabando de huevo de Canadá y México hacia Estados Unidos. Las sanciones para quienes intenten pasar huevo de forma ilegal alcanzaron los 10 mil dólares. De hecho, la incautación del producto en los puestos de control fronterizo se disparaon en más de cien por ciento. Entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre pasado, las incautaciones de huevos y aves aumentaran un 108 por ciento, según las estadísticas del Departamento de Agricultura estadounidense.

En México, un análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) dio cuenta que durante la primera semana de febrero el huevo blanco en supermercados se cotizó en 53,05 pesos el kilo, mientras que la misma cantidad de huevo rojo se cotizó en 56,33 pesos.

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Al ser parte de la canasta básica y con el precio casi duplicado de un mes a otro, se entiende por qué, entre otros factores, el índice de precios al consumidor se volvió a elevar y la tasa de inflación llegó a 7.91 por ciento. La cuesta de enero ha llegado a febrero y muy posiblemente mantenga su paso ascendente si productos como el huevo no logran disminuir su precio.

Quizá no se ha dimensionado en su justa medida el problema del precio o escasez de huevo. Baste un ejemplo de lo que podría venir en el país. En Londres, a finales del año pasado, los grandes supermercados y almacenes llegaron a colocar carteles en el que se advertía a los clientes que solo podían llevar un número limitado de blanquillos. Habrá que estar atentos al fenómeno y la decisión que tomen las autoridades, más allá de pedir que no se compre el producto cuando lo ofrezcan por arriba de los 50 pesos.

REBURUJOS

Vaya que fue valiente y osada la decisión del PRI y de Alejandra del Moral de cerrar su precampaña en la casa morenista de Texcoco. A decir del resultado, en este caso la concentración que lograron, parece que la jugada les salió bien.

SPM