Va más allá de la era de terror
Horrorífica, cuentos de miedo para una era de terror (Alfaguara), son 7 relatos oscuros que te erizan la piel, pero no es el horror clásico de vampiros, fantasmas u otros entes.
Va más allá de la era de terror
Josu Iturbe va más allá, entra a los miedos más perturbadores del ser humano, son entes monstruosos que todos tenemos en nuestro interior, la enfermedad, la muerte, el temor a la vejez o esos pensamientos en los que cree que estás haciendo de todo, pero al final no haces nada y el tiempo te come.
“Hay mezclados los elementos como el requerimiento del género, los recursos que uno como escritor usa para que el lector tenga cierta inquietud, sienta miedo, que se le queden grabadas imágenes.
“Lo que uno trata de transmitir a través de eso son precisamente ese tipo de lecturas, nuestras angustias presentes, la despersonalización, la vejez, porque curiosamente antes la vejez estaba asociada a la sabiduría y ahora parece que ha perdido todo valor porque la información ha sustituido a la sabiduría, entonces el respeto por la edad que era como el cúmulo de conocimiento, como ahora tenemos a nuestra disposición inmediata cualquier información nos da la sensación de que todos somos sabios, como que la sabiduría ha perdido puntos y creemos que cualquiera que hace videos es sabio”.
Horrífica, relatos oscuros que erizan la piel, cuentos de Josu Iturbe para que el lector se asuste de sus propias obsesiones
En las páginas de Horrorífica leemos desde la artista plástica que hereda secretos siniestros hasta el escritor con una doble personalidad.
Los personajes son el reflejo del lector, pues ¿quién no adora la belleza física?, ¿Quién no sueña con la juventud eterna?, todo eso está en los cuentos.
“El miedo a la muerte, que quizá es el miedo principal que tiene el ser humano y que ha gestado todas nuestras obras, nuestras creaciones, esa contradicción entre ser finito y ser mortal. Tratamos de llenar esa contradicción escribiendo, pintando, inventando dioses, inventando ritos, inventando políticas, ideologías, cielos, infiernos, demonios y ángeles, pero todo está aquí en la cabeza”, explica el autor.
“He intentado hacer algo que sea actual, que sea diferente, que sea digerible para todo lector y que tiene la complejidad que le quiera dar el lector. Algunos leerán nada más la anécdota y si se sorprenden al final con la vuelta de tuerca, logrado ya está, si a otro se les queda algo más y empiezan a partir de eso buscar otros autores u otros libros o que sea un tema que los pone reflexionar o saca un tema de conversación también está bien”.
La obra de Josu Iturbe es un libro al cual le dedicó casi una década, todo mientras él publicaba otras novelas y se daba tiempo de redactar algunos cuentos.
Su sorpresa fue que en el transcurso de los años se dio cuenta que esos textos que redactaba eran todos de misterio, de horror y decidió que podrían formar parte de un libro.
“Son siete cuentos de terror ambientados en el presente, en el pasado y en el futuro, tratando de que la gente se identifique un poco con las historias y que sufra un poquito, controladamente”
En el universo literario existe un buen número de aficionados al horror, a leer hasta altas hora de la noche para sentir la adrenalina al tope, una de las razones que Josu observa es ese sabor agradable que tiene la gente a sufrir un poco.
“Son sustos controlados, es un miedo del que entras y puede salir y cuando vas al cine por ejemplo a la gente le gusta sufrir, en el cine es más fácil por los efectos especiales, en un libro es muy difícil porque una página a otra no va a haber un brinco, cómo hacer reír a carcajadas con las lecturas es muy difícil.
“A la gente le gusta porque es como una metáfora, de que vivimos con tantos terrores y angustias en nuestra existencia que cuando nos introducimos a un terror que podemos entrar y salir, que no es nuestro exactamente, que sabemos que nos metemos en la piel de otro personaje, en otra época, en otro lugar, que tiene ciertas inquietudes y que cuando terminamos el libro hay un alivio porque salimos y eso tiene un efecto catártico, como toda obra de arte”, respondió el ibérico.