Vanzzini 229: Portavoz de lucha y superación a través del rap

La historia de Alejandro Manuel Díaz, mejor conocido como Vanzzini 229, es un reflejo de la lucha, el arte y la supervivencia en un entorno marcado por la violencia y las adversidades que lo llevaron a ser injustamente preso, a través de su experiencia busca llevar un mensaje de superación ahora que recorre la República Mexicana.

Vanzzini 229, es un reflejo de la lucha

El rapero vive en Toluca pero creció en el barrio de «La Remes» en el puerto de Veracruz, desde joven encontró en la música una salida a las dificultades que lo rodeaban. En un hogar donde la música formaba parte de la cotidianidad. Vanzzini descubrió su pasión por los ritmos urbanos, y ya desde niño imaginaba nuevas letras sobre los casetes que escuchaba su madre.

“En ese entonces Veracruz se puso muy violento. Aprendimos a crecer con la violencia, pero siempre tuvimos el acercamiento con la música porque en mi casa son melómanos. Eso hizo que me gustara mucho la música. Recuerdo que escuchaba los casetes de mi mamá y en mi mente cambiaba las letras, según yo porque podían sonar mejor así”, recordó.

El ambiente de su barrio, influenciado por las pandillas y el hip hop, le ofreció su primer contacto con este género. Rodeado de vecinos mayores, con quienes compartía momentos en los parques del vecindario, Vanzzini comenzó a escribir versos a los 11 años. 

“Yo empecé a escuchar rap por eso. Para ese entonces, yo ya escribía y me di cuenta de que eso lo podía montar sobre esos ritmos. Empecé a escribir como a los 11 años, puros versos. A mi manera, trataba de hacer poesía, aunque obviamente no tenía idea de cómo debía ser”, señaló.

A los 13 años, el creciente clima de inseguridad en Veracruz obligó a su familia a mudarse a la Ciudad de México. Fue allí donde su conexión con el hip hop se profundizó. Explorando la ciudad, descubrió la cultura urbana, entre grafitis y skateboards.

La vida en el barrio fue su inspiración

“Vivíamos en Iztapalapa y entré a la secundaria, pero en mi segundo año nos fuimos a vivir a La Viga. Como era mucho tiempo tomar metro y autobús, mejor me iba de pinta, porque mi mamá también trabajaba temprano. Ese tiempo que me fui de pinta caminé mucho la ciudad, haciendo grafiti y patinando, y a través de eso fue que me involucré más con el mundo del rap”, comentó.

El regreso a Veracruz a los 15 años trajo nuevas experiencias. En Coatzacoalcos, un amigo rapero lo introdujo más profundamente al mundo del rap, donde comenzaron a grabar sus primeras canciones de manera casera. Aunque la violencia seguía presente, encontró en la música una válvula de escape, además de influencias como el Jaranero de la Iguana, un artista local de son jarocho que lo conectó con el mundo artístico y lo ayudó a profesionalizar sus grabaciones.

Acusado injustamente de un delito que no cometió y por el que fue absuelto, ahor busca llevar un mensaje de superación con sus canciones

A los 17 años, Vanzzini regresó a la Ciudad de México, decidido a trabajar y dejar momentáneamente su carrera musical. Sin embargo, la música lo seguía llamando, y tras reencontrarse con su amigo «Coko» y participar en un Cypher de la 229, su visión artística comenzó a consolidarse. Con colaboraciones, videos y conexiones en la escena urbana, poco a poco fue construyendo su nombre.

“A mi carnal, el Coko, lo firmó JB en Guadalajara. Una vez lo vine a ver a Toluca porque se presentó. Eso fue mucho antes de que fuéramos conocidos y recuerdo que me dijo que teníamos que ir con todo”.

Vanzzini llegó a Toluca alrededor de 2016 o 2017, con una clara visión de lo que buscaba en la música. Al principio, tuvo dificultades para encontrar un espacio donde sus ideas pudieran florecer. Los primeros estudios no ofrecían el sonido que él imaginaba. Pero todo cambió cuando, en una fiesta, se cruzó con los D.N.E., un colectivo de rap local.

“En una fiesta conocí a unos vatos que hacían rap y me buscaron para hacer una colaboración. Eran los D.N.E., son vieja escuela de aquí. Ellos me presentan a Dafik, empezamos a grabar y a hacer videos. Es tocando puertas, se lo digo a los morros que me preguntan: si no tienes la posibilidad, hazlo tú mismo con lo que tengas, hasta con el celular, pero hay que hacerlo”, mencionó.

Tocando puertas y con pocos recursos, comenzaron a llegar sus primeros éxitos a través espacios que se abrieron gracias a la exposición de su crew y su talento.

“El Cypher de las 229 nos dio mucho alcance y, a través de eso, comencé a trabajar. El simple hecho de que alguien llegara a regalarme una playera de su marca para mí era mucho. Hoy, gracias a Dios, tengo varios patrocinios. Me jaló también un sello que se llama Iluminatis Brand, que es de allá de Veracruz, que en el momento en que conseguí un poco de alcance me consiguió una fecha con unas 500 personas”.

La vida de Vanzzini dio un giro inesperado cuando fue detenido en medio de una redada. Acusado de un delito de alto impacto, pasó un año y nueve meses en prisión antes de ser absuelto en octubre del año pasado.

“Empecé a trabajar con Nugget Records, luego vino la pandemia. Puse mi propio estudio con un concepto que se llama Fresh Hood, pero por cosas del destino estaba en el lugar donde no debía estar y empezaron a detener personas al azar, entre ellas a mí. Me estaban acusando de un delito de alto impacto. Salí absuelto, pero fue un proceso de un año y nueve meses. Fui injustamente preso”.

Durante ese tiempo, la música fue su tabla de salvación, apareciendo en el momento en que las esperanzas desvanecían. Dentro de la cárcel, se involucró en un proyecto penitenciario promovido por el Consejo Mundial de Boxeo, donde tuvo la oportunidad de componer la canción que presentó la iniciativa. 

“La música llegó en el momento que lo necesitaba. Tuve la oportunidad de trabajar en un proyecto penitenciario que se llama Knockout, No Tires la Toalla, que lo trae el Consejo Mundial de Boxeo. Las áreas de educación me buscaron porque sabían que yo hacía música. Me hablaron para que les hiciera la canción para presentar ese proyecto, y me dieron la oportunidad de hacerla.

Su encarcelamiento no solo lo afectó emocionalmente, sino que le cambió profundamente su visión de la vida. Lejos de rendirse, Vanzzini decidió usar su experiencia como un llamado a la reflexión para quienes lo siguen.

“Me cambió el chip. Quiero decirle a la gente aquí afuera que de nada sirve que estén haciendo el mal si allá adentro van a estar solos. No vale la pena. Creo que quizás eso era algo que tenía que pasar para tratar de cambiarle el enfoque a la gente que me escucha.

Hoy, Vanzzini recorre la República Mexicana, compartiendo su historia y su música, mientras trabaja en un LP que saldrá bajo el sello de Nugget Records en 2025. Las colaboraciones con artistas como Ruzzo Doblezz, Coko Yamasaki, Tona Sativa, y su carnal Tanke One, son parte de su nuevo proyecto, en el que busca mantener la autenticidad de su estilo callejero mientras evoluciona hacia una propuesta más madura y personal, con una misión es clara.

“Mi objetivo principal es representar al barrio y su lenguaje, su estilo de vida y sus códigos. Busco inspirar a las nuevas generaciones a luchar por sus sueños, mantener un compromiso con la realidad y la verdad, y explorar nuevos terrenos artísticos. Aspiro a evolucionar tanto en mi proyecto como en mi persona para generar ese impacto”, concluyó.

La historia de Vanzzini 229 es, al final, una lección de resistencia y superación, un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el arte puede ser la luz que guía hacia una vida mejor.

PAT

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