Víctor Mora, nómada del arte que recorre México 

Víctor Mora artista visual que desde pequeño ha llevado su vida en diferentes partes del país, lugares donde fue desarrollando su arte, aunque radica en la Ciudad de México, no deja de visitar varios destinos, compartiendo no solo su obra sino su conocimiento.

Víctor Mora artista visual

Desde niño, Víctor supo que el arte sería su vida. Soñaba con estudiar en la Academia de San Carlos, aunque aún no comprendía bien lo que implicaba. Su conexión con el arte comenzó con la plastilina, los lápices y la imaginación, moldeando figuras y dibujando escenas que lo llevarían a una trayectoria marcada por el constante movimiento y la exploración creativa.

“Desde pequeño dibujaba y como a los 10 u 11 años ya tenía la idea de estudiar en la Academia de San Carlos, la verdad no sé de dónde salió, antes dibujaba el Partenón, y estas columnas pensando en que así sería donde yo iba a estudiar cuando creciera.

“Mi mamá siempre me compraba útiles para dibujar, me ponía hacer súper héroes con plastilina y alambre, siempre jugué haciéndole cosas a mis juguetes”, recordó.

Un pedacito de todos

La vida lo llevó de ciudad en ciudad, forjando un estilo propio en cada una de ellas. Su familia se mudó a Guadalajara, donde Mora empezó a estudiar formalmente, cumpliendo los ciclos académicos de la escuela mexicana, pero a la vez explorando su naturaleza artística.

“Toda mi familia es de Guadalajara y nos fuimos, allá empecé estudiando la secundaria, había artes gráficas y luego cuando inicié la prepa me inscribí a la carrera técnica en diseño y después comencé la licenciatura en diseño.

“A la par seguí estudiando cosas de arte en los talleres de allá, gráfica y grabado, siempre alrededor de eso y me fui haciendo grande, llegó un momento en el decidí irme a la Academia de San Carlos y ahí empezó otra etapa donde comencé a trabajar en esto”, apuntó.

Aprender de grandes maestros

Ahí ocurrió su gran salto, cuando decidió cumplir su sueño de estudiar en la Academia de San Carlos, donde no solo desarrolló su estilo, sino que también conectó con diferentes generaciones de artistas, a pesar de que esperó a culminar sus estudios para dedicarle la vida al arte, los tiempos resultaron ser perfectos para él.

Conocí a muchas generaciones, arriba y abajo, que hoy en día hacemos trabajos y proyectos alrededor de la República Mexicana, entonces, digamos que ha resultado ser ideal y al final es diferente que como si yo hubiera empezado antes”, comentó.

Este momento fue clave para que se sintiera parte de un movimiento más amplio, aunque nunca limitado por él, pues comenta que se considera un artista multidisciplinario, incluso teniendo un doctorado en imagen, aunque subrayando que su enfoque está en la gráfica.

“Yo no me defino ni como clásico, ni como visual, creo que soy un artista en general, que hoy en día le llaman multidisciplinario, nos enfocamos a diferentes técnicas, pero en lo que sí me he especializado más en el tema de la gráfica, en donde a partir de esta pretendo realizar la imagen y esa la puedo llevar hacia barro, escultura, una tela, instalaciones.

“Todo tiene su significado, trato de que todo lo que haga tenga vida y busca que tenga una vida de unos 3 a 5 años para que no se queden encerradas en una bodega, sino que corra, llegue a más gente y en lo que una avanza yo pueda trabajar en otra”, señaló.

Nómada del arte

A lo largo de su carrera, Víctor ha sido un nómada del arte, viajando por todo el país y colaborando con otros creadores. La constante movilidad —Guadalajara, Cuautitlán Izcalli, Aguascalientes, Morelos, Ciudad De México— lo convirtió en un eterno buscador, con el arte como su única constante. Sin embargo, este peregrinaje no fue un obstáculo, sino una fuente de inspiración que enriqueció su obra.

Cada una de sus exhibiciones ha tenido un impacto importante en su carrera, pero algunas lo han marcado de manera especial. 

“Todas las muestras son importantes, pero significativas si hay algunas, como una exhibición que estuvo el año pasado en la Casa de Cultura de Azcapotzalco, para mí mi barrio es ese, mi papá vivía ahí, fue músico y fue muy conocido en la delegación. En esos términos se me hacen muy interesantes ciertas exposiciones más que otras.

Una exposición en Aguascalientes, que fue la primera que realicé individual, fue en un lugar donde viví. Pero en general cada obra que se ha hecho tiene su significado porque todas siempre son vivenciales”, apuntó.

Además de crear, Víctor ha dedicado gran parte de su tiempo a la enseñanza y a la formación de nuevas generaciones de artistas. Ha sido parte fundamental en la creación de programas de diseño y arte en distintas universidades del país, y sigue participando en talleres, congresos y proyectos en todo México. 

“Hoy ya hay muchas escuelas de diseño y arte, que antes no había, me tocó participar en formar estas escuelas de algunas universidades, aunado a que me invitan a varios talleres o congresos en diferentes partes del país, incluso proyectos; como un mural en Tlaxcala que representa la unión y son justo ese tipo de cosas las que también te da esto, entre la persona y la profesión”, mencionó.

«Electrografía»

Actualmente, su exposición está en el Sótano de la Casa Miguel Alemán, la cual se presenta como una ventana a su evolución artística. Entre las piezas más destacadas se encuentra una serie de frascos que representan a la familia, una exploración sobre la memoria y la preservación. 

“Ahora tengo una exposición, Electrografía, que está en el Sótano de la Casa Miguel Alemán; me prestaron a bien el espacio y va a estar hasta la última semana de octubre. Hay una pieza que tiene a la familia en conserva, que son unos frascos, son 50, que comprenden esta exhibición”, mencionó.

Dicha técnica, explica, fue utilizada a partir de mediados de los años 80 del siglo anterior por medio de fotocopiadoras e impresiones digitales que usaron artistas como Mónica Meyer y Víctor Lerma, que en un inicio se conocía como xerografía para luego ser llamada como electrografía, en referencia a ese proceso interno de la fotocopiadora y su electroestática.

El maestro monta exposiciones colaborativas y personales

Con este proceso, continúa Mora, las imágenes son apropiadas, modificadas ya sea a mano o de manera digital, para hacer variaciones en los procesos de impresión, un ejercicio que funciona como un collage y da ciertas transferencias, hacia tela o papel.

Esta colección, aunque no en su totalidad, estuvo expuesta en el Museo de la Gráfica del Estado de México, donde Mora suele tener participaciones. Recientemente formó parte del Tercer Encuentro de Gráfica Mexiquense, donde formó parte de la presentación de la carpeta “Negritud en México”.

Mora sigue avanzando, creando y compartiendo, siempre en movimiento, pero con un propósito firme: que su arte no se quede encerrado, sino que corra libre y llegue a más gente, él no es solo un artista, es un puente entre generaciones, técnicas y lugares.

TE SUGERIMOS: Tejupilco sufre nuevas inundaciones

Sigue nuestro CANAL  ¡La Jornada Estado de México está en WhatsApp! Únete y recibe la información más relevante del día en tu dispositivo móvil.