El ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, fue condenado este jueves a pagar una multa de 10,800 euros (aproximadamente 11,300 dólares) por agresión sexual, tras el beso no consentido que impuso a la jugadora Jennifer Hermoso durante la premiación del Mundial Femenino en 2023.

Luis Rubiales deberá pagar una multa, pero queda absuelto de coacciones

La Audiencia Nacional de España dictó una pena de 18 meses de multa con una cuota de 20 euros diarios y le prohibió acercarse a menos de 200 metros de Hermoso o comunicarse con ella durante un año. No obstante, fue absuelto del delito de coacciones, por el que la fiscalía también lo había acusado.

El fallo aún puede ser recurrido ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Un caso que marcó la lucha contra el sexismo en el deporte

Durante el juicio, la fiscal Marta Durántez argumentó que el beso de Rubiales a Hermoso fue “no consentido”, mientras que la jugadora reafirmó que se sintió “poco respetada” y que fue presionada en numerosas ocasiones para minimizar el hecho.

Rubiales, por su parte, defendió su actuación, asegurando que el beso fue con consentimiento y que se dejó llevar por la emoción del momento. Su abogada, Olga Tabau Martínez, insistió en que su conducta no fue delictiva, sino simplemente “inadecuada”.

En el juicio también fueron procesados el ex seleccionador de la selección femenina, Jorge Vilda, y los ex directivos de la RFEF Rubén Rivera y Albert Luque, quienes fueron absueltos del delito de coacciones.

Consecuencias y reacciones

La condena contra Rubiales se basa en la reforma del Código Penal español, que establece que cualquier acto sin consentimiento es una agresión sexual.

La ministra de Igualdad de España, Ana Redondo, celebró el fallo y escribió en redes sociales:

“Cuando no hay consentimiento hay agresión y eso es lo que certifica el juez en esta sentencia. La palabra de la víctima se respeta y no debe cuestionarse.”

Este caso impulsó el movimiento #SeAcabó, que se convirtió en un símbolo de apoyo a las jugadoras y de denuncia contra el sexismo en el fútbol.

Además de este proceso, Rubiales enfrenta otra investigación por corrupción y contratos irregulares durante su mandato en la RFEF, particularmente en relación con la Supercopa de España en Arabia Saudita.

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