¿Volverás, Manu Chao?

Bemol sostenido

Por: Alonso Arreola

Hace unos días, el 21 de junio para ser precisos, fue el cumpleaños del notable filósofo ibérico Fernando Savater (“si no somos corresponsables del pasado, tampoco tendremos derecho a declararnos legítimos propietarios del futuro”), y cumpleaños también del músico franco-español Manu Chao. ¿Lo recuerda, lectora, lector? Es sobre él que deseamos hablar hoy. Ha pasado mucho tiempo sin verlo por estos lares.

Actualmente, Manu Chao está de gira por Hispanoamérica. Durante sus presentaciones aborda temas del que fuera su último álbum en estudio, La Radiolina (2007), así como otras canciones emblemáticas de su repertorio. La gran pregunta es: ¿por qué no ha vuelto a México tras el vínculo que le ofrecimos desde sus años con Mano Negra?

En 2006, sobre un escenario enclavado en el Zócalo de CDMX, el polémico activista dio su último concierto azteca ante más de ciento cincuenta mil personas. Entonces no sospechaba el veto que sufriría poco después.

Invitado al Festival de Cine de Guadalajara de 2009, Manu Chao levantó la voz contra el gobierno de Felipe Calderón, a propósito del abuso policíaco sucedido en San Salvador Atenco. “Porque lo que está pasando en Atenco –dijo–, de cierto modo es un terrorismo de Estado. Las autoridades están diciendo:‘mira, que nadie diga nada cuando vengamos a despojar de las tierras porque, cuidado, que lo que les va a pasar es lo mismo que les pasó en Atenco’.” Tras el hecho y aprovechando el principio de “no intervención” que constitucionalmente limita las actividades de los extranjeros en México (artículo 35), el cantante fue declarado persona non grata por el gobierno, lo que le valió cancelar sus presentaciones tapatías, así como una prohibición para volver a nuestra patria. Fue insuficiente lo que se dijo sobre este tema y poco lo habló él en entrevistas ulteriores.

Pasados trece años, empero, el 21 de diciembre de 2022, tras una revisión de esa “lista negra”, el gobierno mexicano retiró su veto a Manu y a otras quince personas más. Ello le permitirá, eventualmente, volver por la puerta grande, ¿a otro Zócalo, tal vez? Algo que ya se especulaba antes de confirmarse la última presencia de Rosalía en la plaza central del país, invitada por la entonces jefa de gobierno.

Yendo atrás: nosotros tuvimos la oportunidad de entrevistar a Manu Chao a finales de los noventa, cuando su voz reavivaba al rock de protesta. Primero fue en las oficinas de su sello discográfico, con la salida de Clandestino (1998). Luego, brevemente, antes de su presentación en el Summer Stage de Central Park, en Nueva York, con el lanzamiento de Próxima estación Esperanza (2001). Ese fue un gran concierto, ocurrido en el marco de la Latin Alternative Music Conference.

En aquellos años Manu mantenía el poder escénico que adquiriera con Mano Negra, pero lograba desarrollar un vínculo más tierno con su audiencia. El grito se transformaba en caricia y la distorsión en madera. En sus ritmos se unían África, el Caribe, Latinoamérica y España, planteando una simpleza lírica que resultaba refrescante: “¿Qué horas son, mi corazón? […] Me gustan los aviones, me gustas tú.”

Es a esa estética que se adscribe su más reciente sencillo: “Viva tú”, una suerte de bosquejo rumbero en el que reconocemos la melancolía finisecular. Allí donde otros artistas reconocerían una maqueta o demo que debe trabajarse y crecer, él observa un valor espontáneo que ya no ha de pervertirse. Algo que sin duda formó parte de su éxito en un momento dominado por la sobreproducción “alterlatina”.

Así, sonando en plan acústico y con pocos invitados sobre el tinglado, hoy Manu sigue creando ambientes de reflexión y fiesta, lo que nos hace extrañarlo en estas tierras. Por ello lo felicitamos a destiempo y, aprovechando las palabras del gran Sabater, le ofrecemos solidaridad con el pasado para entrar juntos al futuro. Buena semana. Buenos sonidos.