¿Ya podemos comenzar a preocuparnos?
Vaya sorpresas las que se han llevado buena parte de los mexiquenses con sus autoridades a nivel municipal que nomás no pueden administrar de forma óptima sus respectivas demarcaciones.
Cosa de ver que por ejemplo, en Toluca, trabajadores sindicalizados asfixiaron el viernes pasado el centro histórico de la capital del Estado para exigir el pago de la prima vacacional y el salario que se les adeuda a unos 2 mil 400 servidores públicos de Agua y Saneamiento, el DIF municipal, el Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte de Toluca (Imcufidet) y el departamento de limpia.
En este mismo espacio dimos cuenta la semana pasada los problemas que estaba enfrentando el Ayuntamiento de Toluca para cubrir las rutas de los camiones recolectores de basura y anticipamos que la falta de recursos estaba afectando el servicio de recolección, pues según fuentes no había dinero para pagar el combustible de los camiones. Todo indica que no nos equivocamos, pues las protestas no hacen sino confirmar los problemas económicos que enfrenta la administración municipal.
Es así que el Alcalde, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, ante el caos generado por los trabajadores inconformes, salió por la tarde a dar la cara (al menos un mes tarde) por los problemas económicos que enfrenta su administración, pero como dicta el clásico, el funcionario dijo que sí existen adeudos a trabajadores, pero porque no llegan participaciones, por la baja recaudación municipal por la pandemia y hasta las deudas heredadas por administraciones anteriores, es decir lo de siempre: “todos tienen la culpa, menos yo”.
Y la cereza del pastel fue que Juan Rodolfo salió con la chambonada de decir que a los trabajadores inconformes que faltaron a sus actividades diarias por ir a protestar, se les iba a descontar el día, como si no tuvieran ya suficientes problemas por los, al menos, 15 días sin recibir su sueldo y prestaciones. ¡Qué tal!
Pero esos problemas no son ajenos a otras latitudes. Sólo hay que revisar las cifras que ofrece el Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes y Municipios Descentralizados (SUTEYM), que asegura que el 15 por ciento del total de los municipios del Estado de México enfrenta problemas para cumplir con la entrega de prestaciones laborales.
Los trabajadores que mayores dificultades enfrentan son los de los municipios de Teotihuacán, Naucalpan y desde luego Toluca.
En Naucalpan, por ejemplo, trabajadores también realizaron una protesta al interior y exterior del Palacio Municipal en la que exigieron el pago de sus sueldos y prestaciones, pues vienen arrastrando retrasos desde hace al menos un mes.
Y qué tal el caso de Teotihuacán, en donde el gobierno municipal debe unos 23 millones de pesos al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por lo que le fue suspendido el sello digital y con ello se paralizaron sus actividades financieras, ergo, los pagos de sueldos a trabajadores.
Según informaron las autoridades municipales, las deudas se registraron entre 2015 y 2018, pero ¿quién es responsable de revisar las cuentas públicas? Lo sabemos, pero igual las dejaron pasar.
Así que es una duda razonable la de si los mexiquenses, por nacimiento o adopción, debemos comenzar a preocuparnos por las malas cuentas que a kilómetros se ve que están llevando las autoridades.
Semáforo amarillo
Volvimos al semáforo amarillo porque “no hay que bajar la guardia”, pero ¿no deberíamos subir el ritmo de vacunación? Digo, porque al momento de escribir estas líneas habitantes de entre 50 y 59 años de edad de Ecatepec se cuestionan cuándo les aplicarán la segunda dosis de la vacuna rusa Sputnik V, pues la primera dosis les fue aplicada entre 13 y el 19 de mayo pasado, es decir, ya van unos 60 días entre una dosis y otra.
Que alguien le avise a las autoridades de Salud del Gobierno del Estado de México que antes de pedir la participación ciudadana para evitar contagios, pongan de su parte al llevar vacunas suficientes a la población de los 125 municipios del Estado. Reciprocidad, le llaman…
Twitter: @campudia
ASME