Ahuatleros buscan rescatar súper comidas prehispánicas

Desde hace 25 años, ejidatarios de Santa Isabel Ixtapan, en Atenco, han mantenido viva la recolección y cultivo del ahuautle y el alga espirulina en las laderas del Lago de Texcoco

En la región, a ellos los conocen como los “laguneros” o los “Ahuautleros”, porque han sabido rescatar de manera artesanal, el oficio de sus ancestros. 

Por temporadas, principalmente en la de lluvias, se les ve ingresar a los cuerpos de agua donde se reproducen estos productos milenarios y de alto contenido proteínico

Alejandro Pineda y Rodolfo Hernández, originarios de esta comunidad que limita con Acolman y Ecatepec, han sido defensores de la conservación del lago, aun desde antes de que se anunciara la construcción de un aeropuerto y de la lucha que logró cancelarlo. 

Recordaron que en la década de los 90s, la creciente demanda y oferta de terrenos en la zona, comenzó a desecar el cuerpo de agua para dar paso a la construcción irregular de viviendas.

“La gente empezó a desecar parte del lago de Texcoco, lo hicieron del lado de Ecatepec y luego en Acolman, y así iban avanzando algunas inmobiliarias y vendedores clandestinos, el siguiente era Santa Isabel Ixtapan”, explicó. 

Rodolfo añadió que ante la necesidad de mantener los cuerpos de agua, ejidatarios y no ejidatarios gestionaron ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que el agua tratada de la Termoeléctrica se condujera por cinco kilómetros hacia la Ciénega de San Juan. 

Eso ha permitido que en las últimas décadas esa región del lago se mantenga produciendo dichos alimentos que, según las investigaciones de especialistas, podrían acabar con la hambruna en el mundo. 

A lo largo de su historia, los “ahuautleros” de Santa Isabel Ixtapan, han recolectado, cultivado y llevado a sus casas esa producción artesanal, su principal sustento económico.

Alejandro Pineda, recordó que el alga espirulina era el principal alimento de los pueblos prehispánicos, el cual ha sobrevivido al crecimiento de la mancha urbana y recientemente a un proyecto aeroportuario. 

“Se dice que los guerreros aztecas consumían la espirulina, cocinada en tortas con charales, y que por eso los guerreros mexicas eran muy fuertes y por eso lograban hacer muchas conquistas, así como los corredores que en ese tiempo hacían labores de mensajería”, relató. 

¿Qué es la espirulina? 

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha realizado estudios sobre el cultivo, producción y el uso de la espirulina como alimento destinado al consumo humano. 

En su definición, la FAO señala a la espirulina como una microalga multicelular, filamentosa, azul verdosa, muy usada en la industria de alimentos dietéticos y, cada vez más, como un suplemento de proteínas y vitaminas en las dietas acuícolas. 

Rodolfo y Alejandro explicaron cómo es que la producen en tinacos, cuando la producción baja en el lago y las aves migratorias dan un paso adelante en la recolección.

“La espirulina solo se da de manera natural en dos lugares en todo el mundo, en el lago de Texcoco y en África”, refirieron. 

Indicaron que de acuerdo con los estudios realizados, la espirulina contiene entre 66 y el 72 por ciento de proteína, la cual aporta las vitaminas y minerales necesarios para sobrevivir solo consumiéndola a ella, durante seis meses.

Especial

Productores lacustres como emprendedores

Como una forma de preservar el alimento prehispánico, estos productores desarrollaron una marca para impulsar el consumo del alga endémica del Lago de Texcoco.

Se trata de Spirulina Mexicana Teokuitlatl, el cual presume un producto 100 por ciento natural, libre de tóxicos, pesticidas y herbicidas o químicos. 

“La Spirulina Máxima Teokuitlalt es uno de los alimentos más completos con los que cuenta la humanidad, capaz de resolver los problemas de desnutrición que actualmente enfrenta la humanidad”, explicaron.

La ofrecen en polvo, en mazapán, comprimidos y una serie de recetas que bien podrían servir para reducir el colesterol, proteger los riñones, fortalecer el sistema inmunológico e incluso bajar de peso. 

Producción artesanal

Se estima que en Santa Isabel Ixtapan hay alrededor de 30 productores de espirulina quienes han instalado viveros  de mediano tamaño.

“Nosotros hacemos la concentración de sales que forma un agua salitrosa y a través de la fotosíntesis, permite crear este producto”.

Por cada tinaco de mil litros de agua salitrosa, ellos logran obtener 100 gramos de espirulina seca, cuya demanda, aseguran, es cada vez mayor  entre la población para mejorar la salud y el alto rendimiento de los deportistas.

¿Qué es el ahuautle?

El ahuautle es el huevecillo del axayácatl, también conocido como “mosco de agua”, es otro de los productos endémicos del Lago de Texcoco.

Proviene de un insecto acuático de talla pequeña que alcanza desde unos algunos milímetros hasta poco más de un centímetro, en casos excepcionales. 

Habitan preferentemente en aguas someras de estanques, lagos y pozas en donde depositan sus huevecillos (ahuautle) en el tule o junco, así como en otras plantas acuáticas.

Se dice que en la época prehispánica el ahuautle se consumía fresco por los mexicas y se vendía en los mercados cocido, triturado y envuelto en hojas de maíz. 

Su consumo está arraigado alrededor de los lagos de Atlangatepec y Texcoco. Las crónicas prehispánicas detallan que es en este lago que los antiguos pobladores hacían manojos de juncos que sumergían y ataban a estacas sobre las orillas del cuerpo de agua. 

Después de unos días se recogían los manojos ya cubiertos de huevecillos, siendo esta la manera de cosecharlo.

Ambas, la espirulina y el ahuautle, según las crónicas de los conquistadores, habrían tenido gran relevancia para las antiguas culturas, pero con su llegada dejaron de consumirse. 

Es hasta finales del siglo pasado que se han rescatado e impulsado para regresar paulatinamente a su consumo.

DMM